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Hoy era la noche de Halloween y había sido invitada a la fiesta de disfraces que organizaba el famoso fotógrafo Sebastian Jacobs en su departamento.
Conocí a Sebastian hace algunos años cuando tuve una sesión de fotos para la campaña de Victoria's Secret, el era todo un misterio, hablo poco durante la sesión y se mantenía serio, en ese tiempo yo comenzaba mi carrera, no era una modelo a la cual alguien como el tomaba en cuenta, la sesión termino y no volví a saber o tener relación alguna con Sebastian hasta ahora.
Conseguí un disfraz inspirado en el cisne negro, busque un traje de bailarina en color negro, y agregue unas grandes alas en color negro y un antifaz también, me maquille y peine de manera que todo en conjunto se viera espectacular, no quería pasar desapercibida.
Llegue hasta el departamento de Sebastian, había muchas personas disfrazadas de todo tipo de temáticas, comencé a mezclarme entre las personas con la esperanza de encontrar a alguien con quién disfrutar de la fiesta, al parecer era la única que iba sola, tome unos tragos y comencé a bailar al ritmo de la música de fondo, me encontraba disfrutando cuando alguien me tomo de la mano y me jaló hacia un sillón estilo imperial que estaba en un rincón, el chico estaba disfrazado de un sátiro, usaba una máscara y solo lograba ver sus hipnotizantes ojos verdes.
El comenzó a fotografiarme sin decir una sola palabra, acomodaba mis poses a su antojo y mantenía el silencio, para ese momento ya sabía frente a quien estaba, el era el mismísimo Sebastian Jacobs.
Después de algunas fotografías me tomo de la mano y me llevo hasta una de las habitaciones del apartamento, las luces estaban bajas, el se quitó la máscara y pude porfi ver su rostro, no recordaba que fuese tan atractivo, se acercó lentamente hacia mi y retiró mi antifaz, nuestras miradas se conectaron por unos segundos y me besó.
Me tomo completamente por sorpresa, pero ya con unos cuantos tragos encima y tomando en cuenta que el era un hombre sexy al que no cualquiera puede resistir, seguí su beso, las cosas fueron instesificandose poco a poco, el me tomaba por la cintura y jalaba mi cuerpo hacia el, yo recorría con mis manos sus perfectos pectorales, una de sus grandes manos bajo hasta mi trasero presionandolo contra el, pude sentir su miembro ya erecto chocar contra mi.
Comenzó a dar besos húmedos por mi cuello, algunos dejarían una evidente marca, poco a poco fue desabrochando el corset de mi disfraz, cuando finalmente este cayó al piso el comenzó a jugar con mis senos, masajeaba delicadamente uno de ellos y con su mano libre tomo la mía y la guió hasta sus pantalones, el me indicaba que yo también podía tocarlo.
Metí mi mano en sus pantalones y tome su miembro, el soltó un leve jadeo al contacto, comencé a jugar con el, mi mano subía y bajaba en movimientos lentos pero eficaces, ya que sentía como el crecía aún más ante mi toque.
Ambos fuimos caminando hasta la cama, justo antes de llegar, el me apartó un poco - hincate - me indicó, su voz era grave y usaba un tono que literalmente te ponía de rodillas, cuando estuve frente a el mi mirada conecto con la suya, sabía perfectamente lo que quería, desabroché sus pantalones liberando su erección, cuando lo tuve frente a mi lo tome un cuna mano y comencé a dar lengüetazos en la punta, el tomo mi cabello haciendo una coleta y comenzó a guiarme para ir más profundo, sus gemidos inundaron la habitación.
Luego el me puso de pie, arranco lo que me quedaba de ropa y me tiró en la cama, comenzó a besarme el cuello, bajando a mis senos y por mi abdomen, finalmente llegó a mi entre pierna, abrió mis piernas y beso mis muslos para finalmente llegar a mi feminidad, comenzó dando lengüetazos, luego introdujo un dedo y después otro, sentia un choque eléctrico recorrer todo mi cuerpo, el sabía perfecto lo que hacía.
En el momento en que él se introdujo dentro de mi no pude evitar soltar un gran y audible gemido, el encajaba perfecto conmigo, sus embestidas eran fuertes, le gustaba hacer las cosas de manera brusca, le gustaba dominar, me hizo llegar a mi orgasmo después de un rato y multiples posiciones, el aún no conseguía el suyo, me volvió a poner de rodillas frente a el, se introdujo en mi boca y comenzó a moverse de manera rápida, sentí su miembro contraerse y luego crecer, seguido de su caliente flujo que sentí bajar por mi garganta, soltó un jadeo, me puso de pie y me besó, me soltó una nalgada haciéndome pegar un ligero brinco, busco en sus cajones, saco una tarjeta con su número y me la dió.
- llámame, esto lo tenemos que repetir - me dijo.
Me dió un último beso, se vistio y salió de la habitación, yo me vesti e imite su acción, había una fiesta afuera y quería seguir disfrutando.
No llame a Sebastian, aunque me había acostado con el sin decirnos una palabra antes, no quería ser su amante, el terminó por encontrarme unas semanas después, no paso nada entre nosotros hasta meses después que comenzamos a salir formalmente.
