9.

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9. First time.

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Miraba atentamente a Ran, esperando algún tipo de reacción, me sentía completamente impaciente, no sabía que cruzaba por sus pensamientos en este preciso momento, simplemente no lo comprendía, ¿Qué estaba esperando para follarme? ¿Es qué acaso no lo haría? ¿Solo estaba jugando para luego no terminar con lo que comenzó? No, no, no, ojala que no fuera así, me volvería loco si no me folla en este instante.

Mi vista se nubló debido a las lágrimas, estaba enojado, desesperado, necesitaba sentir a Ran en lo más profundo de mí, y él no me lo concedía. Él pareció notar que estaba a nada de llorar de ira, tomó mi rostro, acarició mis mejillas, besó mis labios y se alejó de mi nuevamente.

-¿Acaso estas molesto, Rin? ¿Acaso estas desesperado por sentirme dentro?- Su voz nuevamente era burlona, y me miraba con superioridad, haciéndome enojar aún más. Me negué a responderle, y mordí mi labio inferior molesto, el volvió a hablar - Si estas tan desesperado, ¿Por qué no preparas tu entrada, personalmente, para mí?- Mi rostro se tiñó de un intenso rojo al imaginar eso, pero si eso era todo lo que tenía que hacer para finalmente ser follado, lo haría.

Me aleje de Ran lentamente, sintiendo mis nervios aumentar cada segundo por la intensidad de su mirada. Tomé el bote de lubricante entre mis manos, me acomodé, y aplique un poco en mi entrada y mis dedos, acerqué uno a ese lugar y comencé a meterlo, me sentía incómodo y dolía un poco, pero era normal considerando que era la primera vez que metía algo ahí, comencé a hacer movimientos con mis dedos, lentos para no hacerme daño, me sentía un poco avergonzado por la intensa mirada de mi hermano, que se encontraba fija en ese lugar. Cuando sentí que era el momento metí otro dedo, fue un poco más incómodo, pero no menos placentero, abría mi entrada con ambos, y los metía una y otra vez, ahora más rápido, de vez en cuando jadeaba por la nuevas sensaciones, cerré mis ojos por unos instante disfrutando de la sensación, y suspirando en el proceso. Cuando los abrí vi que mi hermano se encontraba muy cerca de mi, aplicando lubricante en sus dedos, y acercandolos a mi entrada, con su otra mano se masturbaba lentamente.

-A este paso nunca estarás listo, Rin, déjame ayudarte- De un momento a otro comenzó a  meterlos en mi, yo intente retirar mis propios dedos pero me lo impidió, me ordenó que siguiera con los que hacía, pero que ahora obtendría su ayuda, me sentía muy extraño, eran cuatro dedos en mi interior, dolía, pero no tanto como imaginaba, todo se volvió intenso cuando sus dedos tocaron un punto en mi interior, que me hizo gritar de placer, él soltó una carcajada, claramente fascinado, y comenzó a mover sus dedos intensamente, buscando tocar nuevamente ese punto, saque mis dedos de ese lugar, y el comenzó a moverse aún más rápido, acariciando ese punto una y otra vez, haciéndome un desastre de gemidos y gritos desesperados, le rogaba que siguiera presionando ese lugar, que se sentía muy bien, él acataba esa petición con desespero. De un momento a otro sentí que llegaba al orgasmo, era la primera vez que me venía con solo jugar con mi culo, y se había sentido jodidamente ven. Me arme de valor, y con las piernas aun temblorosas lancé a mi hermano a la cama, y me coloqué sobre él, no dijo nada, solo me veía levemente sorprendido.

Tomé su miembro entre mis manos, el gimió ante el repentino tacto, lo dirigí directo hacia mí entrada, y comencé a deslizar la punta en ese lugar, haciendo presión en mi entrada de vez en cuando, para que pareciera que lo metería en algún momento, repetí eso durante unos minutos, él me miraba molesto, e impaciente, solté una risita traviesa, y finalmente comencé a meterlo en mi interior, era jodidamente grande, y se sentía bien, él colocó sus manos en mi caderas, y sonrió satisfecho, se sentó mejor en la cama, apoyándose en el respaldo de la misma, y comenzó a besarme apasionado, ansioso, sucio y caliente, nuestras lenguas se juntaban desesperadas, nuestra saliva se unía con la del contrario, incluso resbalaba por la comisura de nuestros labios, pero no perdíamos el contacto en ningún instante. Aproveche este momento para comenzar a moverme sobre su gruesa polla, haciendo que nos separaramos.

-Joder Rin, estas tan apretado, se siente muy bien, mierda, me volverás loco si sigues apretando mi verga así- Ran comenzó a moverme a su ritmo, sentía que en cualquier momento me rompería, pero eso no significaba que me quedaría callado a partir de ahora, a la mierda el pudor y la pena, lo importante es el pene en mi interior.

-Raaan~, ¿Cómo se siente el interior de tu hermanito? ¿Qué se siente quitarle la virginidad a tu hermano menor?- Susurre eso en su oído mientras comenzaba a mover con rapidez mis caderas sobre él.

Ran parecía completamente perdido, solo decía mi nombre entre gemidos, insultando de vez en cuando, asegurado que se sentía jodidamente bien. En un segundo invirtió las posiciones, ahora me encontraba acostado, con él embistiendome con fuerza, mis piernas estaban en sus hombros, aprovechaba completamente mi flexibilidad para hacer lo que quería, me cambiaba de posición rápidamente, pero sin detener sus embestidas en ningún momento, actualmente me encontraba de lado, con las piernas abiertas, pero solo una estaba en su hombro, y también siendo sostenida con fuerza por él, la otra estaba debajo de su cuerpo, y él entre medio, yo agarraba con desespero la sabana, mordiendo mi labio inferior para no gritar de placer, ahora si sentía que este hombre me rompería en algún momento, su delicadeza se había esfumado, o nunca existió.

Cuando menos me di cuenta, estábamos ambos cerca del orgasmo, sus embestidas aumentaron su velocidad, si es que se podía, él cambió la posición una última vez, y me besó, con desespero, mientras dejaba su semen en mi interior, y yo me corría en seco, ya que había tenido más de un orgasmo en todo este tiempo. Nos separamos para respirar, me sentía jodidamente cansado.

Y no iba a negar, que mi primera vez fue brutal, totalmente distinta a como la había imaginado.

¿Sexo vainilla? Así no iba a ser mi primera vez, y tenía razón, mi primera vez fue intensa, tanto que quedé seco, y no me quejaba, estaba muy feliz ahora, con la excepción de que no sentia la mitad de mi cuerpo.

Me quedé dormido casi al instante, no sin antes escuchar a Ran decirme que me amaba y adoraba, o eso creo.

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Finalmente, el diablo obtuvo lo que quería.

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Perdón, pero no se escribir estas cosas, si está mal, Pidoperdón.

Un demonio con semblante de virgen. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora