🌻 Go Away 🌻

🌻 14 🌻

—¡Hoy es el día!— gritó Jungwon con todos sus ánimos, asustando a Maeum quien dormía tranquilamente a su lado. — lo siento, perrito.

Ya eran los últimos de diciembre, más exactamente un día antes de navidad. Jungwon lo había planeado todo muy bien junto a sus dos amigos para ver como es que se le declararía a Heeseung.

Todos sabemos que sería muy complicado que se confesara directamente sin alguna falta de respeto o algún golpe. Por lo que, hicieron un plan muy "lindo" y significativo, algo especial para alguien con el carácter fuera de lo común que Jungwon posee.

Agarró aire y luego suspiró, para así comenzar a preparar sus cosas pues en unas horas más saldría en una cita con su futuro-no-tan-lejano novio.

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—¿Cómo te ha ido, mi sol?— preguntó Heeseung con calma mientras se sentaban en una de las mesas de la cafetería.

Si, una cita en una cafetería sonaba muy típico, pero es que tampoco querían morir de hipotermia afuera. Realmente esta vez el clima se puso en contra de los planes de todos y ahora apenas les permitía salir.

En fin, no todo sería tan perfecto.

—Bien, supongo—. Murmuró con su tono molesto de siempre.

Sonaba molesto, pero por dentro estaba a punto de explotar.

—¿Qué piensas hacer mañana? Ya casí es Navidad, realmente me siento feliz por ello.

¿Qué Jungwon se declare también le hará feliz?

—No debería importarte la verdad—. Dijo, y Heeseung rodó los ojos con una risa—. Estaré con mi familia, y tú estás obligado a ir.

—¡Claro! Realmente quiero conocer a tu familia—. Sonrió Heeseung—. espera, si nos vamos a ver mañana, ¿Para que me querías traer aquí con tanta urgencia?

—Y-Yo...

Maldita sea, estaba en problemas. Más porque sus mejillas no aguantaron en ponerse rojas.

—¿Qué sucede, mi bonito sol?— cuestionó con una sonrisa cuando las mejillas contrarias aumentaron su tonalidad. Este se acercó lo suficiente como para dejar un beso en sus labios, separandose rápidamente mientras reía al ver el rostro del menor completamente sonrojado.

—¡J-joder, aléjate!— sus pequeñas manos taparon completamente su cara esperando que Heeseung no lo notara, pero había sido demasiado tarde.

—Anda, dime ya, ¿Para qué me quisiste traer?

—S-solamente... Quería darte algo pero simplemente no sabía cuando y pensé que hoy sería una buena idea—. En cuanto más avanzaba la frase, Jungwon más rápido hablaba y menos audible eran sus palabras. Heeseung le miró con confusión, pero se quedó callado cuando vió al menor sacar algo de su mochila—. Ten.

¡Oh! Era una de las cartas que le dejaba cada cierto tiempo, era la primera vez que le daba una en persona, realmente.

—¿Puedo abrirla ahora?— Jungwon asintio—. Bien...

Con ambas manos abrió el sobre con cuidado de no dañarlo, pues el guardaba todas estas cartas en una pequeña cajita en su casa, las trataba como oro puro.

Cuando pudo sacar la hoja del interior se dió cuenta que no era solo una, si no dos curiosamente pues Jungwon siempre le dejaba un texto pequeño ambas estaban detalladamente decoradas como todas las anteriores, incluso podría decir que tenían más empeño, y más cosas escritas que todas las anteriores.

—Léelo, y no digas nada hasta terminar—. Sentenció el menor, ocultandose en aquel suéter que le quedaba tres tallas mas grande.

—Está bien, cielo.