CAPÍTULO 3

1.7K 88 8
                                    

Rachel:

Llevo despierta ya hace rato, pero no me quiero levantar, no quiero abrir los ojos ni verme en el espejo. Un día, un día y ya noto los efectos de esa puta droga.

Cierro los ojos con fuerza soportando el dolor de cabeza y de repente la puerta es abierta por una sirvienta, la misma que vi el primer día. Si no recuerdo mal se llama Fiorella.

- El señor Antoni me ha mandado para que se vista y la acompañe al desayuno- Dice en voz baja y sin, mirarme a los ojos.

Eso me enfurece, a saber cuánto ha tenido que soportar ella y yo aquí quejándome y no llevo ni una semana.

- Puedes mirarme a los ojos, yo no soy como ellos. Por cierto, ¿podrías decirme cuanto tiempo he estado inconsciente?

Ella levanta la mirada y me dice- Sé que no es como ellos, pero supongo que ya es la costumbre. Lleva inconsciente dos días aproximadamente.- Joder, dos días desperdiciados, dos días en los que podría haber hecho algo para escapar. Además es como si apenas hubiera descansado.

Me mareo un poco y decido sentarme en la cama un momento. Fiorella se acerca hasta mí.

- Tome, he conseguido una pastilla para el dolor de cabeza- Me la tomo- Sé que ahora mismo tiene muchos problemas y no está en condiciones para que la molesten pero llevo muchos años aquí y me arrebataron a mi hija hace unos años. Dijeron que murió pero yo sé que no es cierto, como también sé que es una agente de la FEMF. – Dice muy bajito. La verdad seguro que esta habitación tiene oídos por todos lados, no me extrañaría para nada que incluso tenga alguna cámara.- Conservo una foto con su nombre y fecha de nacimiento- Me la muestra y la verdad es una niña preciosa- Podría decirme si la ha visto alguna vez en sus misiones o algo.

Miro detenidamente la foto, concentrándome, pensado en todas mis misiones con la mafia; pero no recuerdo haberla visto jamás. Levanto la mirada y no sé cómo decirle esto.

- Lo siento mucho, de verdad que lo he pensado; pero no recuerdo haberla visto nunca. Eso sí, le prometo que si algún día salgo de aquí, aré todo lo posible por encontrarla- Y lo digo de verdad, es la única sirvienta o persona que me mira bien en este lugar, además me trata bien.- Pero me gustaría que si en algún momento yo necesito su ayuda en algo, me ayude.

Veo la decepción y tristeza en sus ojos pero aun así me sonríe.

- Muchas gracias y cuente con mi ayuda para lo que necesite.

Después de nuestra pequeña conversación decido arreglarme para verles la cara a esos bastardos.

Voy al baño y me miro al espejo, no me veo muy bien. Me ducho e intento arreglarme cómo puedo con el maquillaje. Cojo un vestido bastante bonito y atractivo y unos tacones de unos 7cm de altura. Al final acabo como toda una diosa aun con la mierda esa en mi sistema.

No voy a dejar que me vean decaída y darles ese gusto.

Fiorella me guía hasta la terraza donde ya están todos.

Entro con la cabeza en alto, mis tacones resuenas en el suelo avisando de mi llegada, observo a todos de pie mientras ellos están sentados y me siento como toda una reina. Me doy el privilegio de mirarlos con ascos y desprecio como la mierda mal pisada que son y no me basta, les ofrezco mi mejor sonrisa. Cosa que hace que Isabel se levante para venir hacia mí, pero una mirada de Antoni basta para vuelva a sentarse.

Me siento a su lado y me dispongo a desayunar sin prestar atención a nadie.

- ¿Cómo amaneciste mi principessa?- Maldito cabrón que se cree con derecho a usar ese posesivo en la frase.

Fanfic LasciviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora