03 | Vas pintado de inocente sangre

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Jaemin había sido elegido por su hermano para una tarea en específico, cegado por la ira y la tristeza acepto sin pensárselo dos veces, ya no le importaba nada. ¿Pero cual fue esa misión?

Sin duda algo que le dolería toda la vida, pero al menos su hermano descansaría.

Donghyuck quien tenía el cabello alborotado y vestía una fina camiseta de mangas amplias mordía uno de sus dedos nerviosamente mirando para todos lados hasta que divisó a Jaemin caminando en su dirección, corrió para encontrarlo y tomó infantilmente una de sus manos con entusiasmo.

— ¡Nana! ¿Para que quería verme hoy?

El pelinegro alargó canturreando el apodo que tanto le gustaba decirle mientras le sonreía, Jae lo había citado en un lugar un tanto distinto y muy alejado al que habitualmente visitaban cuando querían pasar tiempo juntos y eso en un inicio le parecía raro pero bueno, era Jae no había nada que temer.

— ¿Que acaso necesito un motivo para verte?

La sonrisa de Donghyuck se esfumó con la velocidad de un rayo. — Oh espera... ya llegó la invitación, ¿cierto?

El silencio del chico de cabellos dorados dijo más que mil palabras y Lee comenzó a llorar abrazándose del alto. — Te juro que no es lo que yo quiero, papá me obligó a hacerlo, yo te quiero a ti... P-pero mamá nunca estaría de acuerdo en que esté amando al sirviente del hijo del mal, jamás lo permitiría.

Eso picó hasta lo más profundo del orgullo de Jaemin, esté trató de ser fuerte pero no sirvió de nada y también comenzó a llorar mientras enredaba una de sus manos en los sedosos cabellos negros de su amado.

— Jaemin, huyamos, por favor huyamos juntos.

Ambos se miraron a los ojos y Jaemin negó suavemente desviando la mirada. — Lo siento, le soy fiel a las órdenes de mi hermano.
Donghyuck no entendió lo que esa frase significaba pero escondió su rostro en el cuello ajeno mientras le suplicaba que abandonaran el reino una y otra vez hasta que en un movimiento brusco pero rápido todo se quedó en silencio.

Jaemin cayó sobre sus rodillas sosteniendo el tibio cuerpo del pelinegro que se desangraba poco a poco por culpa de la profunda cortada recién hecha en su garganta.

— Lo siento, lo siento tanto mi príncipe.

Jaemin lloraba abrazándose con todas sus fuerzas del cuerpo, le importaba poco el mancharse con la sangre pues era sangre de la persona que alguna vez amo.
Por un lado había terminado al pie de la letra la orden de su hermanito pero por otro ¿por qué se sentía tan mal? No lo entendía.

Sabía muy bien que mientras el estaba allí cientos de caballeros destruían y quemaban todo lo que una vez fue el hogar de Donghyuck.

Al final del día la orden de Renjun se llevó a cabo. Convirtió en cenizas cada casa del lugar y le arrancó la vida a todo aquel que vivía a ahí, pero después de causar tanto sufrir al menos hoy el joven Rey tranquilo podría dormir.

A la mañana siguiente todo se sentía más tranquilo, ambos estaban en la hora favorita del Rey, la merienda.
Jaemin pidió cocinaran el postre favorito de su hermano y la sonrisa que apareció en su rostro fue algo indescriptible, no se arrepentía de nada y no dejaría que Ren volviera a perder ese brillo de nuevo.

Aunque sabía que lo que habían hecho no quedaría impune, y se tomaría la justicia como estandarte a una rebelión que estallaría en cualquier momento y eso era inevitable, pero Renjun no se debía preocupar por eso, en todo caso la culpa se la llevaría Jae costara lo que costara.

( Martes )

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( Martes )

Para poder al Rey derrocar, todo el reino entero se comenzó a revelar, y quien dirigía esa marcha contra el mal fue la guerrera roja con venganza en su mirar.

Una asamblea se hacía en secreto con varios habitantes del reino dorado, y... el padre de Lee Jeno.
Todos querían destruir al demonio que tenía por Rey ese lugar.

— Tenemos que hacer algo, sigo sin creer todo lo que el rey Na a hecho.

El rey Lee azotó la mesa con una de sus manos. — Asesinó al prometido de mi hijo dejándolo tirado en las afueras del bosque para después destruir por completo el reino, tuve que hacer que Jeno escapara del país esa misma noche.
Ese maldito enfermo debe morir, y debe hacerlo de la manera más horrible del mundo, propongo que le arranquen la piel desde la cabeza a los pies.

La viuda de rojo negó. — Lo mataremos de la misma manera en que asesinó a mi esposo y a cientos más, en la guillotina que el mismo construyó.

Todos terminaron aceptando la propuesta, ese día la la cabeza de Renjun terminó con un precio, y su vida ya tenía una fecha de caducidad.

( Jueves )

Toda aquella gente que al final en guerra se levantó envolvió completamente todo el palacio.
Fue una larga guerra la que se desarrolló, pero los caballeros de Renjun no cumplieron su misión.

Al final rodeada terminó la corte real, todos los sirvientes huyeron abandonando el lugar.
El joven Rey que gozó de fino porte y faz no pudo escapar de su final.
Y vio sus fantasías terminar.

( Viernes )

Programada a las tres quedó su ejecución cuando las campanas entonaban su canción.

El joven Rey al que un día el pueblo alabó ahora simplemente sólo era alguien más en la prisión.

Al final llegó la hora que se acordó y las campanas dieron inicio a la función.

El sin mirar a nadie más a su alrededor con una sonrisa habló.

Vaya, es hora ya de merendar.

Dicho eso la cabeza del Rey Na rodó.

Servant of Evil | RENMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora