Tu Juego

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Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi. Esto es sin fines de lucro, solo diversión por y para los fans.

La había seguido hasta Japón con el único objetivo de hacerla su mujer, la elegida era una belleza natural, una amazona de una aldea ubicada hacia el sur de China. Ella era preciosa, de cabello largo y violeta, de ojos alargados en color carmesí, de nariz pequeña y boca perversa; sí, de esos labios podía oír cuando lo llamaba de forma melodiosa pero otras era simplemente cruel. 

Shampoo era única como insoportable, pero de igual forma la amaba. Deseaba con todas sus fuerzas que lo viera con seriedad porque él no imaginaba su vida sin ella.

El chico era algo torpe debido a su miopía, pero sus lentillas le ayudaban mucho a sobrevivir. Dentro de la aldea, tenía varias féminas suspirando por esas esmeraldas que tenía por ojos. Tenía porte, era fuerte, y por sobre todo muy servicial y respetuoso. Sin embargo, la única dueña de su corazón era Shampoo, quien se había ido muy lejos de allí.

Resultó ser que al llegar a Japón, dio con una ciudad llamada Nerima; allí encontró a su preciada china trabajando en un restaurant de fideos que había montado junto a su abuela, una vieja momia que guardaba muchos secretos. Decidió observarla por muchos días antes de acercarse, planeaba confesarle su amor abiertamente pero a veces tus deseos se ven irrumpidos. 

Al tercer día la vio colgada del cuello de otro hombre, la rabia le invadió por completo. Sus bonitos ojos verdes se enrojecían aguantando el llanto, era algo sensible. Quiso ir y acabar de una sola vez con ese tipo de trenza negra, lo odiaba con todas sus fuerzas por poseer la atención de quien lo desvelaba cada noche. 

No obstante, algo no menor pudo captar en esa indecorosa situación, la mujer lo acosaba. Él trataba de quitársela de encima pero ella insistía de forma vergonzosa, quizás esa faceta no la conocía, Shampoo era una digna guerrera amazona y ahora andaba frotándose contra un hombre que solo desea escapar.

De igual forma lo desafió en batalla, pronto dio cuenta de que era un experto en artes marciales y aunque dio la pelea con entereza no pudo ganar. 

Ella le despreciaba con sorna, pero igualmente ese día lo tomó entre sus brazos en su forma maldita, ese lastimado pato no solo tenía heridas físicas, su orgullo estaba por los suelos, su espíritu quebrantado y con el corazón roto. 

Al pasar los días fue sanando sus heridas, y también ella dejó de atenderlo. Era tan fría como un trozo de hielo, la abuela le decía que regresara a China que perdía su tiempo pues Shampoo ya tenía "prometido" pero resultó que él ya vivía con quien sería su esposa algún día. No podía entender el empecinamiento de Shampoo, por qué fijarse en alguien que ya tiene un compromiso, por qué no lo veía a él.

Una vez pudo ponerse de pie, comenzó a ayudarle a la abuela en la cocina con los pedidos, Mousse era muy eficiente. Pero a la menuda china le molestaba su presencia, esa noche justo después de cenar fue a escupirle que se fuera de una buena vez. 

El chino se armó de valor y con toda la entereza posible la detuvo...

—¿Te crees especial? —preguntó herido y enojado, pero no con ella si no que con él mismo.

—¡¿Cómo dices?! desde cuándo me respondes ¿eh Mousse?

—Desde hoy, ¿acaso crees que siempre podrás ponerme el pie encima? —le increpó avanzando en su dirección, la chica alzó una de sus cejas nunca lo había visto con ese semblante, estaba muy molesto pero al mismo tiempo con cierto aire de suficiencia.

—Jamás te he dado falsas esperanzas, yo amo a mi airen,  es el  único que me importa —esbozó con sonrisa burlona.

—Ese hombre al que tanto adoras ¡tú no le importas! —soltó fuertemente, ella hizo un mohín ofendida, no toleraría un solo segundo más ahí. 

—Piensa lo que quieras...

—No es lo que pienso, es lo que veo, es más lo que todo mundo puede  apreciar excepto tú Shampoo.

—Tú que sabes de Ranma, él es mucho mejor que tú —escupió llena de sorna. 

Mousse entendió que no podría razonar con ella, que estaba ciega. Y sintió lástima, no solo porque la mujer que amaba no se daba su lugar queriendo a alguien cuyo corazón tenía dueño, si no que compadeció a su abatido corazón por amarla tanto y no ser suficiente para  ella. 

Esa misma noche Mousse tomó su pequeño bolso y se marchó, llamó a casa y su madre preocupada le consiguió un vuelo de regreso. Se iba con el corazón roto en mil pedazos, pero en lo profundo de su ser, esperaba que ella fuese feliz aunque no sea a su lado.

Unas horas más tarde, la china salió a mirar las estrellas; estaba soñando despierta cuando ese mal agradecido de Mousse vino a su mente interrumpiendo sus fantasías. Se levantó de su asiento y corrió hasta la casona Tendo, quería verificar que ese chino estaba equivocado, que su airen solo tenía ojos para ella pero en cuanto asomó pudo verlo en el acto entrar por la ventana que daba a la habitación de la menor de la casa. 

No puede ser, susurró...

No conforme con eso, dio unos cuantos saltos para llegar hasta allí. La cortina había quedado a medio abrir, estaba todo en penumbra pero se podía oír un ligero murmullo. Akane reía por algo que Ranma le contaba y después un silencio que le puso el corazón a mil, el chico que la traía prendada besaba con pasión a otra, sí, a esa chica marimacho de la que tanto se burlaba y no parecía que era la primera vez, lo hacía con cierta pericia. 

Perdió el equilibrio y cayó sobre el césped, estaba devastada. Mousse tenía razón y aceptarlo era intolerable. 

Regresó a casa como alma en pena, la abuela notó su mal semblante pero no dijo nada. 

 —¿Y Mousse? —preguntó mirando el vacío.

—Se ha ido —respondió la anciana.

—¿Cómo que se ha ido? Mousse jamás se iría... —comentó subiendo las escaleras para ir a buscarle, pero solo encontró una cama vacía. 

Esa noche mientras el chico pato viajaba en avión de regreso a su natal China con los ojos rojos por el escozor del llanto, en Nerima una amazona lo lloraba... 

Siempre estuvo ciega, creyó que con sus encantos Ranma caería a sus pies. Su amigo de infancia se lo dijo pero no quiso oírlo, la nota que dejó sobre la almohada la convencía de que era su fin, sí, "tu juego ha terminado".

Fin 

Estimado lector, agradecida de su apoyo al leer mi dinámica de vacaciones. Leo cada uno de sus adorables review, muchas gracias por sus palabras y ánimos. Regresando a la lectura, este ha sido el día dos; la imagen en la que me inspiré es un fanart de cuando Shampoo coge a Mousse pato entre sus brazos, justo después de la pelea que tuvo con Ranma. Siempre he pensado que ella no lo merece, lo despreciaba y ahora los papeles se invertían porque cuando lo quiso a su lado él ya se había marchado. Solo es un fic, espero los fans de la peli lila no lo tomen literal.

No olvides dejar tu voto en la estrella, estaré muy agradecida.

Desde Chile y con mucho frío, una fan más de Ranma.

Sweetsimphony._ 

Créditos de la imagen a @KrmBQgRrvalUi2lr en twitter.

Siete días con SweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora