PDV ANDRÉS
La bestia roja que se encontraba frente a mí me miraba con total atención. Era al menos de unos 10 metros.
Además de su hedor horrible y su aspecto era aún peor.Ahora que lo pensaba... ¿Lanzarme a la batalla así como si nada? En que rayos estaba pensando. Me congelé en mi sitio, mis manos temblaban y mis ojos solo de quedaron inmóviles.
El demonio al ver mi expresión y supongo mi postura, lanzó un ataque hacia mi.Pude ver sus garras acercándose con rapidez. Mi cuerpo... Seguía sin reaccionar. Cerré los ojos esperando el golpe, pero en su lugar escuché una espada ser clavada y el alarido de dolor del demonio.
Abrí solo el ojo derecho... Para encontrarme con esa cabellera pelirroja justo frente a mí. Ari...
No sé cómo ni cuando pero mi espada estaba entre sus manos, lista para defenderme.Nunca pensé que mi mejor amigo fuera así de fuerte. Ya que cuando el demonio lanzó un ataque mágico el, con un movimiento de espalda lo disipó hacía nuestros lados.
— ¿Estás bien? — preguntó aún dándome la espalda. Su voz ahora era grave y con un toque de ronqueza.
— S-si — tartamudeé aún en shock, pero pronto mi cuerpo ya reaccionó. Entré en pánico cuando más demonios yacían en el cielo.
— Andrés escucharme. No hagas movimientos bruscos y estarás bien. Ellos mientras más te muevas te detectarán como una amenaza. — se volteó lentamente. Sus ojos verdes esmeralda se veían seguros.
Con un movimiento de cabeza me dijo que me vaya caminando con cuidado. Pero... La adrenalina y el miedo hicieron que corra. Todos los demonios me miraban incluído el que nos atacaba.
— ¡Andrés cúbrete! — escuché decir a mis espaldas. Pero cuando iba a actuar una explosión surgió a mi costado. Lastimando mi brazo y hombro.
Alcé la mirada hacia los demás demonios, esas bestias me miraban sin expresión alguna. Como si fuesen simples piezas de ajedrez, había un amo tras esos ojos de color morado vino.
Esperé el ataque que acabaría con mi triste vida. La vida de un príncipe sin valor alguno en este reino...
Pero ese ataque no llegó. Abrí mis ojos con lentitud, para encontrarme con la espalda de quién me había salvado por segunda vez.
Su típico abrigo rojo que le llegaba a la mitad de la pierna se encontraba rasgado y quemado en su mayoría. Poseía heridas graves en sus brazos y supongo que rostro. Y... Su cabello cobrizo fué cortado a casi todo su largo. Dejándolo con un corte de barón.
— Ari... ¿Estás...? — iba a preguntar... Pero el cayó de rodillas. Mis ojos quedaron estupefactos al ver la herida de su pierna... Era terrible. — ¡Ari! — lo abrazé para que no caiga de lado.
— Corre.. — dijo débilmente, sus ojos verdes esmeralda se cerraban cada vez más... No... No quería perderlo.
Su sangre invadía mis manos y parecía que la herida no dejaría de sangrar. El tono carmesí brillante en mis manos y ahora sí ropa me nublaron... Sus cabellos rojos ya cortos se me hacía extraños y sus ojos verdes cayendo rendidos me mataban por dentro.
— Andy... Sal de aquí... Por... favor — cayó en mis brazos y de su boca chorreó una línea de sangre.
— ¡No pienso dejarte aquí! — cerré los ojos con fuerza mientras mis lágrimas lo empapaban.
— Te prometo que... Yo estaré bien. Sal de aquí por favor... — me sonrió el estúpido. ¿¡No sabe lo mucho que me importa para dejarse morir así!?
— ¡Mierda Ari! ¡¿No lo entiendes?! ¡No pienso dejarte! — le grité mirando sus ojos ya cerrados.
— Lo harás... — con una mano tocó una parte de mi pecho. Una luz de color morado vino me rodeó y con un golpe me mandó lo más lejos que pudo.
Literalmente era una pelota de magia... ¿Pero desde cuándo tenía poder mágico?
Mis ojos lloraban apenados al ver cómo me alejaba a gran velocidad de el. Y pronto el ataque más fuerte que he visto impactó en su zona. Dando por destruido al menos un kilómetro a la redonda...
— ¡¡ARI!! — mi corazón se encogió al ver que nadie podría resistir ese ataque. Ni siquiera el.
[•••]
Me encontraba en el refugio fuera de la capital. Con la mirada perdida y mi mente pensando y arrepintiéndome cada segundo por no quedarme con el.
— Mierda Ariel... — lo llamé por su verdadero nombre. — ¿¡En que mierda estabas pensando!?
Me levanté con rabia en mis pasos. Los demonios me habían quitado a mi mejor amigo... Esos malditos me las iban a pagar.
— Prometo... Que haré a esa raza la aniquilación... — susurré después de golpear un árbol por horas. Descargué toda mi furia y esta ira incontrolable no cesaba en mi interior. De hecho se incrementaba. — te vengaré... Ari.
— No creo que sea necesario — mi mundo volvió a lo que era. Me voltee lo más rápido que pude. Para verlo ahí parado mi ira casi cesó por completo.
— Ari eres un idiota — susurré con mis ojos llenos de lágrimas. El me acogió en su pecho y pude notar el bombeo constante de sangre. En cierta forma me reconfortaba.
— Pero así me quieres — me sentía tranquilo... Protegido entre sus brazos... Y me tranquilizaba sentir sus dedos enredándose entre mis rizos.
No le respondí y enterré mi cara en su pecho. Sintiendo su aroma en lo más profundo de mis pulmones... Reconfortándome y dándome a entender que el estaba conmigo aquí y ahora.
En carne y hueso...
[•••]
— No podemos quedarnos aquí sin hacer nada. ¿¡Acaso no te importa el pueblo!? — le grité a mi hermana mayor.
— ¡Me importa! Pero no puedo arriesgarme a perder más vidas y recursos solo por gente que no logró salir... — sus ojos dorados mostraban seria preocupación y tristeza.
Después de todo con papá en coma ella es la única que puede salir por el pueblo en la ausencia de mi padre.
— Por favor... ¿Es nuestro pueblo y lo piensas perder así? — le cuestioné.
— No quiero perderlo. Pero ahora debemos concentrarnos en cómo vamos a sobrevivir con los que estamos aquí.
— Iré yo... Soy el príncipe de la nación... Debo luchar por mi pueblo y ayudarte...
Continuara...
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𝗧𝗿𝘂𝘀𝘁 𝗠𝗲-𝗦𝗽𝗮𝗿𝘁𝗼𝗿
Mystery / ThrillerLa guerra, un concepto básico para decir problemas por varias razones. O tal vez una excusa para cubrir algo. Un demonio maligno y poderoso. Líder de varios batallones para acabar con la raza de las diosas. Pero un día ese demonio traicionaría a la...