Repentinamente y como si de una coincidencia se tratase,
al levantar la mirada me encuentro con tu energía de agua que me cautiva y atrapa en tu cotidiano andar.
No fue casualidad.
Te retiras pero no sin antes dar un vistazo al sitio en donde yo me encuentro.
Buscas con la mirada y no tardas en distinguirme entre el resto, sabes dónde encontrarme.
Me gusta pensar que ya me viste sin yo percibirte y que volviste a mirarme para un suspiro robarme,
aunque también pienso que, cómo yo, solo seguiste el latido de tu corazón...
Sensación intuitiva que involucra a las almas.
Nuestras miradas se encuentran y mantienen descansando en un discreto y fugaz momento.
La intención se desborda a través del mirar.
No sería la primera vez que me encontrarías por azar, tampoco la última vez que coincidiremos y sabremos cuándo mirar.
Entre roces precavidos esperando a que el destino cruce nuestros caminos.
Desde donde te encuentras y donde me encuentras, encontrándonos en medio.
