13.─

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- SungHoon fue el primero en levantarse y darse cuenta que HeeSeung no estaba a su lado. Tocó su cuello y lo acarició de arriba hacia abajo notando que había una marca.

Sus mejillas se colorearon y después se vino lo peor, su lobo le puso alerta, habían sido abandonados. Junto sus rodilla atrayendo las un poco hacia su pecho siendo interrumpidas por su vientre. Lágrimas empezaron a caer de sus ojos, todo había sido un error. Ni siquiera sabía si Soobin le había aceptado.

Un olor se hizo presente y después de aquello la puerta fue abierta. Su vista se posó en los ojos de aquel alfa que venía acompañado de una bandeja que traía comida y un jugo de naranja.

SungHoon miró sorprendido, pensó que se había marchado sin más, pero ahí estaba brindándole esperanzas.

HeeSeung se acercó hacia la cama de su ahora Omega y se sentó junto a él, poniendo la bandeja aún lado en la mesita de dormir.

–¿Como amaneciste? –Habló, y su voz se hizo aún más ronca de lo normal. Aquello erizo su piel.

Y eso, era ser un Omega. Cuando un alfa marcaba a uno esté ya le pertenecía, y el alfa podría ponerle sumiso de cualquier manera. Aunque el Omega  tenía más poder que el alfa.

–Pensé que te habías ido –Respondió y llevo sus manos hacia su vientre. No sabía cómo la ropa había vuelto a su cuerpo, pero agradecía aquello, sino la escena fuera totalmente incomoda.

–Nunca me iría sin ti –Se acercó quedando justo frente a él, su mano se dirigió hacia el vientre del Omega, dando suaves caricias a su cachorro.

–¿Por qué me has marcado? ¿Tú y JungWon...?

—Él no es mi pareja –Respondió rápidamente –Cuando mis padres hablaron conmigo y yo les tuve que contar sobre ti, él estaba ahí presente. Al final de la platica el salió corriendo y yo lo seguí bajo la lluvia, él se iba a ir, pero le detuve y le explique nuestra situación, él se puso un poco renuente, y no se lo niego, somos predestinados, desde que eramos niños nuestros padres nos han mantenido juntos, pero, no pude evitar decirle lo cuanto te amo, lo cuanto te necesito a mi y a mi cachorro. Pronto seremos una familia y necesitamos estar más juntos que antes.

HeeSeung tomó las manos de SungHoon y las llevó a sus labios besándolas lentamente –Nosotros sólo quedamos como amigos, se qué él sigue enamorado de mí, pero yo no lo quiero ilusionar, ni mucho menos lastimar. El merece a alguien mejor que yo.

SungHoon tembló por un momento y sus ojos se pusieron aún más viedrozos que antes. Tomó los brazos de HeeSeung y le acercó hacia el, llevándole hacia su pecho. Sus olores se empezaron a mezclar rápidamente. Sabía que HeeSeung estaba herido, los alfas cuando no estaban con sus predestinados, perdían interés por su pareja que no lo era y se herian fácilmente y no querían aceptar al nuevo, pero, el alfa de HeeSeung parecía aceptarlo completamente y estar tan feliz como su Omega por su bebé.

–Desde el primer momento, aunque no fuéramos predestinados, sabía que tú eras para mí, Hoonnie.

–Desde el primer momento, aunque no fuéramos predestinados, sabía que tú eras para mí, Hoonnie

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SungHoon se encontraba dormido sobre los brazos de HeeSeung. Ambos se encontraban en un parque de la ciudad. Había pasado un mes desde que Hee le había marcado, ambos habían formado un lazo muy grande que les hizo inseparable.

HeeSeung le había propuesto vivir juntos, y aunque su familia no quisiera y se negara de su relación, escapó de su hogar y ambos ahora vivían en un departamento justo frente del parque a donde iban o pasaban todos los días.

El alfa empezó a acariciar los cabellos de su omega, Hoon ya no estudiaba desde hace un mes, su vientre se había vuelto aún más grande. Los cambios de humor se dieron demasiado y Hee se pudo dar cuenta de la nueva etapa de su vida.

El de hebras cenizas se removió en los brazos del alfa y abrió sus ojos poco a poco, su pequeño cuerpo se ajusto en el regazo del alto. Ambos se miraron por un momento y SungHoon sonrio tomando las mejillas del alfa y atrayendolo hacia el, para posteriormente besar sus labios.

–Pequeño dormilón –Habló HeeSeung entre el beso otorgándole pequeñas caricias en su espalda.

El Omega frunció un poco su ceño –¡Oye! Es culpa de nuestro hijo.

Los dos rieron –Así es, Riki, bebé, préstame a tu papá por un momento –Le habló hacia su vientre dando suaves caricias con su mano disponible –No duerman mucho, quiero darles mimitos.

La noche llegó a la ciudad y los dos estaban en su apartamento. SungHoon comía helado de chocolate con nutella, aunque le había ofrecido a su alfa este se negaba rotundamente a probar chocolate con más chocolate.

Los dos miraban la televisión cundo el celular de HeeSeung había sonado estrenduosamente. El alfa de levantó y se dirigió hacia él, lo tomó entre sus manos y contestó la llamada –¿Sí?

– HeeSeung, tienes que venir, t-tienes, Dios, sabía que esto pasaría...–

Y no pudo escuchar más, pues un pequeño zumbido en sus orejas se hizo presente. Su corazón de aceleró y un mareo vino a su cabeza cayendo al suelo y obteniendo un sonido seco.

SungHoon escucho aquello y rápidamente se levantó dejando todo atrás, paso hacia la cocina y ahí miro a su alfa en el suelo, inconsciente – HeeSeung. DIOS, Contesta por favor –Las lágrimas see apoderaron de sus bonitos ojos, movió al alfa pero no obtuvo respuestas. Se levantó del suelo y se dirigió hacia el celular marcando a una ambulancia.

—Por favor, mí alfa, se ha desmayado... esto no puede estar pasando...

𓏲  𝗨𝗺𝗯𝗿𝗲𝗹𝗹𝗮. ! #𝗛𝗲𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻 ﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora