Esto empieza en un día oscuro, infectado por la oscuridad de una fría noche, nada se podía ver de alrededor, si no fuera porque la luna está ahí, dejándose seducir entre tanto negro, una luna la cual era tan brillante que infinidad de estrellas la seguían intentando igualarla, pero como de costumbre, ninguna podía alcanzar su nivel. Con sus curvas, su rostro blanco reluciente y con esa capacidad de excitar a cualquiera que se atrevía a mirarla, presumía de su belleza, sin embargo, se sentía sola, a pesar de estar rodeada de muchas estrellas, no conseguía llenar un vacío el cual inundaba su corazón. Estaba triste y cansada de que se aprovecharan de su perfecto cuerpo para lidiar su sed de excitación. Ella solo quería tener al lado a alguien que pudiera llenar su vacío con la abundancia de amor, un amor el cual nunca ha encontrado realmente. Sí que es verdad que le ha parecido haberlo encontrado entre estrellas que se han atrevido a lanzarse y enamorarla, pero ella seguía vacía. Soñaba con que algún día encontrara a una estrella que iluminara más que las demás, una estrella al mismo nivel de sentimientos y valor que ella, una estrella que jamás la abandonara...