Pasaba el tiempo y la tormenta no cesaba.
Menos mal que hemos traído bocadillos de sobra, parece que nos vamos a quedar aquí durante un buen tiempo- dijo Juanjo- las tormentas de por aquí suelen durar bastante.
¿Nos ponemos a explorar la cueva o que?-dijo Javi
Perdona, pero yo creo que es Valentina la que debe elegir-dijo Juanjo- Al fin y al cabo es ella la que quiso venir aquí. No me parece bien que empieces a dar órdenes así por que si. Te recuerdo que tu nos estabas espiando, no tenemos porque confiar en ti. Encima que te dejamos venir con nosotros hasta aquí....
Bueno chicos, no nos pelemos.-dijo Pablo- Valentina, elige tú. Al fin y al cabo, es lo más justo
Ves, es que es perfecto. Siempre sabe cuándo actuar.. A que espera que yo elija si vemos todo esto o no.. ¿y que digo? Si las leyendas son ciertas...¿que voy a hacer yo? Sería mi culpa...-pensó Valentina
Chicos, tengo que pensarlo..-dijo Valentina- Espera ¿y si llamo a mis padres? Me regañarían pero mejor que quedarnos aquí aislados.. A saber cuánto durará esta tormenta..
La verdad es que la tormenta no parecía ir terminando, es más, parecía que cada vez iba a peor. Llovía mucho, al fondo se veía como una palmera se caía y hizo mucho ruido. Javi se asustó.
Vale chicos, ya he decidido que vamos ha hacer-anunció Valentina- llamaré a mis padres, ellos vendrán y nos sacaran de aquí. Seguramente nos regañaran, pero mejor que quedarnos aquí... Por cierto, hace bastante frío ¿no tenemos mantas verdad?
Si que tenemos- respondió Yara- Tenemos cuatro mantas, me aseguré de cogerlas, por si acaso.
Siempre tan previsora -dijo Juanjo.
Los niños se acurrucaron en una de las paredes de la cueva con las mantas.
Valentina se dispuso a llamar a sus padres, pero no había cobertura...
De repente, Valentina vio una luz en el fondo de la cueva.
