Capitulo 4

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Había pasado ya una semana desde la llegada de Jonathan y tenía la necesidad de contarle a su madre lo antes posible sobre su actual situación romántica con Mario, quería poder sentirse amada en público por él y no solo en la oscuridad.

- Hoy le contare a madre, le he pedido una cita para poder hablar seriamente.- pronuncio Estrella mientras acariaba el pecho desnudo de su pareja.- quiero poder besarte y que todos sepan.

- ¿Estas segura? Podría perder el cargo y hasta podría morir Es, tu vida vale, la mía no, tan solo soy un servidor.- murmuro Mario deteniéndose al acariciar el cabello de la chica, se había puesto nervioso, era algo que venían hablando desde hacía tiempo pero nunca pensó que algún día podría llegar a hacerse realidad. Aquello era un cuento tanto para él como para ella, quien iba a pensar que el hijo de un doctor y una abogada iba a querer seguir la carrera de seguridad y muchos menos cuando lo ascendieron a guardia real hace 4 años con tan solo 21 años se había convertido en alguien realmente importante, actualmente con 25 tenía en sus brazos a aquella princesa que para él era su día y noche, se desvivía por ella y le mataba el saber que algún día otro ocuparía su lugar ya que no tenía el valor suficiente para poder pedir su mano ante su madre.

- Tú tranquilo, yo tendré todo bajo control y no perderás nada, lo prometo.- murmuro Estrella con una sonrisa en sus labios y uniendo sus labios una última vez antes de levantarse de aquella cama para poder empezar a cambiarse, Jonathan la había llevado hacia un almuerzo realmente especial por su aniversario y la emoción le había ganado.- tenemos que irnos, tengo una cita – murmuro en tono de juego mientras se sentaba en la cama en busca de ayuda de su novio para poder ajustar el corset, que a pesar de la negación de su madre usar corset era algo que realmente le gustaba se sentía cómoda ya que ayudaba a resaltar la cintura, algo bueno para ella ya que pondrían atención a su cintura y no a sus brazos que para ella eran demasiado flácidos a comparación de su madre, pues siempre había luchado con su peso pero desde que había empezado a salir con Mario se había relajado y este rondaba por los 70kg cosa que no era malo para ella pero si para los portales de moda.

Una vez en el palacio nuevamente se dirigió hacia el despacho de su madre encontrándose en el camino a Jonathan.

- Jona que bueno que te encuentro. – murmuro Estrella con una sonrisa en sus labios, su vestido estaba un poco desprolijo pero aun así le hacía lucir elegante y relajada.

- Estaba buscándote, tu madre quiere vernos – murmura riendo al ver un poco de comida en el cabello de su princesa y sacándoselo con cuidado y disimulo.

- Oh, está bien – asiente sintiéndose avergonzada ante la situación y entra al despacho no sin antes lanzarle una mirada a Mario de desagrado, ya que anteriormente le había consultado si se encontraba presentable y este había asentido sin dudarlo, haciendo que el guardia real lanzara una pequeña carcajada y a ella se le pasara el enojo, ¿Cómo podría enojarse con él?

- Al fin llegan, necesitamos hablar.- menciono su madre al verlos entrar juntos. Estrella tan solo asintió con la cabeza al compás de Jonathan y se sentaron en el sillón donde su madre les indicaba- Estrella, Jonathan, luego de años de discordia entre nuestros planetas con el rey de Manek hemos llegado a una conclusión que seguramente les hará feliz, su padre ha propuesto el matrimonio de ambos para poder unir los planetas y así poder llegar a un acuerdo de paz. Por eso la guerra ha acabado y ahora reina la paz, solo esperábamos la mayoría de edad de ambos para poder hacerlo público. Sé que es algo que no se esperaban y no es la mejor manera pero, es por el futuro de Manek y Dune, es por su gente y su bien.- la reina Mirihma dejo de hablar al ver la expresión de ambos príncipes y se mantuvo en silencio. Tal vez para Estrella aquella noticia hacia 5 años atrás podría haber sido la mejor noticia de su vida pues ella creía haber encontrado al amor de su vida con Jonathan pero ahora no era así, su corazón, cuerpo y alma era pertenencia de otra persona y no podría permitirse ser de alguien más, no si tenía la posibilidad de ser amada de verdad.

- Lo siento, pero no puedo madre.- murmura la chica levantándose de aquel sillón sintiendo sus piernas temblar y la comida que había ingerido hacia dos horas quisiera salir pronto por su boca.- Jona es alguien increíble y seguramente es algo que no tenía en mente – su mirada paso de su madre a Jonathan el cual parecía ¿feliz? Aun no entendía, ¿Cómo podría estar feliz en aquel momento si estaban controlando su futuro y felicidad? Negó al sentir que el nudo de su garganta se formaba aún más grande y salió de aquella habitación casi corriendo, quería escapar e huir de aquella vida de la cual no tenía decisión sobre ella.- vamos- murmuro firme hacia Mario quien la miraba preocupada y la siguió al compás hasta poder llegar al patio privado, al llegar cerro la entrada, dio dos pasos hacia adelante y sus piernas dejaron de funcionar haciendo que cayera de rodillas y rompiera en llanto, ¿Por qué sucedía eso? Si al fin tenía la felicidad que tanto había deseado. Mario se apresuró en acercarse en ella con preocupación mientras le abrazaba y preguntaba que sucedía aunque él sabía perfectamente que le tenía así.- Mario van a casarme, quieren que me case con Jona, por favor no lo permitas – murmuro entre llanto aferrándose a los brazos de su pareja.

- Lo siento princesa, pero es algo que esta fuera de mi alcance.- murmuro el chico también con la voz quebrada mientras abrazaba a su amada, tan cruel la vida de ponerlos en aquella posición pareciera que era algo que disfrutaba el destino, el que ellos no puedan ser felices nunca.

Luego de aproximadamente una hora de llanto Estrella quedo deshecha en los brazos del pelirrojo, sus labios estaban helados pero ninguna parte de su cuerpo reaccionaba, sus lágrimas se habían secado dejando un camino salado entre sus mejillas. Ahora comprendía el comportamiento de Mario hacia unas noches atrás, él ya sabía y tenía el corazón tan roto como ella.

- Vamos princesa, seguramente tienen que estar buscándola – dijo Mario dejando un beso en la frente de su amada y dejando caer una última lagrima la cual mojo la mejilla de este y se unió al camino de lágrimas de la chica.

Mario se levantó de su lugar soltando un suspiro y ayudo a Estrella a levantarse, ella sin saber como pero se levantó y empezó a caminar nuevamente hacia el palacio, sus manos heladas, los dedos de sus pies también pero no dolían o al menos era algo que ella no sentía en lo más mínimo, pues el dolor en su pecho era el más grande que había tenido después de la muerte de su padre, ni la partida de Jonathan hacia Manek le había dolido tanto como el saber que no podría sentir los brazos de Mario acariciando su cuerpo, el aroma del chico en sus sabanas ni mucho menos podría escuchar sus ronquidos los cuales al principio le causaban molestia y gracia a la vez. Suelta un pequeño suspiro al encontrarse con su madre en su cuarto y empieza a sacarse la ropa para colocarse el pijama, su día había terminado, su vida igual, aunque aún era de día pero su tristeza era tal que solo quería echarse en el suelo a llorar y dormir.

- Estrella no entiendo que sucede, ¿Por qué estás tan triste? ¿no era que amabas a Jonathan?-pregunto la madre sin comprender a su hija y realmente preocupada al ver a su hija sin poder parar de llorar ni siquiera en su presencia.

- Madre, amo a Jona pero mi alma, cuerpo y mente son de otro.- contesto con firmeza y mirándola a los ojos, realmente en ese mismo momento no le importaba nada, ni el que pensaría su madre ni su reputación, solo quería que ella rompiera aquel compromiso y poder ser feliz con Mario.- Hace 2 años estoy en una relación con Mario.

¿Estrellita Donde Estas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora