Despedida 🖤 Seb

762 58 3
                                    

Hacia un mes que Sebastian y yo habíamos terminado nuestra relación, estuvimos saliendo por casi dos años y vivíamos juntos desde hace 6 meses, las cosas comenzaron a ir mal y decidimos que lo mejor sería separarnos, yo me fui a Londres un par de semanas y el seguía en los angeles según me había dicho un amigo nuestro.

Ya había conseguido un nuevo lugar para vivir, pero tenía que volver dónde Sebastian, había dejado la mayoría de mis cosas en su departamento, recuerdo que esa noche solo tome unas cuantas prendas de ropa del closet y salí molesta de ahí rumbo al aeropuerto para tomar el primer avión que me llevase lejos, me desconecte totalmente del mundo, debieron pensar que me había tragado la tierra, hasta que finalmente contacte a Kenji y me dijo que Seb vivía en su mismo departamento, había estado ocupado trabajando y al parecer estaba bien.

Estaba parada frente a la entrada del edificio donde vivía Seb, mire hacia arriba, vivíamos en el penthouse, las luces estaban encendidas lo que quería decir que el estaba ahí, respire hondo y suspiré, entre al edificio y tome el elevador, cada piso que subía mis nervios aumentaban, no sabía cuál sería la reacción de el al verme, pero estaba segura de que debía mantenerme indiferente, el no debía notar mi nerviosismo, cuando finalmente llegue al penthouse respire, me tranquilice, puse la cara más seria que jamás había puesto y toque el timbre.

La puerta se abrió segundos después, finalmente lo tenía frente a mi, su mirar era sereno, pero en el momento en que me vio de inmediato cambio, era como si viera un fantasma.

- Hola Seb - le dije tranquila - he venido por las cosas que deje antes de irme, claro, si aún las tienes.

El estaba completamente helado mirándome de arriba a abajo, no hacia mi un gesto y tampoco decía ni una sola palabra.

- Estás tan bonita como el día que te fuiste - finalmente dijo - pasa, tus cosas están donde las haz dejado.

- me sorprende que no las hayas almacenado ya en una caja - dije mientras entraba

- porque habría de hacerlo?

- vamos, ambos sabemos que no eres el tipo de hombre que acostumbra a estar solo, debiste meter a alguna o algunas más bien dicho en mi ausencia, tener cosas de una mujer por toda la casa no es lo más ideal para atraer a tus conquistas.

- pues te equivocas totalmente, nadie ha entrado aquí desde que te fuiste, ni siquiera por trabajo.

Suspire y rodé los ojos con incredulidad, lo conocía y me era imposible creer que se haya mantenido sin tener sexo con alguien durante un mes, abrí el closet y ahí estaba todo justo como lo había dejado, tomé una maleta y comencé a empacar mi ropa.

Me encontraba agachada frente a la cama acomodando mis cosas en la maleta cuando sentí que me tomo por la cintura, me enderezé y me acerco más a el, podía percibir perfectamente el aroma de su perfume, ese perfume que a mí me encantaba, mi corazón se aceleró y sentí como un choque eléctrico recorría todo mi cuerpo.

- estoy tan necesitado de ti - me dijo al oído con un tono de voz profundo - te he necesitado todo este tiempo

- Largo de aquí Seb - lo hice soltarme - solo he venido por mis cosas, no volverás a verme.

- Te conozco lo suficiente como para saber que me has extrañado también

- te equivocas - trataba con todas mis fuerzas de no entregarme a el - te he superado

- quizá - se acercó a mi - pero no del todo, se que aún quieres estar conmigo, aunque sea por última vez.

Lo mire directamente a los ojos sin decir una sola palabra, mi corazón estaba acelerado, el tenía razón y estaba a punto de delatarme, mi cerebro me decía "no lo hagas" pero mi corazón me decía todo lo contrario.

En un abrir y cerrar de ojos estábamos besándonos eufóricamente, la maleta que estaba sobre la cama cayó al piso y nuestras prendas de ropa fueron cayendo una a una, el me había extrañado y yo a él, en este momento no nos negabamos nada, éramos uno.

Este momento era especial, no era como las otras veces, Seb era tierno, cariñoso y hacía todo con tal pasión, como si quisiese que no terminará nunca.

Al cabo de un rato me encontraba recostada sobre su pecho desnudo, el jugaba con mi cabello, había silencio y no era incómodo, disfrutaba estar así con el y me dolía porque sabía que sería la última vez.

- no quiero que te vayas - habló y yo lo mire a los ojos - de verdad, no quiero que lo hagas, te necesito a mi lado.

- lo siento, no puedo hacerlo - le dije quitando mi vista de sus ojos

- se que aún me amas o por lo menos sientes algo por mi

- no puedo quedarme Seb - me paré y comencé a tomar mi ropa para vestirme

- que te lo impide? No me digas que no me amas porque se que no es cierto.

- conseguí empleo en Londres, seré diseñadora para una importante marca de vestidos de novia, es la oportunidad que había estado esperando y la tomaré.

- lo entiendo, tienes derecho a superarte y no te pediré que abandones tu sueño por mi, pero solo dímelo, dime qué aún me amas.

- te amo Seb, nunca he dejado de hacerlo, pero nuestros caminos deben separarse aquí.

Esa tarde lluviosa tomé mis cosas y salí por última vez del departamento que había sido mi hogar por un tiempo, sabía que no volvería ahí nunca, cuando el elevador llegó al último piso salí del edificio y mire hacia arriba, ahí estaba el en la ventana observandome cómo lo hacía cada mañana cuando me iba a trabajar, lo mire por última vez y seguí mi camino.
.
.
.
.
.
.
. Habrá parte 2

Ben Hardy One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora