Mi Ninfa, mi poesía

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La poesía es hermosa cuando un corazón acongojado la siente, la toca y la desnuda. Porque es fácil decir cosas atractivas e imaginar que nos puede llegar hacer felices y hablar sobre el amor, que es un sentimiento que no todas las personas han experimentado, pero la tristeza todos la han sentido e incluso con una sonrisa la han oprimido, pero para un escritor, al menos para mí cuando llega nacen esas incontrolables ganas de desahogarme y que otra forma de hacerlo que escribiendo lo que en ese momento siente mi atormentada alma.

Solo me bastó verle bajo la lluvia como una ninfa de agua que nacia con la mágica luna, la vi con su pequeña nariz enrojecida, con su titubeo al andar y su piel blanca la hizo parecer irreal, entonces Eros quiso darme una oportunidad y dejé de ser el muchacho perdido entre las tinieblas, pues ella me había dado piernas cuando creí que ya no tenía camino, me dió luz cuando estaba dentro de un túnel, me dió sonrisas cuando pensé que no me quedaban más que lágrimas. Sí, me dió todo a lo que las personas llamamos: esperanzas.

La amé con su mirada de pirata cuando estaba enojada, con sus anchas caderas, sus ronquidos monstruosos y sus cambiantes estados de ánimos en sus días sensibles, la amé con cada suspiro, con cada copo de nieve pintando mi oscuridad de blanco, con cada gota de sangre, pues era ella la que habia despertado mi corazón y calmado los demonios que en mí yacían, ella fue mi dulce compañía, quien mis fuerzas renovaba cada día...

Hoy me siento en un laberinto, los celos me inyectaron locura, el miedo de no tenerla dándome los buenos días y sin el dulce néctar que tomaba de sus labios cuando la hacía mia me hicieron rápidamente escribir esta última carta donde con letra poco entendible y con una explosión de sentimientos que han de hundirme le aviso a mi ninfa que he preferido viajar al inframundo para encontrarme con Hades, pues te aviso ninfa mía que he descubierto que tus besos no eran solo míos, tus caricias no me pertenecían y que era a él a quien decías te amo cuando entre sus sábanas te dormías.

Fragmentos de un alma rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora