Capítulo 59 Inicia el campamento

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 Los días pasaron, y con ellos la nueva vida escolar de Kimura. Las clases eran igual de difíciles que antes, sumado a eso, el desprecio de sus compañeros se intensificó, haciendo de su día a día una lucha inalcanzable por la aceptación personal. Ahora no solo era el exlíder de una pandilla escolar, sino un estudiante que se esforzaba en ser "normal". Sus amigas creyeron que regresaría al club, después de haberlas elegido en lugar de confrontar a Kabuto y pelear hasta el final, no obstante se mantuvo distante. Pasaba sus ratos libres leyendo a la sombra del árbol o almorzando con Tai y Koji. Todas decidieron respetar esa distancia y esperar al día del viaje para intentar algo.

Los preparativos para el campamento finalizaron. Absolutamente todos los estudiantes de Minato asistieron el día indicado, llenando alrededor de diez autobuses para partir hacia las montañas. Cada grado formó parte del mismo transporte, primero, segundo y tercer año partieron en diferentes horarios para que el tránsito no se viera afectado con la caravana. Como consecuencia de esta organización, Manami, Anzu y Saki tuvieron ventaja sobre la pequeña Rina.

Manami observó el panorama, los estudiantes esperaban en la acera del instituto, conversando y decidiendo con quiénes sentarse. Dos asientos, uno al lado del otro, más tres horas de viaje, era una combinación ganadora, pasaría tiempo con Kimura, fortalecería el lazo que los unía y averiguaría qué cosas ocupaban sus pensamientos.

Decidida, ubicó a Tai con la vista. Al ser amigo de la infancia de Kimura, estaba segura de que se sentarían juntos.

"—Solo debo pedirle que me ceda su asiento. Ja, soy la directora del coro, usaré mis encantos para..."— pensó Manami, antes de toparse con una larga fila de yankees esperando dialogar con Tai.

—¡¿Qué demonios es esto?!— la expresión de la chica cambió drásticamente. La calma y confianza la abandonaron. Intentó controlarse para no perder los estribos, pero su sorpresa e ira se hicieron muy evidentes.

"—Tranquila, Tai es una presa fácil, basta con que me acerque a él para..."— trató de calmarse mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja, ya que sentía que los mechones se habían alborotado como su estado.

—Disculpa, ¿también estás en la fila para convencerlo?— habló un extraño. La joven percibió una mano gigante afirmándose sobre su hombro. Alertada, volteó y visualizó a un enorme delincuente, de los que Kimura solía llamar "gorilas."

—¿Convencerlo?— preguntó Manami confundida.

—Sí, todos queremos convencerlo para que nos ceda su asiento. Sentarse con el líder es un privilegio.— explicó el delincuente, sonrojado al pensar en tener la oportunidad de sentarse con Kimura.

—¡¿Qué estás diciendo?!— los cabellos de Manami se alborotaron. Anzu y Saki detrás, detuvieron su caminar para observar a su nerviosa amiga y averiguar qué estaría dispuesta a hacer en esa situación.

Yankee love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora