Capítulo 9 (yaoi)

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ESPOSA DE LOS ASAKURA.

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Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 9 ::.

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Este fic contiene "TRÍO", "YAOI", "LEMON FUERTE", "PRÁCTICAS POCO CONVENCIONALES". Ésta es solo una historia ficticia, con personajes ficticios, que no debe pasar más allá de la lectura.

Este capítulo contiene: YAOI, LEMON, lenguaje obsceno . NO ES APTO para menores de 18 años.

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Tres figuras se mecían sincronizadas en medio del silencio que reinaba en la pensión, claro, a excepción de ellos.

* Oh sí !!, esperé tanto por esto, lo extrañaba. *

Era la agitada voz de la rubia, quien se derretía atrapada entre los perfectos y excitantes cuerpos de sus dos compañeros. Sí, atrapada entre los dos Asakura, pues era realmente extraño y difícil que Anna hiciera el amor solo con uno de ellos.

¿Cómo decirlo?, ninguno de los dos quería perder ventaja sobre la bella mujer.

Sí, esa mujercita que al haberse convertido en madre había incrementado su belleza.

Sus caderas eran ligeramente más anchas y sus pechos sutilmente más grandes. Nada que se notase a simple vista, pero esos dos shamanes la tenían desnuda casi todo el tiempo, y al hacerle el amor, nada de ella pasaba desapercibido para los hermanos.

Como sea, apenas cuatro meses que la itako había dado a luz y en verdad fue duro esperar a que ella estuviese de ánimos para tener relaciones otra vez, quizá por ello ésta era la segunda vuelta en la noche y ninguno de los tres parecía estar cansado.

Posado tras la itako, Hao mantenía clavado su pene en el ano de la rubia, penetrándola fuerte y profundo, haciéndola jadear mientras que Yoh se mantenía dulce y suavemente clavado en la vagina de su amada, moviéndose lento, así era él y de cualquier forma no necesitaba moverse mucho, pues su hermano se movía por los dos y eso que la misma Anna ondulaba las caderas, reteniendo ambos penes dentro suyo, brindándoles placer.

La sacerdotisa giró el rostro, buscando los labios del shaman de fuego, embriagándose con la pasión que el hombre por ella tenía, luego rompió el beso, tan solo para unir su boca a la de Yoh, abrazándose a él, disfrutando de la dulzura de ese hombre.

La mujer jadeaba agitada al tiempo en que sentía que no podría soportar más aquella situación. Y así fue, Anna se arqueó, entregándose por completo a la locura del éxtasis. Un gemido entonando el nombre de cada uno de sus amantes, dejando que hicieran de ella lo que quisieran mientras ella disfrutaba su orgasmo.

Hao estrujaba los pechos de la chica, jadeando cerca del oído de la joven mientras que el menor empujaba sus caderas con suavidad, frotando frenético el clítoris de la rubia, logrando prolongar el clímax que la invadía.

La sacerdotisa se sintió flotar cuando su cuerpo se liberó de la presión, llenándose de languidez aun a pesar de que los gemelos seguían haciendo su trabajo.

Sus penes aun duros, clavados totalmente en ella, inmóviles... permitiendo que la itako disfrutara de esto.

Los hermanos compartieron miradas cómplices, hablando en susurros que Kyouyama parecía no escuchar. Peleaban por querer estar a solas con la mujer. Y sinceramente no notaron el rumbo que estaba tomando su infantil pelea.

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