Capítulo 5

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Un fuerte golpe en la puerta me despertó.
-Niña, ¿a ti qué te pasa? Estás todo el día durmiendo. Y por cierto, esa actitud con la abuela ni en broma, ¿me has oído? Se va a pensar que te pasa algo con ella.
-Hmm.. ¿Qué hora es? -fue mi respuesta-
-Déjalo, no se ni para que te digo nada -contestó malhumorada- Voy a hacer unos recados y volveré a la noche. ¡Ah! Aprovechando que ya estas más despierta, vas a ir este fin de semana a casa de la abuela si o si, ¿de acuerdo?. -soltó antes de cerrar definitivamente la puerta de mi cuarto.
Para asegurarse de que saliera de la cama, cerró con fuerza la puerta de la casa.
-Bff.. Tendré que levantarme -dije con una alegre ironía-
Me levanté, me estiré para deseperezarme y me dirigí a la cocina. Finalmente hice lo que mas miedo tenía de hacer, y era ver la hora.
-Oh, joder.. -dije bastante sorprendida por la hora- Son las seis de la tarde. ¿He.. -me pregunté mientras hacía cuentas- dormido unas seis horas?.
Sinceramente, me daba igual que mis cuentas estuvieran mal, cuando iba al instituto no es que se me dieran muy bien las matemáticas.
Mi madre estaba realmente enfadada, cualquiera que la conociera bien lo sabría. Ella no suele gritar como todas las madres, ella te lo dice con seriedad y si pasas de lo que te dice, ella pasará de tí. ¿Y si mi madre está molesta por que sabe que me he ido sola por ahí? Sería muy normal si lo hiciera, al fin y al cabo fue quien más sufrió, aparte de mi, el bullying injustificado que me hicieron. Si supiera lo de mis escapadas su preocupación por si me pasara algo sería muy alta, y no actúa de dicho modo. Definitivamente una de las razones es la pelea con la abuela, a pesar de que no tienen una gran relación madre-hija mi madre suele defenderla y me pide muchas veces que la trate bien, tal vez no quiere que tengamos esa misma relación.
-Ay.. -suspiré al probar un macarron de los que estaba haciendo-. No debería pensar estas cosas mientras cocino, olvidé ponerle un poco de sal.
Y tras añadirle sal en un intento de que supieran mejor me los comí sin más dilación, estaba hambrienta.

Encuentros a las 3 de la mañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora