Mamama

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Narra Temari


⏰Tres meses después


En estos tres meses y medio de embarazo lo único que he visto es el baño y la cama de mi dormitorio.

Las nauseas durante este tiempo han sido lo peor que he vivido en mi mucho tiempo.

Esta vez la nutricionista no me ayudo y vomitaba absolutamente todo lo que comía.

Tenía una señora que se ocupaba de la casa porque por más que quisiera no podía hacerme cargo.

Yo cuidaba a mi hijo y lo tenía conmigo en mi habitación todo el día, ninguno de los dos salía.

Hoy es la tercera vez que Shikamaru asiste a su cita con la terapeuta solo, he intentado ir lo más posible pero a veces no puedes ir en contra de tu cuerpo.

Es una de las cosas que más me apena, no poder cumplir la promesa que le hice.

Aunque él me diga que siente que estoy con él en todo momento y que entiende las circunstancias yo igual me siento mal.

Salgo de baño no sin antes verme al espejo.

Demacrada, bastante delgada

En todo este tiempo he sentido el deyavu de mi primer embarazo, así es como me veía y como me sentía.

Caminé a la cama para recostarme, mi hijo seguía jugando en su corral mientras veíamos Silvestre y Piolin.

Shadow paraba con él metido en el corral, increíblemente no mascaba sus juguetes

La conexión de ellos era tal que mi hijo le hablaba como loro a Shadow y él le respondía eso nunca antes lo había visto pero con ellos pasaba y lo más importante era que Shadow lo entretenía tanto que mi hijo no molestaba.

Ni una alergia, ni un arañon, ni una mordida.

Nada, Shadow de verdad lo cuidaba.

La puerta abriéndose me avisaba que mi esposo había llegado.

Inmediatamente mi hijo y Shadow se paraban en el corral saltando y gritando por querer llamar su atención

Los dos lo adoran.

— Hey cómo se han portado —caminó al corral para sacar a Shadow poniéndolo en la cama y luego sacar a mi hijo para cargarlo— ¿Te haz portado bien? —le pregunto a Shikadai dándole un beso en la frente.

Esa es otra interacción que me gusta ver, los dos se adoran y juegan bastante.

— ¿Como sigues? —se acercó a mi y yo me acomodé en la cama— ¿crees que puedas comer algo?

— No lo sé... acabo de vomitar hará un rato

— Te traje el jugo y las galletas de chocolate de la panadería cuando venía... me...

— Ya sé que te preocupa que no coma

— Me preocupas tú —nos miramos— si tú no estás bien tampoco lo va estar el bebé

— ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que a pesar de seguir vomitando no intento comer después?

— Yo no he dicho eso y no pelees conmigo

Mi esposo, mi hijo y mi perro me miraron, los tres me miraron puede sonar ridículo e increíble pero así fue.

— Estoy frustrada —empecé a llorar— me siento tan mal todo el tiempo que no puedo ser una buena madre ni para el que llevo en el vientre ni para Shikadai porque casi no juego con él, creo que en cualquier momento va ladrar de lo tanto que para con Shadow.

Infieles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora