LOVE OF TULIPS [Seungbin]

IV.

De nuevo estaba sentado en aquella silla, en contra de su voluntad, solo para escuchar a hombres casi ancianos hablar sobre temas "importantes", que le interesarían si no fuera porque no le interesaba ser rey.

-He decidido que como primer acto real de mi hijo antes y después de su coronación, derribaremos gran parte del Páramo, nos encargaremos de las criaturas que se encuentran ahí, ya que en su mayoría son una amenaza, y posteriormente ampliaremos el reino, dando espacio para las criaturas del reino que se dedican a ser obreros y para todas aquellas hadas de bajos recursos debido a las guerras de años pasados.- Aquello dicho por el rey, porfin captó la atención de Seungmin, Changbin era quien protegía el Páramo, si destruían el Páramo lo destruían a él, cosa que claramente Seungmin no quería.

-¿Y qué va a pasar con las criaturas que viven en el Páramo y que son inofensivas? ¿No se supone que éste acto real sea por decisión mía? ¿No se supone que deberíamos ayudar en lugar de destruir?- por fin se atrevió a interrumpir Seungmin después de dos horas sin decir absolutamente nada.

-Morirán, serán asesinadas, lamentablemente, ya que son totalmente inútiles para cualquier reino, piensa que esto se hace por nuestro reino y tú como nuevo rey tienes que aceptar y colaborar con lo que se debe, además los papeles han sido firmados y todo esto se llevará a cabo después de tu coronación- terminó por fin de decir el padre del más chico en aquella habitación.

"Asesinados"

Aquella palabra hizo ruido en su cabeza un buen rato. Changbin como guardían del Páramo se encargaba de cuidar a todas esas criaturas inofensivas, sin esas criaturas, él tampoco tendría más que hacer y se volvería una criatura más a la que matarían, si todo se llevaría a cabo cuando él sea rey, ese alguien que se encargaría de la muerte de todos aquellos, sería él, mataría a inocente, mataría a Changbin, a la persona que se volvió su amor más sincero en tan poco tiempo y que en tan poco tiempo le demostró mejor que nadie lo que era amar a alguien de verdad.

Nuevamente el sol estaba por ocultarse y Seungmin decidió salir del castillo como de costumbre, dirigiendose hasta el Páramo para encontrarse con Changbin. Cuando llegó se encontró con el de baja estatura volando por ahí, haciendo guardia como cada día para terminar llegando al campo de tulipanes donde se encontraba todos los días con su chico de ojos como los de un cachorro.

- ¡Seunggie! ¿Por qué estás aquí? Pensé que estarías ocupado haciendo tus cosas de persona responsable- fue lo primero que salió de la boca del pelinegro, realmente le ponía feliz que aquel chico se diera el tiempo de verlo todos los días, y mentiría si dijera que no se sentía enamorado del de alta estatura, pues no podía evitar sentir aquella aceleración cardiaca tan repentina cada que veía a su Seunggie.

- No quiero hacer cosas de alguien responsable, no me interesa, prefiero venir contigo- era verdad, pero también la verdad era que quería quedarse más tiempo, no le gustaba mentir, pero sabía que era lo mejor, aprovechar el tiempo que le quedaba junto al pelinegro y después pensar en qué hacer, pues las palabras dichas por su padre aquella tarde seguían rebotando de un lado a otro en su cabeza, quería pensar que podría salvarlo, pero sería difícil, y sabía que su relación era tan fuerte que él estaba en un punto en el que en esas circunstancias su mente divagaba entre el "salvarse ambos o caer juntos".

- Pasado mañana es tu coronación, ¿no?- soltó el pelinegro sacando de sus pensamientos a un abrumado Seungmin, el cual asintió con la cabeza y frunciendo ligeramente el ceño, haciendo saber al mayor que quería saber a que venía su pregunta algo repentina. -Quédate conmigo esta noche entonces, tal vez mi casa no es un castillo, pero es acogedora y espaciosa, además probablemente después de que seas rey ya no te podré ver, o al menos no seguido- no hizo más que sonreír luego de aquella propuesta que ni él supo de donde sacó el valor para decirla, pero sabía que quería pasar más tiempo con Seungmin, antes de que sus diferentes vidas los separaran.

¿Iba a decir que no? no, estaba seguro de que quería estar con Changbin el mayor tiempo posible, antes de que una vida los separara.

- Está bien, tienes suerte de que mañana no haré nada importante, espero, pero por cualquier cosa se que Chan me cubrirá, así que vamos- no podía evitar tener esa sonrisa casi de oreja a oreja, no estaba seguro de lo que hacía, pero aún así sabía que valdría la pena cada segundo; y cuando menos lo pensó ya estaba volando tomando la mano del pelinegro siendo dirigido por este hasta su pequeña casa.

Tal vez aquella no era la vida que se imaginó tener fuera de su castillo alguna vez, pero sabía que nada podría ser mejor que ello, porque había algo que los había conectado apenas se conocieron, como si estuvieran destinados a encontrarse el uno al otro; y eso hacía pensar cada vez más a Seungmin, que si estaban destinados a encontrarse en esta vida, en otras sería igual, no importaba como fuera, confiaba en que se encontrarían las veces que fueran necesarias para que fueran felices; y si no pasaba por obra del destino, él se encargaría de buscar a su Changbin donde sea y estaba seguro que él haría lo mismo.