Soy Omega || Sungsun

Cap. 34

El día del cumpleaños de Jungwon fue toda una odisea para Sunoo. Recuerda que la primera vez que asistió al cumpleaños de Jake cuando eran niños estaba muy preocupado porque a este no le gustara un regalo que consistía en un álbum de pegatinas viejas de los tiempos de sus padres, recuerda que en ese entonces Jake coleccionaba muchas de esas porque eran muy coloridas y geniales, o así decía él.

Bueno, hoy le pasaba algo similar, era el cumpleaños de uno de sus nuevos amigos y considerando que Jungwon era un tanto especial temía de que a este no le agradara lo que llevaba bajo el brazo.

Yang había pedido a todos un edificio, como era de esperarse le aseguraron que no lo obtendría, eran muy menores y pobres para conseguirle algo así. Pero Chan le dijo que cuando se realice como artista le compraría un carro, todos se burlaron de él pero Jungwon prometió que no olvidaría su propuesta y cuando cumpla sus sueños se lo pediría.

Llegó a la casa de Jungwon junto a Jake, Jay y Sunghoon, como ni él ni su mejor amigo conocían la residencia Sunghoon y Jay se ofrecieron para recogerlos y llevarlos.

Jay tocó el timbre antes de apoyarse en la madera de la puerta, con una oreja pegada a esta. Se separó poco después justo a tiempo para que se viera a un hombre Omega bajito y de piel clara y ojos grandes color azul. Todos sonrieron en su dirección siendo Sunghoon quien habló.

— Jihoon hyung, ¿cómo está? — el hombre entrecerró los ojos en su dirección con una ceja levemente alzada. Lee rió al ver como la sonrisa de Sunghoon desaparecía lentamente. — ¿Qué?

Una mujer apareció detrás del hombre omega, posando una mano sobre el hombro de este y mirándolos sonriente. — Chicos, que bueno que ya llegaron, Chan está amarrado al árbol y esperaba que Jay pudiera calmarlo.

— ¿Qué hizo ahora?

La mujer levantó los hombros con desinterés. — Intentó arrasar con la mesa de aperitivos antes de tiempo, lo normal.

El Omega junto a la que parecía ser su Alfa se hizo a un lado para dejarlos pasar y una vez adentro cerraron la puerta. El hombre callado tomó del cuello de la camisa a Sunghoon y se lo llevó escaleras arriba, Sunoo los siguió con la mirada, extrañado por la escena. ¿Sunghoon tenía problemas con el señor?

— No se preocupen, mi esposo solo quiere hablar con él.

Jay rió. — ¿Preocupado? ¿Quién está preocupado? El señor Jihoon ama los animales, no creo que le haga algo a Sunghoon. — Jake carcajeó por su chiste al igual que la Alfa de ojos marrones.

— Vamos al patio, Jungwon se va a cansar de tentar la cordura de Chan.

Cuando llegaron al patio trasero de la residencia vieron a Jungwon comer un emparedado frente a Chan, quien en efecto estaba amarrado a un árbol cerca de la vaya, observándolo con un puchero en labios.

— Esto ya no es divertido, ¡tengo hambre!

— No se supone que sería divertido, es tu castigo por terminarte la bandeja de sándwiches.

— ¡ERA.POLLO.Y.MAYONESA!

— ¡Y era para quince personas!

Jungwon giró la mirada hasta la entrada en cuanto notó movimiento encontrándonos avanzando hacia él. Se paró de un salto y acortó la distancia para llegar más rápido señalando acusador a Chan.

— Has algo, por favor.

Jay tronó su cuello antes de caminar hasta Chan quien tragó grueso al verlo. Mientras él parecía querer darle una buena charla Jungwon invitó a Jake y Sunoo a una de las mesas en donde pudieron sentarse.