Capítulo 11

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Capítulo 11 - parte 1

Martina, ¿Cómo pudiste?, ¿cómo puedes empezar ver a alguien, cuando sé que me amas? Esa perra odiosa no es nada, y nunca te va a amar como yo. ¿Por qué no me ves? Si solo paras de verla, y me amas de esa manera que sé que quieres ser amada, no voy a lastimarla.

Tu amor, F.

Mierda. ¿Qué tipo de mente enferma iría a dejar eso en su armario, y cómo diablos consiguió entrar en nuestro camerino? Necesito hablar con Mike, o con nuestro jefe de seguridad, ahora.
M: ¡Eu! Alguien llame a Mike por mí ―grito, confiada de que alguien irá a buscarlo.
Jugué de forma imparable contra la representante de Los Ángeles esta noche. Infierno, he jugado el mejor partido de mi vida en las últimas semanas, y no creo que eso esté sucediendo desde que comencé a ver a lu. Esta/e idiota fan obsesionada/o no va a tocarla. Gracias a Dios que ella me dejo poner el sistema de alarma en su casa. El pensamiento de que le pase algo me deja mal.
―Hey, Martina , ¿puedo hacerte algunas preguntas? ―Un nuevo reportero deportivo está sosteniendo un micrófono frente a mi rostro, y pongo mi sonrisa pública.
M: Claro, hombre.
―Gran juego, Martina. Felicitaciones por otra victoria más ―El hombre más abajo gira el micrófono hacia mí.
M: Gracias, hombre. Hicimos un buen juego.
— ¿Crees que Lisa Jennings quede fuera el resto de la temporada, por causa de la lesión en la rodilla que ocurrió en el tercer set?
M: Oh, hombre, espero que no. No lo sé ― ¿Cómo diablos voy a saber eso? ¿Parezco una médico, idiota?
— ¿Sintió alguna presión cuando las cosas se ponían difíciles esta noche?
Hago una mueca hacia este idiota y quiero preguntarle si vio el partido. Dios, ¿dónde encontraron a este idiota?
M: Siento la presión en cada partido.
― ¿Estás lista para Miami la próxima semana?
M: Creo que sí. Todas las representantes de Nueva York estamos entrenando duro, viendo un montón de grabaciones. Vamos a estar tan listas como podamos el próximo domingo.
―Fue vista en la ciudad con una mujer con pelo violeta. ¿Es su novia?
Mierda. Por favor, cariño, no estés viendo esto. Mi estómago se aprieta y me alegro de que ya esté sudada por el juego, para que nadie pueda ver el brillo fresco que acaba de estallar en mi rostro.
Le ofrezco mi sonrisa, presumida arrogante.
M: Hombre, ¿ella parece alguien con quien saldría?―Rio hacia él, como si eso fuera la cosa más ridícula que he oído. ¡Si, ella es mi novia! Es la mejor cosa que me ha sucedido e intento estar dispuesta a todo porque nuestra relación funcione―. Ella es una amiga de la familia. No tengo espacio en mi vida para una mujer ahora. El tenis es mi prioridad.
―Buena suerte la próxima semana, Benza.
Asiento hacia él, y él se aleja de mí, para entrevistar a alguien más.
Joder. Si lu vio esa entrevista, estoy jodida. Ella ya tiene problemas con mi arrogante figura pública, y este sería el último clavo en el ataúd de nuestra relación, si ella lo vio. Y eso no es posible. Ella es mía.
Rápidamente voy hacia la ducha, lista para salir de aquí, para que pueda encontrarme con mi familia en la suite, y enseguida, salir para encontrarnos con nuestras chicas para salir a cenar. Necesito ver a Lourdes.
― ¿Quería verme?
Mike, un ex ranger del ejército y actualmente policía de Nueva York, está de pie detrás de mi.
M: Sí, hombre, alguien dejo esto en mi armario. Lo encontré cuando llegue aquí después del juego ―le entrego la jodida nota y hago una mueca―. ¿Cómo diablos alguien entro aquí?
Mike frunce el ceño, mientras lee la nota y después maldice por lo bajo.
―No sé. Ella probablemente mostró sus pechos a alguien. Voy a revisar las cámaras de seguridad y vamos a encontrarla. No te preocupes por eso.
Estrecho mis ojos hacia él, y cruzo mis brazos sobre el pecho. Sé que Mike es bueno, siempre lo he conocido, y nadie se mete con él. Pero alguno de los otros hombres van y vienen.
M: Quiero que quien la dejo entrar sea despedido.
Mi: Sin duda.
Ma: Y si una hebra del cabello de la cabeza de lu fuera tocado...
Mi: No va a pasar. Esta es solo una chica estúpida con una obsesión, Martina. Voy a lidiar con eso.
Asiento una vez y giro la espalda, despidiéndolo. Nico, Ramiro, Guada, Lara , están en la suite, todavía comiendo la gran cantidad de alimentos colocados a su disposición y cambiando opiniones sobre el partido. Tomo algunas papas y las lanzo a mi boca. Joder. Estoy con hambre.
N: Buen juego, rubia ―Nico me saluda y yo asiento de vuelta.
M: Sí, gracias. Me sentí bien, ¿listos para ir a buscar a las chicas? ―pregunto y tomo otro puñado de papas.
R: sele se quedó en casa esta noche. Se está sintiendo incomoda, así que yo voy para casa, a masajear sus pies y a colocar a Soph en la cama ―rama toma las llaves y asiente hacia nosotros, luego se dirige a la salida.
G: Ok, vamos a buscar a las chicas para llevarlas a cenar ―dice guada, y salimos juntas hasta el garaje del estacionamiento privado―. Pero voy a dejar avisado, vámonos ahora temprano. Tengo planes para ella esta noche. ―Ella sonríe y todos nos detenemos y fruncimos el ceño hacia la rubia ojiverde. Guada ríe.
L: Solo porque colocaste un anillo en su dedo, no significa que no voy a matarte, Guadalupe ―avisa Lara.
Intento ahogar mi carcajada. Guada puede ser menor que nosotros, pero ella tranquilamente podría derribarnos a cualquiera porque sabe mucho de artes marciales. No todos de una vez, pero en una lucha uno contra uno, apostaría mi dinero en Guada.
M: Si me matas, Meg te mata. Y sé que le tienes miedo.
G: No tengo miedo de mi pequeña primita ―murmura Guada, ganando una mirada de soslayo de rama―. Ok, tengo miedo de ella. No lucha justo.
L: Esa es mi chica ―anuncia lara con orgullo. Me agrada ella. Es buena para mi hermana. Ahora necesito colocar mis manos en mi chica y quedarme segura de que ella no vio lo que ese idiota hablo en la TV esta noche.

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"Juega Conmigo" (+18) - Martuli - (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora