『 °*• ❈ EPÍLOGO ❈ •*°』

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Adrien mira fijamente la pintura de Marinette, la de la fachada de la galería. Lo han llevado a la habitación de ambos para limpiarla. 

Pasa los dedos por el borde de la pintura y nota una pequeña raspadura justo debajo de la esquina superior derecha.

—Debe haber sido cuando lo limpié—, llegó la voz de Marinette, sorprendiendo a Adrien.

Adrien mira hacia atrás. Marinette está sentada en la cama, con pijamas rojos con estampados de catarinas y una taza de té en la mano.

Y como siempre, su corazón está atrapado en su garganta al verla.

Con la intención de saltar hacia la pintora, inmediatamente soltó la pintura, pero para su horror escuchó algo rasgándose. La parte rasgada del lienzo de alguna extraña manera se atascó en su anillo y rasgó más de la pintura.

—¡Oh mierda!— Adrien exclama, horrorizado por lo que había hecho.

Suelta su anillo, pero algo le llamó la atención, algo detrás del lienzo.

—¿Qué es?— Marinette pregunta, caminando hacia Adrien.

—Hay algo detrás—, murmura Adrien. —Otro ... lienzo...

—Quítalo.

—¡No!

—Arráncalo. Siempre puedo dibujar otro.

—No. No será lo mismo.

—Puedo dibujar exactamente lo mismo.

—Pero no será lo mismo—, argumenta Adrien, —No será el que tu abuelo guardó para que le dieras a tu abuela. No sería el que derritió el corazón vengativo de ella.

Aun así, Adrien está intrigado. Toma con mucho cuidado la pintura del marco y más cuidadosamente despega la pintura de Marinette de los otros lienzos.

—Es bonito—, comenta Marinette, cuando ve la pintura oculta. —¿Qué es?

—Oh ... mi... dios ...— Adrien murmura. Mira a Marinette. —Befana estaba buscando una pintura realmente valiosa después de todo.

—¿Eh?

—¿Tu abuelo tuvo esto todo el tiempo?

—Si. ¿Qué es?

—Es de Van Gogh. Es... es el Retrato del doctor Gachet—, dijo Adrien, todavía asombrado por su hallazgo. —Esto valía más de 80 millones de dólares en 1990. Vale el doble ahora.

—¿Esa es una pintura robada? ¿Mi abuelo robó eso?

—No—, dijo Adrien. —En realidad no lo sé. Fue comprado por un hombre de negocios japonés - Ryoei Saito. Pero cuando Ryoie murió, nadie sabía a dónde estaba la pintura. Algunos incluso pensaron que fue incinerada con él.

—¿Ryoei Saito?— Dijo Marinette. —Recuerdo que mi abuelo mencionó ese nombre. Algo sobre mantener algo seguro para él. Una buena pintura, dijo el abuelo.

Pintura fina, recordó Adrien. Así es como Befana describió el trabajo de Marinette.

Las personas de aspecto extraño y las personas mayores y las personas mayores de aspecto extraño que compraban las obras de Marinette, pero nunca las revisaban a detalle. Adrien sacudía la cabeza.

Solo podía imaginar qué otras preciosas y exclusivas obras de arte estaban escondidas dentro de MIRACULOUS Gallery.

Sus pensamientos se interrumpieron cuando Marinette se puso de pie torpemente. Luego estiró los brazos y arqueó la espalda mientras bostezaba.

Stealing Marinette (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora