Libero, Nación de Marley
Primavera| Saber que el amor es compartir Pero amarla es necesitarla |
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Dylan no hablo más con Porco, prefería evitarlo cada vez que iba por el pueblo o cuando él compraba pescado en el puesto de su padre Galliard era atendido por uno de los trabajadores del señor Fisher.
—Escuche por ahí que hoy es la ceremonia de Porco—habló una chica pecosa y castaña quién era una clienta bastante frecuente de los Fisher, mientras esperaba a por su salmón—¿Vas a ir? Digo debe de ser todo un honor ser la novia de un guerrero, en especial de alguien tan apuesto como Porco.
—No creo, estoy algo ocupada hoy—Dylan se sonrojo ante el comentario, no era un secreto que eran novios, pero no sabía cómo reaccionar ante los comentarios de los demás—¿Filetes o medallones?
—Filetes, por favor.
La pelinegra como siempre solo se limitó a limpiar y cortar el pescado, en silencio escuchando la plática de pecas, lo que la hizo pensar en que la conocía desde que ambas eran pequeñas. Su nombre era Aura Goldstein una simpática y carismática chica, extrovertida y bastante sociable, incluso era muy bonita sus grandes ojos verdes y esas pestañas tan largas la hacían ver como una muñequita, por lo que no le sorprendía a Dylan que a cualquier lugar a donde fuera volviera con uno o dos amigos nuevos, incluso se cuestionó si podría llegar a considerarla una amiga, pues siempre intentaba incluirla en sus planes o la invitaba a pasear por el pueblo a tomar un café con panecillos, incluso cuando iba con su novio el nieto mayor de la familia Grice. Pero la personalidad tímida y pasiva de Dylan la limitaban a declinar las invitaciones y solo le hablaba cuando la veía por el pueblo y cuando cortaba el pescado para ella.
—¿Lala, estás bien?—solo hasta ese instante la pelinegra se dio cuenta de que se había cortado un dedo, estaba tan distraída en sus propios pensamientos—Estas sangrando mucho, déjame ayudarte.
La castaña se levantó de su asiento improvisado sobre un par de cajas, pero al ver a su amiga tan decidida, simplemente suspiró. Conocía a Dylan Fisher desde que eran niñas y siempre sintió admiración con ella, esa resiliencia que tenía cuando algo malo le pasaba era simplemente como decir: “Estoy lista, ¿ahora que sigue?”, siempre volvía de nuevo. Y sobre sentía un poco de envidia por ella y Porco, no de la mala manera, contrario estaba feliz de que hubiera encontrado a alguien que la hiciera salir de su zona de confort y la amará por como era, y estaba dispuesta a arrancarle el corazón si lastimaba a su amiga.
—Oh, lo siento mucho, te daré pescado nuevo, discúlpame—se limpio las manos en su delantal y cambio las piezas de pescado.
—¿Es por Porco?
—No.
—Entiendo, ven siéntate—Aura dejo a un lado su canasta y dio palmaditas en la caja para que se sentará—¿no crees que deberías de hablarle?, digo a pasado un mes y él está preocupado porque no respondes el teléfono o lo atiendes en el puesto.
—¿Cómo sabes eso?
—Porco fue el otro día a mi casa, hablo conmigo y con Colt, preguntaba si no sabía algo de ti, porque eres mi amiga—la mujer termino por vendar el dedo de Dylan y suspiro un poco, intentando buscar las palabras adecuadas para su amiga—Sabes a mi tampoco me gusta que Colt este en el programa de guerreros, pero alguien debe de hacerlo Dylan, y bueno al final son sus decisiones y lo único que podemos hacer es apoyarlos.
—Lo sé, pero no quiero que muera, ¿sabes?, hay muchas cosas que quiero hacer con él, dime egoísta pero…—Fisher se quedó callada mirando el vendaje improvisado en su dedo—No podría vivir sin Galliard.
—Te entiendo y como tú amiga lo único que puedo hacer es escucharte, ¿Por qué no haces una cena? En honor a Porco, significaría mucho para él.
—¿Eres mi amiga?
—¡Claro que lo soy!, me ofende muchísimo que tú no pienses lo mismo—Goldstein fingió indignación llevándose una mano al pecho y soltando una risita—Todos estos años y tú pones en tela de juicio mi amistad, que mala eres, me harás llorar.
Hizo un puchero y Fisher se rió bastante por eso, era la primera vez que se reía a carcajadas con alguien en mucho tiempo.
—¡Que Helos, me libre de escucharte!, suenas como un ganso agonizando.
—¡Oye!
Quizá la señorita Goldstein tenía razón, las cosas no se resolverían si ambos seguían de orgullosos.No entendió su motivación, pero cuando menos lo espero ya estaba ahí subiendo las escaleras del cuartel general, viendo sus botas desgastadas y preguntándose si el vestido de color negro era apropiado para la celebración.
—¡Hey Dylan!—Reiner Braun la alcanzó a medio camino y ella le sonrió—¿Vienes con Porco?
—Si, algo así, te ves muy diferente, mas alto y maduro, incluso más guapo —Dylan soltó una risilla burlona y siguió caminando junto a Braun, acomodándose el cabello y la falda del vestido—Por cierto lamento lo de tu pelea con Porco no debió golpearte pero sabes que tiende a ser un poco un idiota.
—Un poco, le queda corto, pero no deberías de preocuparte por ello, ya sabes lo que dicen: “pasado pisado”.
Fisher negó con la cabeza, y siguieron caminando en silencio, no era incómodo más bien un silencio reflexivo como si meditaran sus acciones y pensamientos.
—Lamento mucho lo de Annie.
—Yo lamento lo de Marcel, era un buen amigo.
—Lo sé, igual para mí.
El oficial Braun abrió la puerta a la señorita y la dejó pasar primero, como el caballero que era incluso la escolto hasta la sala donde hacían el famoso pase de “herederos”, y aunque ahí ya no se le permitía el paso a ella, el rubio hizo una ligera excepción al dejarla pasar con él. Permitiéndole a Dylan ver a los señores Galliard despidiendo a su hijo en la sala de espera. Sus miradas se encontraron, pero ninguno dijo nada, solamente se miraron en silencio y ella ocupo el asiento vacío de la fila de sillas.
—Me da gusto que vinieras—la señora sonrió con amabilidad y puso una mano en su muslo con afecto maternal—A Porco le gustara verte aquí cuando salga.
—Eso espero, sé que esto es muy tardado—ella se levantó y le devolvió la sonrisa a la señora—Voy a caminar por ahí, volveré para cuando salga.
—Con cuidado.
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I'm Looking Through You [Porco Galliard x OC]
Fiksi Penggemar| Tus labios se mueven, no puedo oírte. Tu voz es relajante, pero las palabras no son claras. No suenas diferente, he aprendido el juego. Estoy mirando a través de ti, y no estas en ninguna parte... | I'm Looking Trough You, The Beatles. Rubber S...