Dieciocho

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— A Z U L —

Realmente la siguiente semana fue la más dura para Milori,no había podido decir ni una palabra a los chicos y eso le afectaba en muchas formas,y ni se diga de Clarion quien siempre que pasaba a un lado de él lo ignoraba entre la plática con sus amigos.

No se sentía con ánimos de seguir yendo a la universidad y fue hasta capaz de pensar en fingir estar muerto y cuando todos estuvieran velandolo resucitara como Jesús a los tres días.Pero era algo idiota,así que descartó la idea en cuanto llego a su mente.

Dejando de lado su muerte,aún no se acostumbraba a la compañía de Redleaf,un chico menor a él que era famoso por ser callado y no tener amigos,era malditamente inteligente pero aún asi no le interesaban las amistades.

Era raro sentarse a desayunar con el menor,pero no incomodó,hasta cierta parte Milori agradecía de que aveces me Redleaf fuera más maduro de lo que pensó y que no sacara el tema del por qué ya no le hablaba a Sled y los demás,sus pláticas eran interesantes y,debía confesar que aveces daban miedo,aunque no le daban tanto miedo como el pensar porque aquel chico no sonreía,y cuando lo hacía te daban hasta escalofríos de lo ¿tétrico? que podía ser a la vez.Aún así agradecía que no lo haya dejado solo.

Sabía que era un buen chico pues al principio,cuando Milori estaba sentado solo, Redleaf se acercó hasta sentarse en frenete de él y decirle que después de que arreglara las cosas con sus amigos podría dejarlo,al principio se sorprendió pero de todos modos demostró su gratitud ayudando al menor con temas que no entendía.

Habían pasado tantas cosas que le hicieron decaer,el que sus amigos hayan decidido dejar de hablarle, que Ree decidiera lo mismo,sonaba cómo un desgraciado pero tenía que admitir que le dolió más el que la ojiazul lo dejara a comparación de sus amigos,también los proyectos que tenía que hacer y el que no había podido comer bien toda esa semana.

Milori estaba llegando a la conclusión de que en su vida pasada fue un ladrón asesino o hasta padre de iglesia de lo mal que le estaba yendo en su nueva vida.

Aún así Milori era responsable y las clases que tenía con Silvermist no las detuvo,aún así sintiéndose tan deprimido.Silvermist no tenía la culpa de sus idioteces y por aquello no podía permitirse que a ella bajara sus calificaciones,no señor.

Es por eso que ahora se encontraba en la casa sentado en una silla de la mesa del comedor, Silvermist lo veía extraño,y cómo no hacerlo si de un momento a otro de estar explicando todas aquellas fracciones empezó a quejarse de lo que había sucedido con Sled.

Aún así ella le ponía atención y le daba pequeñas caricias en la esplada en modo de consolación.
No quería aceptarlo pero aquella acción le hacia sentir bien en cierto punto.

-Perdón Silv.-Ella sonrió por el apodo que Milori le puso desde que lo conoció.-Se supone que estaría explicando el tema y sólo te estoy haciendo perder el tiempo.

-Milord~.-Silvermits se acercó a el y los junto en un abrazo,no era sorpresa para Winter ,puesto que la chica solía abrazarlo casi seguido cómo si fuera una sanguijuela.-Mi tutor se siente estresado.

-Silv...-Susurro incómodo al sentir las manos tibias del la menor viajar desde su abdomen hasta su cuello,obviamente por encima de la tela,no dejaría que su menor hiciera otra cosa.O eso creía.

-¿Mmmh?.

-¿Qué haces?.

-Milori¿recuerda que le dije que alguien me gustaba?.-La menor se acomodo ahora encima de las piernas de Milori haciéndolo suspirar por el rose de pieles aún cubiertas.-Es usted,usted me gusta.

-Silvermist no.-Volvió a suspirar.

-Sólo disfruté.

Silvermist empezó a tocar los brazos  fornidos del albino,sus labios empezaron a besar las mejillas y finalmente se detuvieron en la quijada.

Tomó las manos de Milori y las dirigió a sus caderas mientras seguía su acción con sus labios pero ahora en el cuello.

Milori desorbitado por aquellas acciones de su menor se dejó llevar,llegando a la conclusión de que no era algo malo,hace meses que no tenía nada de contacto y no es cómo si tuviera pareja cómo para que se detuviera.

Y aunque le gustaba Clarion más de lo que pensaba,no eran novios,no se habían declarado amor eterno o habían hecho un pactó para nunca fallarse.

Así que realmente no le interesó aunque se sintió incómodo al estar pensando en Clarion cuando tenía el hermoso cuerpo de la asiática encima suyo.

Con fervor colocó sus manos en el trasero del la menor y lo cargo aún sintiendo los besos en su cuello,subió las escaleras hasta llegar a la habitación de Silv y cerró la puerta procurando poner seguro por si los dueños de la casa llegaban.

Tal vez no juro amor eterno a Clarion,tal vez no hicieron un pacto para nunca fallarse...Pero no quería desepcionarla,no quería perder la pequeña oportunidad que tenía con su acompañante.

Y tal vez,sólo tal vez,empezaba a crecer un cariño por ella en el fondo de su corazón,en el espacio que siempre guardo y cerró por si el amor llegaba a él.

Milori suspiro y lo único que pudo hacer fue juntar su frente con la de la menor para seguidamente besar su párpados ante la penosas palabras que le diría.

-Lo siento...Pero no puedo seguir,no es correcto.

-Milori...-Susurro.-No se preocupe,de verdad,nunca debí confesarme así.El que lo siente soy yo.

Milori le sonrió y se levantó lentamente para empezar a vestirse.
Cuando estuvo ya arropado se acercó a la menor quien aún estaba en la cama y beso su frente cariñosamente.

-Nos vemos el viernes.

Silvermist asintió antes de ver como su tutor salía de la habitación.

Por otra parte Milori no podía creer que estaba a punto de acostarse con la chica que le daba clases extra por gusto,no es que Milori le ganara con muchos años,pero aún así se sentía raro.

Se sintió mal de cierta forma al rechazar a Silvermist,no entendía muy bien el porqué lo hizo,bueno la verdad si sabía porqué,pero ella era perfecta.

Pero no lo quería a ella, Silvermist no estaba todo el día en sus pensamientos,y Clarion si.

El deseaba a Clarion.

— A Z U L —

𝐵 𝐿 𝑈 𝐸 - Lord Milori Y La Reina Clarion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora