Capítulo 5

31 6 6
                                    


Eché a correr.


Cuando Diego me miró CON ESA CARA.
Esa cara de confusión. Esa cara de "¿Celia?", esa cara que lo decía todo.


No sólo había hecho el ridículo pensando que el tío creía que yo era cis. Sino que encima "mis amigas" se iban a reír de mí, le iban a contar que soy... Una chica. Y encima había quedado como un tonto al irme corriendo.


Esto no podía ir peor.

Esto no podía ir PEOR.


Finalmente después de tanto correr, metido en mis pensamientos, acabe en los baños. Y viendo esas dos puertas, esas dos malditas puertas. No pude evitar dejarme caer al suelo llorando.


Hombre.

Mujer.


No me veía capaz de entrar por ninguna de las dos puertas.


¿Porque no podían ser simplemente dos puertas con baños para cualquier persona? ¿Porque tenían que separar por géneros? Ni que separar a los chicos y a las chicas pudiera evitar violaciones o algo. Lo único que conseguía esa clasificación era hacerme sentir mal.


Suerte que en ese momento no pasaba nadie por allí, me moriría de vergüenza si alguien me viera en esas condiciones.


Para mi suerte , no me podía ir mejor, se acercaba alguien. Se oían pasos.


Los escuché porque no había ni Dios por los pasillos, y gracias al eco de las perfectas instalaciones escolares, el más mínimo susurro se oía a metros de distancia.


Me apresuré en sacarme los ojos para que nadie me viese llorar, traté de disimular la rojez de mis ojos, pero eso era imposible. Cuando alguien ha llorado, a no ser que estés ciego, te das cuenta de que algo anda mal.


Entonces lo ví entrar.


Ví entrar a Diego.



– Hey...¿estas bien? — dijo sentándose a mi lado – ¿Sabes? El suelo del baño es posiblemente el lugar más asqueroso en el que podrías sentarte.


–¿Entonces porque te sientas tu también?

–¿Eso importa acaso?

–Supongo que no...


Tenía miedo de lo que le pudiesen haber dicho...


– Por cierto, yo de ti iría cambiando de amigas, son unas capullas.


No entendía nada, ¿porque decía eso? ¿Estaba de mi parte?


– ¿Por que lo dices?

– A ver, para empezar, empezaron a decir que te llamas Celia. No se si se intentaban burlar de mi o que mierda. Y luego te vas corriendo y ninguna hizo nada para evitarlo ni fue a buscarte. ¿Que coño les pasa?

–Bueno... Nos conocimos hoy...

–Tu y yo también nos conocimos hoy y no soy un capullo contigo.



Eso... Era cierto. Él fue amable a su manera, en todo momento... Quería contarle todo. Pero después de... Todo lo que pasó... Me daba miedo contárselo a la gente. No quería que se repitiera. Pero...


– ¿Puedo confiar en tí?


– Por supuesto.


Como a un chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora