- HeeSeung ayudaba a SungHoon a subir algunas cosas a su cuarto. Esa mañana el Omega había recibido algunas cajas de sus tíos, cada una de ellas llevaba juguetes o ropa de bebé. Sus tíos eran buenas personas.
El padre de SungHoon terminó dándoles una limonada, y ambos terminaron sentados afuera del patio de este, junto a una pequeña fuente.
Los dos no se miraban. Más bien veían pasar el viento sobre el árbol frente a ellos. Las hojas se movían armoniosamente en cómo si tratasen de tocar una melodia para hacerles dormir.
–¿Estas bien? –Preguntó HeeSeung captando la atención del más pequeño.
SungHoon dejo de mirar aquel azul cielo y se enfocó en los ojos del mayor –Sí, uh. ¿Por qué no? –Preguntó.
A diferencia de otros días, SungHoon estaba feliz porque estaba en compañía del alfa y lo disfrutaba demasiado.
–¿El bebé se mueve mucho? –
SungHoon sonrió y asintió. Sus manos bajaron lentamente tomando la mano del alfa y poniéndola sobre su vientre –Justo en este momento lo está haciendo ¿Lo sientes? –
HeeSeung afirmó con un “Sí” y movió lentamente su mano sobre el abdomen ajeno. Aquella sensación era tan válida y lo devolvía a la tierra.
–He pensado algunos nombres para nuestro bebé – SungHoon desvio su mirada, sus mejillas se colorearon –Lo he pensado demasiado y me gustaría saber tu opinión... No sé si tu tendrás pensado alguno.
HeeSeung se puso dee lado recargando su cabeza en su mano –Quiero saberlo.
–Bueno, yo, he pensado en llamarle Riki... Lee... Riki . –
Aquello hizo que el corazón del alfa se apretujara en emociones. Lee Riki sonaba perfectamente bonito, más si llevaba su apellido.
–También he pensado en...
– Lee Riki es perfecto.
–Oh, ¿Enserio?
–Claro.
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–El festival de invierno es la próxima semana ¿Quisieras venir conmigo oppa? –
–¡Claro! –
SungHoon pasaba lentamente por los pasillos de la escuela mirando a su alrededor a todos los omegas felices por que sus alfas le habían pedido ir con ellos al que festival de invierno.
Al ser una escuela un tanto anticuado por culpa del director. Se creían que los festivales de invierno eran para encontrar a tu alma gemela, algo así como el cuento de los predestinados.
Se acercó a su casillero y lo abrió para dejar sus libros ahí. Ese día seria su último en aquella escuela, o bueno, de lo que resta de su embarazo por recomendaciones de su doctor. Suspiro alejando todos esos pensamientos. No tenía a nadie, y exactamente tampoco estaba interesado.
– Hoon –Su amigo Jake se acercó rápidamente al castaño, aunque le asuto un poco, no lo demostró.
–Hola Jakey ¿Qué pasa? –Preguntó volviendo a cerrar el casillero bajo llave.
–¿Tienes pareja para ir al festival de invierno? –Preguntó sin dejar su sonrisa de lado.
SungHoon solamente negó y camino siendo seguido por el pelinegro –No hay nadie quien quiera salir conmigo Jake...
–¿Ni siquiera HeeSeung? –
HeeSeung... Se había olvidado de él, pero ciertamente era imposible.
–Él tiene Omega ¿Se te olvida? –Rodo los ojos mientras pasaba a su salón de clases.
Las horas pasaron y dieron al receso, todos salieron rápidamente y JaeYoon más rápido que él con la excusa de que iría al baño. SungHoon se quedó completamente solo en aquel salón, no hasta que una pequeña caja de chocolates fue puesta en su mesa.
Su vista se enfocó en el detalle y después levantó su cabeza encontrándose con aquel alfa, fuerte, grande y sí, el capitán del equipo de baloncesto.
–¿YunHo? –
–El mismo –Respondió sentándose frente a él, en una silla.
–Hmm, ¿Se te ofrece algo? –
–¿Quisieras venir conmigo al festival de invierno? –
Y las mejillas del Omega se tornaron rojas completamente, jamás pensó que YunHo estaría interesado en él, menos siendo un Omega... Embarazado.
–Tú... ¿Por qué? –Preguntó curioso.
Aquel alfa, que supiera, nunca mostró interés en él. Sus manos fueron tomadas entre las grandes del alfa, esta las acercó hacia sus labios para besarlas lentamente, algo que hacían los alfas para pedir permiso de cortejo.
