Minho esta luchando con cosas de la vida, ya no tiene las fuerzas necesarias para seguir.
Felix llega para ser su felicidad, a demostrarle que siempre hay algo por lo que vivir.
Estos últimos días Minho se sentía bien, bueno su corazón estaba mas inquieto de lo normal. Algunas veces sentía dolor en el pecho pero no le prestaba atención, tampoco quería ir al Hospital ni nada por el estilo.
Bajo las escaleras sin hacer tanto ruido no quería encontrarse con sus padres sabia que ellos lo seguirían reprochando del que porque no a conseguido un lugar donde vivir.
Nunca creyó que iba a volver a ver aquel chico frente a su puerta.
Su ex mejor amigo estaba frente suyo, de nuevo.
Cerro la puerta detrás suyo y comenzo a caminar ignorando al azabache.
— Lee know…
Paro en seco al escuchar aquel apodo. Giro su cuerpo y se acerco al pelinegro.
— En tu puta vida vuelvas a llamarme de esa forma. Ese apodo me lo pusieron unos tres tarados que creía que eran mis mejores amigos.
Hyunjin le dolió escuchar eso pero se lo merecía. Merecía todo lo que el castaño le dijera.
— Minho… perdón, fui un estúpido. Los tres fuimos unos imbéciles por dejarte.
— Que bueno que lo aceptas. Ahora si no te importa necesito ir a trabajar.
Hyunjin tomo del brazo del castaño.
— Por favor solo hablemos una vez, déjanos que nos disculpemos y después podes hacer lo que vos quieras.
Hyunjin pedía a los cielos que el castaño aceptara. Vio como el asentía y sonrió.
— ¿Cuándo podemos vernos?
Minho lo pensó unos segundos y hablo.
— Después de mi horario de trabajo, a las 19. En la cafetería Quokka queda a unas cinco cuadras de acá vas a reconocerla muy fácilmente. Lleguen a tiempo o no voy a darles otra oportunidad.
Hwang asintió efusivamente.
— Y otra cosa mas… no vuelvas a tocarme.
Se soltó del agarre del pelinegro.
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