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"Nunca me di cuenta que tenía que decidir entre jugar el juego de alguien más o vivir mi propia vida."

(Get Free, Lana Del Rey)

(Get Free, Lana Del Rey)

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━ 여덟

Cuando Jimin le llamó avisándole acerca de su entrevista para el día siguiente no pudo evitar la corriente energética de optimismo que le recorrió la espalda, saltó sobre su lugar apenas terminó de procesar lo que le habían dicho y fue entonces que reparó en la taza rota en el piso. Jungkook lo juzgaba con la mirada mientras masticaba sus tiras de espagueti, sin mover un sólo músculo ante el trasto roto.

El teléfono inalámbrico había sido habilitado para él porque el alfa decidió que debía tener la manera de conectarse con él, era lo idóneo a pesar de que vivieran a unos pocos metros. Para cualquier emergencia prefirió habilitar su línea, misma que era más bien utilizada para el cotilleo de los omegas.

—Muchas gracias Jiminie, te debo una muy grande. —Apretó el teléfono entre sus dedos mordiendo su índice para contener su alegría. —Estaré puntual mañana a las seis, lo prometo. —El alfa con el que compartía la última comida del día había desbordado su atención a él. —Entendido, gracias Jimin–hyung.

Sentía que finalmente empezaba a tomar las riendas de su vida y podía controlarla, empezaba a sentirse de nuevo en el juego.

—¿Y bien? —Jungkook lo miraba desde su lugar esperando una respuesta.

—Oh... —Rió nerviosamente. —¡Buenas noticias! Jimin me consiguió una entrevista de trabajo.

—¿En dónde?

—La cafetería Choi ¿La conoces? Pero es algo relacionado con la cocina. ¡Menos mal! Es lo que más se me da. —Se alegró alejándose hacia la alacena de la cocina donde guardaba sus utensilios de limpieza. Regresó con escoba y recogedor en mano para hacerse cargo del trasto roto, completamente ignorante de los pensamientos que atormentaban la cabeza del alfa.

¿Era siempre así de confiado con las personas? Jungkook estaba pasmado porque el omega simplemente sonreía esperanzado como si ya hubiera obtenido el puesto, ni siquiera sabía a dónde se dirigía ni para quién trabajaría. Jimin simplemente lo había llamado y así de fácil Taehyung entregaba su confianza. No es que le importara mucho lo que hiciera con su vida, pero si lo pensaba dos veces, tal vez sí. Al fin de cuentas era el que cargaba a su hijo.

Su casi futuro hijo.

Otra ola de pensamientos se rompe al chocar contra un peñasco e inunda su cabeza de reflexiones acerca del menor que tenía frente a él, hablando sobre algo de lo que no había puesto atención a la par que recogía restos de cerámica.

—¿Jungkook? —Antes de darse cuenta Taehyung ya estaba sentado en su lugar frente a él, sacudiendo sus manos frente a su rostro. —¿Estabas escuchándome? —Pregunta sonriente, casi burlesco.

kerosene | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora