III.

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Seungmin se encontraba sentado a los pies de su cama, mirando aquel tulipán que le recordaba a cada minuto y cada segundo de lo que vivió aquella vez, habían pasado algunos días desde que conoció a aquel hada guardían, días en lo que Seungmin escapaba a la misma hora solo para ir a ver a aquel hada que hacía que sintiera su sangre subir a sus mejillas; y como cada día, sentía la necesidad de verlo otra vez, no sabía si era por el hecho de ser la primera persona que conocía fuera del castillo o porque su presencia le hacía extrañamente bien, quería creer que era la primera, ya que no quería sonar muy intenso para si mismo.

Cuatro golpes a la puerta lo sacaron de sus pensamientos -Adelante- respondió y las puertas fueron abiertas dejando ver a Chan entrando a la habitación.

-Creí que seguías dormido, no bajaste a tomar el desayuno- dijo el rubio cerrando de nuevo las grandes puertas. -Vine para llevarte a la sala real, tu padre volvió a llamar para otra junta, en tres días te coronan así que hay demasiados asuntos que cerrar- siguió hablando mientras se sentaba al borde de la cama al lado del menor, quien hizo una mueca al escuchar sobre lo que tanto detestaba, sus deberes reales. -Estás agobiado, agobiado y deprimido, no creas que no lo he notado, sé que estás así desde ya hace unas semanas y quiero pensar que es por el tema de la coronación-

-Tal vez, no lo sé.- un leve suspiro salió de sus labios y su mirada volvió a posarse sobre el tulipán que se encontraba en aquel pequeño jarrón. -No quiero ser rey de todo esto, sabes que nunca quise. Aquel día que salí por primera vez me di cuenta que hay muchas cosas más allá de estas cuatro paredes, cosas que quiero ver antes de encerrarme de por vida aquí, realmente vivir así es deprimente...Chan, si te pidiera ayuda para salir de nuevo hoy, ¿me ayudarías?- volvió su mirada hacia su mayor con una pequeña sonrisa en sus labios, realmente quería seguir saliendo a ver algo más allá de lo que conoce, o más bien a alguien.

-Sabes que con gusto te ayudaré, solo esperame aquí a la hora de cenar, como cada día, te ayudaré a salir y luego le diré al rey que no cenarás por lo-que-sea, ya veré que excusa le pongo esta vez- le devolvió la sonrisa para luego ponerse de pie y caminar hacia la puerta. -Ahora cambiate de ropa, tenemos que ser puntuales a la junta, lo espero afuera su majestad.- terminó diciendo con un leve tono sarcástico y una reverencia, para luego salir de la habitación.

El sol estaba a solo unas horas de esconderse, lo que significaba que era la hora de la cena, Seungmin estaba en su habitación preparandose nuevamente para salir, estaba recargado en el ventanal de la habitación esperando impaciente a Chan, ya que...

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El sol estaba a solo unas horas de esconderse, lo que significaba que era la hora de la cena, Seungmin estaba en su habitación preparandose nuevamente para salir, estaba recargado en el ventanal de la habitación esperando impaciente a Chan, ya que precisaba de su ayuda para escapar con éxito, como los días anteriores. Las puertas de su habitación fueron abiertas luego de cuatro golpes para que supiera que era Chan quien se encontraba tras estas. El rubio cerró ambas puertad con llave y una vez más ayudó al menor a bajar por el ventanal sin usar sus alas para impedir ser descubierto.

Una vez fuera del castillo, Seungmin decidió sacarse aquella capa, extender sus alas y salir volando hasta el Páramo, teniendo cuidado para no ser visto. Llegó al Páramo y lo primero que hizo fue buscar desde lo alto a Changbin, quién estaba en aquel campo de tulipanes nuevamente.

-Pensé que no vivías aquí, pero pareciera que sí- dijo Seungmin apenas puso los pies en la tierra, llamando la atención del pelinegro.

-Niño cachorrito, pensé que no vendrías hoy- respondió Changbin con una sonrisa en su rostro, girandose para ver al menor de ojos esmeralda, esos ojos que tanto había querido volver a ver. -Y no, no vivo aquí, solo estoy aquí siempre, excepto a la hora de dormir- siguió hablando mientras se acerca al castallo oscuro para que su conversación fuera más audible.

-Yo también pensé que no vendría, pero lo hice, no porque te extrañaba, claro-

-Si claro, como digas- dijo el pelinegro rodando los ojos y usando un tono sarcástico. -Ahora dime algo, ¿estaré invitado a tu coronación, principe Kim?- Seungmin abrió los ojos como plato, pues de tantas cosas que pudo decir Changbin, jamás se imaginó aquello. -Deberías verte en un espejo, tienes la cara como si hubieras visto a una mantícora justo frente a ti- dijo Seo entre risas, realmente no le molestaba si el de mayor estatura le había mentido, pues desde un inicio supo quien era Seungmin.

-Deja de reirte de mi. ¿Cómo lo sabías? ¿Fuí muy obvio? Realmente no quería mentirte, perdoname- sus mejillas estaban más que rojas de toda esa vergüenza que sentía.

-No, tu no fuiste el obvio, tu apariencia sí, creeme, nadie que no pertenezca a alguna familia real tiene esa apariencia tan cuidada y refinada como la tuya, además conozco de vista a la familia del reino vecino, no fue difícil adivinar que eras el príncipe de Louloúdia- El pelinegro se sentó en el pasto, haciendo un ademán con la mano para que el menor se sentara junto a él y así lo hizo. -Tampoco te sientas mal por mentir, es normal no confiar en personas que recién conoces y que no pertenecen a tu reino.-

-Bueno no importa, de verdad perdón, no quería que la única persona que conozco fuera del castillo se alejara de mi o algo así- posó su mirada en el pasto mientras jugueteaba con éste entre sus dedos por el nerviosismo y ansiedad que estaba sintiendo en esos momentos, realmente estaba siendo sincero y no quería arruinar nada.

-¿"Única persona"? Yo pensé que eso también era parte de tu mentira protectora, ya sabes, seguro las hadas de la realeza como tú conocen infinidad de gente, porque un reino entero sabe de su existencia-

-No era mentira, las personas saben que existo pero no me conocen como tal, nunca en mi vida había salido del castillo ni había conocido a alguien más que no fuera mi consejo real.-

-Pero ahora me conoces a mi y yo a ti, y te prometo darte el cariño más sincero que recibas, porque lo mereces y no te volverás a sentir solo de ninguna manera- le regaló una sonrisa mirando fijamente sus ojos, esos ojos que se habían vuelvo una adicción para él; y rompió aquel cruce de miradas estirando su mano en dirección a los tulipanes que se encontraban ahí, arrancó uno y se lo dió nuevamente a Seungmin, como aquella vez en la que se conocieron.

Ninguno sabí que era lo que su corazón tanto sentía cuando estaban el uno cerca del otro, pero sabían que ese lo-que-sea era el sentimiento más sincero que podían sentir de manera mutua. Y los testigos de su amor y cariño creciente eran aquellos tulipanes que los unieron en primer lugar; y para una persona normal no sería la gran cosa, pero lo que nadie sabe es que un tulipán puede unir a dos personas, siempre y cuando ese alguien que lo reciba sea la persona correcta.

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LOVE OF TULIPS                                   [Seungbin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora