004

80 10 0
                                    

JE0NGGUK

Arrojé mis llaves a Sam.

―Un gran lío hace un momento, pero nada fuera de lo común.

Sam se rascó el cabello grasiento y miró el auto mientras Slim, un cabeza hueca de ciento treinta kilos, usaba un soldador detrás de él.

―¿Quién fue?

―Benny. ―Examiné las filas de autos, las pilas de piezas y al par de mecánicos sucios.

Sam escupió en el suelo de cemento oscuro.

―Mierda. Fui a la boda de su hermana hace dos meses.

―Mazel tov. (buena suerte) ―Me volví hacia los juegos de llaves a lo largo de la pared del desguace mientras Slim volvía a trabajar con la soldadora―. ¿Mi Audi está listo?

―Sí, la llave está en el gancho.

―¿Todo donde tiene que estar?

―Preparado y cargado en el maletero, como de costumbre. ―Se estaba refiriendo a la pequeña armería que guardaba en mi auto.

Sam y yo teníamos una larga historia. Había estado deshuesando autos, limpiando líos y acumulando una armería de primera categoría por el doble de años que yo había sido un asesino a sueldo. Era serio, aunque eternamente cuidadoso. No lo culpaba.

Se sentó en el capó del BMW.

―¿Debería esperar más entregas?

Tomé la llave familiar.

―No esta noche.

―Supongo que eso es un alivio. ―Sacudió la cabeza―. Benny era leal al viejo Serge, nunca salió de la línea. Si Vince le ordenó que apareciera, entonces... ―Se retorció las manos―. Te hace preguntarte qué pasará con el resto de nosotros.

Le eché un vistazo por encima del hombro.

―Sigues haciendo autos para el hombre a cargo, quienquiera que sea, y te dejarán en paz.

―Sí, supongo que eso es correcto. ―Se rascó la barbilla, sus dedos
convirtiendo a su desaliñada barba blanca en una sombra de gris―. De todos modos, sigo esperando el día que entres por esa puerta con una bala que tenga mi nombre en ella.

―Sam, si estuvieras en mi lista, nunca me verías venir.

Asintió, la resignación en sus hombros hundidos.

―Ya lo creo.

―Hasta la próxima. ―Dejé la tienda mohosa, la puerta mugrienta abriéndose al aire frío de la noche. En lugar de sentirme rejuvenecido, mi necesidad de dormir se cerró a mi alrededor. Los días de guerra civil y derramamiento de sangre ―aunque eran buenos para los negocios― habían cobrado su precio.

Mi celular sonó con un mensaje entrante. Caminé por el pequeño estacionamiento al lado del indescriptible almacén cuando cayó la nieve. La temperatura había bajado lo suficiente para que cuajase, aunque ninguna cantidad de nieve podría cubrir la suciedad que me cubría, el desguace, o la ciudad.

Me metí en el asiento del conductor y pulsé el botón de encendido. El auto cobró vida con un ronroneo mientras sacaba mi teléfono del bolsillo. Tal vez le había mentido a Sam. Tal vez había más asesinatos que hacer antes que saliera el sol. Suspiré y abrí el mensaje.

Woosung tiene a tu chico. Calle Lerner casa segura. Sótano. Apresúrate.

Sujeté el teléfono con tanta fuerza que la pantalla se rompió. “Tu chico solo podía significar una persona.

The protector ; kookgi +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora