Woojin x Yaguchi (2)

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Se dió cuenta que el dueño de la tienda ya había vuelto y preparaba en silencio su pedido.

-¿Sucede algo, Yaguchi-kun?- le sorprendió aquello, no solo por aquel honorífico, sino, porque era la primera vez que dijo su nombre.

-N-no es nada, solo... me quedé pensando- le sonrió -Mejor cuéntame de ti, de tu país, o cualquier cosa- trató de desviar el tema. Su acompañante lo miro ciertamente dudoso, claramente aquel niño omitió algo importante, pero por ahora decidió no preguntar más.

-Bien, veamos... para empezar Corea tiene un clima horrible, solo es agradable durante dos estaciones al año, primavera y otoño...- a partir de allí, de apoco, las cosas se calmaron para Yaguchi, aquel tipo que le ponía los pelos de punta, resultó ser alguien agradable con quien terminó compartiendo una buena comida y una agradable charla.

Woojin también le contó qué estaba estudiando, algo relacionado con economía o negocios, pues se haría cargo de la empresa de su familia y ocuparía un cargo público, eso le dió a entender al japonés que su acompañante tenía una vida bastante acomodada "Que suerte..." Pensó tensando sus puños por un momento.

También le habló algo más sobre su familia, fue ahí donde descubrió a grandes rasgos su parentesco con Mori. Resultó que Mori y él eran medios hermanos, pues su padre, del cuál se notó entre dientes que no era de su agrado, tuvo una aventura en un viaje de negocios a Japón hace años, y recientemente le confesó a Woojin y su madre de esto, más bien, se descubrió.
No reveló más detalles, sólo que a raíz de ello le dieron ganas de visitar a su media hermana para conocerla.

Para Yaguchi fue impactante aquello, pero su locutor no le dió mucha importancia al asunto.
Por su parte, Yatora le habló sobre el club de arte, su experiencia en el propedéutico, también sobre técnicas de arte y lo que había aprendido hasta ahora. Todo era perfecto durante ese pequeño momento, aquel en dónde ambos estaban en una armoniosa sintonía. La tensión de apoco se dispersó, aunque ambos notaron en el contrario que no estaba siendo honestos en algunos aspectos.

Al terminar, el coreano pagó la cuenta, Yaguchi no estaba cómodo con ello, pero no traía mucho efectivo, así que sólo agradeció el gesto, prometiendole que a la próxima, él pagaría.

-A la próxima ¿Eh?- susurró Woojin con una sonrisa ladina, gesto que fue notado por Yaguchi, pero se hizo el que no escuchó nada, aunque sus mejillas coloradas lo delataban.

Al salir del local, se dieron cuenta que Mori había enviado un mensaje a ambos chicos, diciendo dónde se encontrarían. Así que se encaminaron juntos, continuando con la plática. Está vez el camino fue corto para el rubio, aunque la distancia que recorrieron era mayor.

Antes de llegar a su destino, Yaguchi preguntó.

-oye Woojin-san... ¿Cuánto tiempo te quedarás en Japón?- quería saber para ver si podían volver a salir, quizás a tomar un trago o a algún lugar divertido, quizás le presente a sus amigos o inclusive, pasar el rato con Mori.

-Pasado mañana sale mi vuelo- ahogó un respingo.

-Entonces solo fue una visita corta ¿Verdad?- río un poco, el extranjero imitó el acto.

-Jejeje si... solo vine a conocer a mi hermana, pero quizás, vuelva pronto, ya que tengo una razón más para volver- le sonrió coqueto mientras hundía juguetonamente su índice en la mejilla del chico.

Pequeños relatos de amor (One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora