Es imposible dormir, no debería de haberme echado esa siesta. Son las 2:30 de la mañana y yo aquí sin poder hacer nada. Encima mañana tengo que madrugar, quien mandaría decirle a mi madre que la ayudaría yendo a casa del vecino de la abuela. De todas formas, como siga dándole vueltas a la cabeza no podré dormirme, aunque, igualmente no puedo. Pensándolo muy bien, no estaría de más que me fuera dar una vuelta, total, a las 2:35 de la mañana un Miércoles no creo que vaya a ver nadie.
Me vestí, cogí mi chaqueta favorita, me puse los zapatos y cogí las llaves. Acto seguido, cerré la puerta con cuidado de que mi madre no la oyera. Tras un rato andando me percaté de que no llevaba el móvil con los auriculares. Odio ir sin ellos, me entretienen, y aparte, fueron una técnica muy buena mientras iba al psicólogo.
Más tarde, me di cuenta de que la brisas a estas horas, a parte de ser fría, era agradable. Es como si mostrara otra parte del mundo que todos desconocemos. No se cuanto tiempo pasó, pero pude fijarme en el reloj de un parque que ya eran las 4:27 de la mañana. Si mi madre no me encontrase por un casual, me mataría.
Decidí volver a casa, pero esta vez por un camino diferente. De camino a casa, pude ver como el cielo se aclaraba, fue una sensación muy agradable. Casi llegando casa, me di cuenta, que en la esquina cercana a mi portal, se hallaba un joven, alto y con pinta de unos 20 años. Era bastante mono, pero al momento me desilusioné por que sabía que no tendría nada con él. Pasé junto a él, y ni me miró, tal vez estaba ocupado con su teléfono móvil. Tras cruzar la esquina llegué pronto a mi portal, cogí las llaves y la abrí rápidamente. Subí los dos pisos que tenía que subir y con cuidado de no hacer ruido, abrí la puerta. Por suerte, mi madre seguía dormida. Me dirigí rápidamente al cuarto y me metí en la cama. Era difícil dormirse con luz entrando por la ventana, así que me giré a la pared y me dispuse a dormir.
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Encuentros a las 3 de la mañana
Teen FictionLa historia se centra en la vida de Andrea, que pasados dos años de su intento de suicidio, empieza a descubrir cosas que nunca había sentido, cosas que cualquier otro adolescente podría descubrir si se lo propusiera. El relato también se ve acompañ...