¿Kamado-Rengoku?

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Tal cual como lo dije, esperamos un poco el anochecer para salir sin tener tantos problemas, al principio tenía planeado ir solo con mi Rengoku-San pero todos querían ir por lo que no pude resistir. Cuando llegamos al pueblo muchas personas se nos quedaron mirando, talvez es porque todos los Rengoku-San o por su parecido, tuvimos que ponerle u capucha al Rengoku-San con orejas y el tenía que esconder sus colas dejando una al aire.

Todos fueron a comer mientras yo y el pequeño Rengoku-San nos fuimos a jugar, cuando jugábamos a las escondidas, una niña se me había acercado y me preguntó varias cosas.

¿Cómo se llaman?–

–Tanjiro, Kamado Tanjiro ¿Y tu pequeño?–

– Kima **** un gusto– Es una muy educada además tiene unos ojos hermosos– ¿Son todos su familia?

– Ammm– ¡No soy bueno mintiendo! ¿Qué le digo? ¿Qué todos son la misma persona?

¡Ahhh denme una idea!

– ¿Mamá? ¿Estás bien?– Había aparecido el mini Rengoku-San

¡Gracias a los cielos por mandarme a este ángel!

Disculpe pero... ¿A quién le dices "Mamá"?–

– A mi mamá Tanjiro, el me adoptó junto a papá, yo me llamo mmmm– ¿Qué nombre se le ocurriría para esta ocasión?

– Yyyy...¿Cómo te llamas?–

–S-senjuro Rengoku–Bueno al menos el de su hermano sirvió  para esta ocasión

–¿Y tu papá?– Que curiosa salio...

–El se llama Kyo–

–Kyojuro Rengoku un gusto– Ahora llego de ropa extraña ¿Cómo sabía que estábamos yo y el mini él aquí?

–Hola, un gusto también, me llamo Kima ****– Porfavor estoy nervioso de lo que diga

–Pequeña ¿Y tus padres?–

–Me dijo que la esperera aquí mientras ella iba a comprar–

–Rengoku-San ¿Y los demás? ¿Ya terminaron?–

–Se empezaron a pelear por ver quien se come los últimos 10 onigiris que compraron– La madurez que tiene Rengoku-San...

–Discúlpeme señor Rengoku pero usted me recuerda a un búho–

–Me lo dicen mucho– ¿Se ofendió por lo que le dijo?

–Son como una familia de búhos y el señor Kamado es como un sol– Vaya, no creo yo eso de mi

–Creo que es hora de volver con los demás, ya debieron de haber arrasado con la comida– Yo ya tenia sueño y el  pequeño no a comida nada y cuando lleguemos al lugar le daré comida

–Es sierto, ya vamos, nos espera un camino largo–

–Adiós Kima, espero volver a vernos algún día– La pequeña se fue con su madre que por suerte llegó al momento

–¡¡Tanjiro!!– El de negro cuando me vio grito muy fuerte, como si hubiera desaparecido por varió tiempo

–¿Dígame Rengoku-San?–

–¡Es momento de partir a nuestro siguiente viaje! Y debemos alimentar al pequeño–

–Eso mismo pensaba yo, y bueno, ¿Qué quieres comer?–

–B-batatas fritas... y-y algún que otro onigiri de salmón...–

–Okey ¡Vamos por la comida!–

¿¡Rengoku-San?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora