Wadzi Danörö

291 47 18
                                    

— Hola, rubia. ¿Lista para ver a nuestra increíble banda tocar esta noche? — pregunto mientras entro a la cocina de los vecinos, viendo como Alba se mete algo en la boca.

— ¡Buenos días a ti también! — me responde con burla, interrumpiendo el camino, de lo que ahora veo que es una tostada, a su boca.

— Lo siento, es que el hecho de que estés ahí hoy me emociona más que nada... — Respondo con una sonrisa tonta y ella se ríe. Creo que se ríe de mí y de mi emoción, antes de que me apoye en la bancada junto suyo.

— Buenos días, cosa aburrida... — completo y le muestro la lengua. Tira la tostada que le queda y agradezco que esta vez no sea un tenedor. Cojo el trozo de pan que me da en el hombro y cae sobre la encimera, y me lo como enseguida.

— ¿Y entonces? Todavía no has contestado a mi pregunta... — digo mientras mastico y sonrío haciendo que mis cejas bailen de arriba abajo, como si hacer ambas cosas al mismo tiempo no fuera un poco asqueroso. La observo mientras arruga la nariz y se ríe. 

'Que hermosa es.'

— No sé... — se encoge de hombros, antes de volver a centrar su atención en el plato, ahora con solo la otra mitad del pan

—... hoy me llamó un amigo diciéndome que está de paso a la ciudad... — Trato de parecer indiferente hacia ella, pero creo que algo en mi rostro delata mi decepción.

— No te importará si voy a ver la presentación otro día, ¿verdad?

'¿Eso es una sonrisa en su rostro?'

— No, claro que no — quien responde en mi lugar es Marina, yo solo levanto los hombros como si no importara, aún sin entender esa sonrisa que intentaba ocultar. Alba me mira como si buscara algo en mi rostro y no entiendo.

—... realmente necesitas encontrarte con 'un amigo', Tata — Veo como la rubia más pequeña marca las comillas con sus dedos.

— A ver si así te quedas menos irritada, ¿no? Porque desde que llegó, su mal humor no ha hecho más que crecer... — No me gusta escuchar esa insinuación, así que prefiero salir de ahí lo antes posible.

— Bueno chicas, voy a casa de Lázaro, haremos unas cosas antes del concierto, y la voy a maquillar — Me aparto de la bancada buscando la puerta por la que entré hace un rato.

— Siempre Lázaro... siempre ella... — Marina pone los ojos en blanco y resopla, lo que hace que su hermana y yo la miremos al mismo tiempo con extrañeza.

Normalmente no habla con ninguna de nosotras así. Luego regresa por donde vino, hacia el piso de los dormitorios.

— Nos vemos allí entonces, Natalia — escuchamos antes de que su voz desaparezca por el pasillo.

—¿Qué fue eso? — pregunta Alba, viéndose curiosa.

Entonces me doy cuenta de que estoy a dos pasos de salir por la puerta. el estallido de humor de Marina me ha hecho interrumpir mi camino. Y la verdad es que no tengo respuesta para esa pregunta, y tampoco puedo olvidar que este tema me molestó, que ella... en fin. Así que me encojo de hombros y me preparo para irme, empujando la puerta para abrirla.

— No lo sé. Deberías preguntarle a ella — es lo último que digo antes de salir por la puerta y seguir el camino a mi casa.

Lo de casa de Lázaro es solo dentro de unas horas. Aprovecho que no hay nadie en casa y me tiro a la piscina en sujetador y braguitas para refrescarme el temperamento.





POV ALBA



¿Que pasó aquí? ¿Son hormonas adolescentes o qué?

¿Y lo que vi en la expresión de Natalia fue decepción cuando dije que tal vez no iría?

Me rehagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora