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Estás en el camino correcto.

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— ¿Y qué se supone que comeremos? ¿Eh? ¿Pedazos ramas?— Se burló Kugisaki al leer el mal intento de correspondencia que Itadori lleva consecuentemente.

— No lo culpes, yo tampoco sabría qué hacer en su lugar.

— Ugh, no queda de otra...— Habló Kugisaki, aburrida, a la par de paseaba sus dedos sobre el verdoso césped donde ella reposaba. -Invoca a tu estampida de conejos.

— No te los vas a comer.— Resaltó Megumi, molesto y hastiado en partes iguales.

— ¿¡Por qué estás insinuando eso, Fushiguro Megumi?!

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Por tanto, Yuji tiene otro nuevo obstáculo en su aventura, y eso es...

— ¿Un estudiante de Kyoto transferido temporalmente a Tokyo?— Le cuestionó el profesor Yaga a Itadori, al mirarlo sentado junto a Nanami y Haibara, como un estudiante más, incluso con su uniforme personalizado. —Nadie me informó sobre ello.

— Ya sabe cómo es el director Gakuganji.— Yuji se permitió bromear para amenizar la clara presión que siente hacia su persona. —Le gusta el misterio.

— Necesito corroborarlo.

— ¡No! Porfavor, La verdad es que...— Pensó rápidamente, y aunque no le gustara decir mentiras, era hora de sacar sus dotes dramáticos de actor comprometido al cine. —Se supone que yo venía como un invitado sorpresa para supervisar que todo esté en óptimas condiciones para cualquier estudiante que llegue al colegio de hechicería.
Traje la carta de transferencia donde anunciaba todo pero la perdí en el camino cuando me detuve a jugar en las máquinas de pachinko.

Nanami y Haibara miraron asombrados a Itadori, pues no creían que alguien como él se interesará por ese tipo de juegos, pero en un instante pudieron comprenderlo, pues también eran adolescentes y sabían lo que era tener gustos fuera de la escuela.

Yuji por su parte, siguió adelante con su mentira al sentir las miradas expectantes de los presentes.

— Sé que es ilegal estar en esos lugares siendo menor de edad, pero si le llama al profesor Gakuganji es seguro que me castigará no solo por la carta, y el juego, si no también por estropear mi propósito, por lo que no me dejará volver a Tokyo para ninguna misión.
Porfavor, déjeme pasar solo ésta semana aquí, y jamás volverá a saber de mi o de algún problema derivado mío.

Se disculpó Yuji, reverenciando al pedir un favor.
Sabía que si se hacía responsable por actos que no hizo, bien podría salirse con la suya.
Es mejor pedir perdón que pedir permiso, ¿No?

El profesor Yaga con un suspiro resignado se limitó a asentir, comprendiendo bien lo que podría sentir su alumno, él también fue un joven tonto y descuidado alguna vez.

— Bien, pero solo ésta semana, tan pronto como te vayas, se lo informaré al director, ¿Queda claro?

— Me sirve.

— ¿Disculpa?

— DIJE QUE MUCHAS GRACIAS DIRECTOR YAGA, ES USTED MUY CONSIDERADO.— Gritó Yuji en un tono bastante forzado para estar contento.

— ¿Director?— Preguntaron Nanami y Haibara a un tiempo similar, mirando confundidos a Itadori.

— Es que... usted se ve que va a ser director, ¿Sabe? Yo siento que tiene lo necesario para lograrlo.— Sonrió de manera genuina, pues eso último no era una mentira.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2023 ⏰

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