Capítulo 4

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Augustine

Windermere, 21 de Julio

Los últimos dos días habían sido extraños. Aquel chico que había venido a recoger un pedido hace unos días había regresado desde entonces al lugar donde trabajaba. Su orden había sido la misma, una orden de papas fritas y un refresco grande. Para ser sincera me ponía nerviosa su presencia. Sentía su vista fija en mí hasta que se iba, no me había animado a hablar con él antes pero decidí que hoy preguntaría porque venía siempre, bueno si es que también regresaba hoy.

Colin fingió estar enfermo para no venir a trabajar hoy, así que estaba sola con otros dos chicos que trabajaban aquí también.

Mis esperanzas de que aquel chico regresará hoy también se agotaban con cada hora que pasaba. Seguí sirviendo órdenes a los clientes durante toda la tarde, cuando terminó mi turno preparé un helado con chispas de chocolate y me senté en una de las tantas mesas vacías del área de comida del centro comercial. La mayoría de negocios ya habían cerrado así que prácticamente estaba sola en esa área. Mis compañeros se habían ido hace unos minutos, me tocaba cerrar hoy el local. Seguí enfocada en comer mi helado disfrutando cada cucharada realmente me lo merecía después de un día largo.

Cuando había llegado a la mitad de mi helado divisé que una persona cruzaba la puerta y se dirigía hacía mi lugar de trabajo. Fruncí el ceño confundida y me levanté de mi lugar en la mesa para ver que buscaba la persona. Estaba usando una gorra negra y una chaqueta de mezclilla lo cual me impedía ver de quien se trataba a lo lejos.

Cuando lo alcance vi su rostro y descubrí que era el mismo chico castaño que había venido en los días anteriores, abrí los ojos sorprendida.

-Disculpa pero ya hemos cerrado- dije.

-Lo sé- respondió en un tono seco y sin desviar su vista de mi gorra que había dejado sobre la barra de entregas.

El fijo su vista en mis ojos, un cosquilleo en el fondo de mi estómago se hizo presente. Recordé mi plan de preguntar quién era y que quería así que decidí hablar yo esta vez.

-¿Cuál es tu nombre?- cuestioné sin evitar el contacto visual de su parte.

-James- respondió mientras daba un paso para estar más cerca de mí- y puedo ver que el tuyo es Augustine ¿no?- dijo desviando su vista hacia el pin que tenía escrito mi nombre sobre mi pecho del lado izquierdo.

Moví la cabeza como afirmación y hable de nueva cuenta- ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Supongo que sí- sus ojos regresaron a los míos y metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta luciendo despreocupado como siempre que lo veía dando vueltas por aquí.

.¿Qué es lo que buscas?- pregunté sin rodeos.

James alzó una ceja como si quisiera que fuera más específica con lo que preguntaba.

-¿Por qué has venido los últimos dos días y hoy?- volví a preguntar.

-No sabía que necesitaba tu permiso para poder venir a comer aquí.

-Mmm no realmente, pero yo soy la que está trabajando aqui y tu presencia diaria resulta extraña, me miras fijamente cuando crees que no me doy cuenta lo cual es incomodo tambien- hago una pausa para pensar lo siguiente que diré y tomó un respiro- sabes James, si quieres decirme algo lo hubieras hecho desde el primer día o en cualquier momento en vez de parecer un loco acosador sentado en aquella mesa mirando fijamente- arrastre cada letra de su nombre y me gire después de terminar para poder entrar de nuevo al local para cerrar de una vez el lugar e irme a casa.

¿Solo un amor de verano?-- EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora