𝙼𝙾𝙽𝚃𝚈 𝚇 𝙻𝙴𝙲𝚃𝙾𝚁 Ғᴇᴍᴀʟᴇ

Capítulo 07

Su mirada en ese momento cambio de un momento a otro, esos ojos carmesí penetrantes con sus párpados morados podían verse, sus gafas lo permitían. Desconocías esa expresión, el tiene la capacidad de gesticular diferentes expresiones pero eso no era una conocida y es a cierto punto excitante.

-Ahora quiero que tú, me enseñes más- Monty quito su mano de tu mejilla para acercarse más.

-¿Enseñarte? Que te podría ensañar, eres una máquina debes tener un conocimiento amplio-

-Desconozco muchas cosas sobre mi, no se que otro tipo de cosas puedo hacer ....o sentir- inclino su cabeza para estar más cerca, su hocico ahora se mantenía en tu oído- tu lo dijiste, harías cualquier cosa por mi- susurro.

-...por favor, detente..-

-¿Por qué? Si a ti te gusta- su tono de voz era suave- mi escáner lo confirma-

-¿Que es lo que quieres que haga?- aunque tratas de estar firme podías simplemente caer, tus piernas no eran tan fuertes como suponías.

-Enséñame a sentir, ¿Qué es lo que te gusta de mi?- su aspecto rudo haría temblar a cualquiera y no eras la excepción -¿Por qué te gusto?-

No era el momento de caer, su suave voz con tonos graves te comían por dentro. Deseabas el poder balancearte sobre el y de nuevo besarlo, no podías negar que está mañana fue un paraíso que deseabas volver a experimentar. Pero, no era el momento adecuado para eso nunca lo sería, menos ahora. Estaban tan descubiertos que cualquier persona que se atreviera a pasar esa puerta los encontraría de nuevo, como está mañana. Millones de posibilidades estaban al alcance. Monty no parecía querer irse o moverse de esa extraña posición dominante que adoptó, claro que sabía cómo serlo su programación era de una especie de caimán temible y tú eras su presa en esos momentos. Un pequeño ratón enjaulado a punto de ser devorado por un depredador.

-¿Por qué la insistencia?- necesitabas una escapatoria, si te quedabas tendrías una muerte segura.

-Te lo dije antes, yo no responderé preguntas tontas. Yo preguntaré y quiero respuestas claras-

-Dame un respiro, si quieres respuestas las tendrás mañana, ahora mismo estoy agotada, ¿Lo entiendes?- el escape perfecto, si lo aceptaba.

-¿Mañana? - no estaba dispuesto a dejarte ir- no te daría ese lujo, ¿Qué me darás si acepto?-

-Te enseñaré a sentir...-

Esas simples palabras fueron suficientes para el, soltó un poco de aire caliente de sus fosas nasales. Sus pesados dedos rozaron levemente tu cuello para desaparecer, aún siendo una máquina se movía con agilidad y rapidez eso asustaba.

Con un suspiro de alivio, ahora podías irte sin mayores problemas. Esa intervención de su parte fue tenebrosa, sin negar el hecho que ahora estabas atrapada en una "promesa". La noche transcurrió más rápido de lo normal, la salida con amigos no se canceló pero la llegada tarde a la reunión pareció molestar un poco, pero sabían que era parte de tu trabajo así que no tuvo más importancia. En el tiempo transcurrido no podías dejar de pensar en el mañana. Como podrías explicar a la persona que estabas enamorada lo que sentías por el. Pero, el no es una persona.

La carga abrumadora de pensamientos esa noche provocó un insomnio terrible. A la mañana siguiente no parecía mejorar, era tarde y no tenías el lujo de poder salir tarde de la casa. El trayecto al Pizza Plex era largo, se ubicaba fuera de la ciudad.

La hora de entrada se había pasado por 10 minutos, era un problema descontarían de tu salario una cantidad por ese atraso. Era un gran problema pero no parecía tener importancia. Llego la hora, de nueva cuenta estabas  a cargo de Monty así marcaba tu horario establecido, no lo verías en toda la mañana hasta la hora de su desayuno, de nuevo esa escena ronda tu mente. Durante las revisiones matutinas rutinarias, formulabas las palabras exactas y correctas para explicarle a Monty lo que el quiere saber. Y a que lo ayudarías a "sentir", seria fácil tal vez solo a tocar diferentes texturas o hablarle sobre las emociones humanos o algo mas, no estaría de mas enseñare mas afecto humano pero es incorrecto hacer algo así con el, un ser no vivo tal vez hasta ilegal. 

De nuevo la mañana seguía tranquila, pocos clientes se mantenían en el local por nada mas que la comida, era buena y los videojuegos arcade. No faltaba nada para alimentar a Monty, los nervios te mataban por dentro era algo muy vergonzoso. Decidiste dar un pequeño paso y estirar bien las piernas para evitar algún "tropiezo" estar cerca de el hacia que tus piernas temblaran y querías evitar eso de nuevo. Antes de dar la vuelta y volver de donde viniste, estaba cerca de la habitación de Monty. No seria seguro entrar a la boca del caimán, pero tu paciencia se agotaba. Tomando el suficiente valor dirigiste tus pasos a su habitación, muy poca luz emanaba de esa habitación las cortinas estaban cerradas y la puerta principal cerrada, los empleados tenían permitido entrar a donde fuera y su habitación no era una excepción. 

Con la tarjeta de seguridad abriste la puerta, la poca luz que había solo dejaba ver una habitación desordenada, varias pelotas de golf se encontraban en el suelo regadas junto a varios peluches y lo que parecía ser hojas falsas. El sofá parecía mordido y arañado al igual que algunas paredes, nunca habías entrado a su habitación, lo tenias permitido pero nunca quisiste entrar no tenias razón para hacerlo. En el expediente de Monty estaba escrito que al ser de nuevo reparado volvió a lo mismo destrozar su habitación gracias a eso y varios incidente implementaron la mejora de la alimentación aun así dejaron su habitación destrozada como una forma de castigarlo. 

Entre las sombras se movía con agilidad, Monty escucho la puerta abrirse eso lo alerto para acercarse a la persona. El olor era conocido, se mantuvo de pie a pocos pasos de la puerta, esperando que algunas palabras salieran de la persona presente.

-Hola Monty-

-No esperaba verte a esta hora- respondió cerrando la puerta detrás tuyo.

-Lo siento, me puse impaciente-

-¿Impaciente? ¿No podías esperar para verme de nuevo?- soltó una pequeña risa burlona -ya que te encuentras aquí, continuaremos donde me dejaste ayer, ¿Entiendes?-

Tu silencio para el fue una respuesta aprobatoria. Adentrándose en su habitación poco iluminada, se sentó en ese acolchonado sofá verdoso.

-Ven conmigo y siéntate aquí-

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