La hija de Beyoncé

Un beso mas.

Cerré los ojos sintiendo sus labios encima de los míos, ella no los movía y yo tampoco, pues realmente no sabía que hacer o hacía donde moverme, olvide hasta como se respiraba, o bueno, ella realmente me había callado.

Sentí como si el mundo se hubiera detenido, cerré los ojos sintiendo los segundos pasar, apreciando como el aire que salía de sus boca topaba con la mía y viceversa, su respiración era diferente a la mía, pero parecía que coordinaban... el silencio y la oscuridad se apoderaban del pequeño lugar, todo parecía estar pasando de manera lenta o como si todo se hubiese congelado pero esto estuvo así hasta que sentí sus labios atrapar mi labio inferior, por esto me pude dar cuenta de como ella intentaba empezar con el beso de manera muy torpe pero tierna, estaba segura que era su primer beso, así que no pensé más y decidí ocuparme del resto, ayudarla. En el suave beso que estábamos teniendo en el suelo del elevador, el tiempo seguía corriendo de manera muy lenta, no me importaba si habíamos perdido el vuelo a Texas o si estábamos a punto de morir si se caía el elevador y era obvio que a ella tampoco le importaba, ya que lo confirme con la sonrisa que pude sentir también cuando atrapó mi rostro entre sus manos, pegándome hacía ella. El aire ya hacía falta, pero ella me tenía atrapada ya que realmente estaba aferrada a mi.

Di -susurré entre el beso, posé mis manos sobre las suyas y las retiré de mis mejillas con delicadeza.

Lo siento -susurró ella con timidez- me emocione un poco... yo...

Tranquila, ¿Sí? -tomé sus manos por arriba, pasando mis dedos por sus suaves nudillos y me mantuve en silencio, ella no hablaba y yo tampoco, en lo que menos pensaba era en que estábamos atrapadas en un elevador, mi mente no dejaba de pensar en lo que había sucedido, y no dejaba de agradecer que por la luz, ya que no podía visualizar a mi alta amiga... y bueno, mi mente estaba realmente confundida, no podía hacer esto, se supone que yo estoy aquí para cuidarla y acompañarla, sobre todo para llevarla a New York sana y salva, no estoy aquí para besarla y mucho menos sabiendo que es menor que yo y que su madre, la mismísima Beyoncé, puede matarme y no dejar rastro... o eso era lo que mi imaginación cree, me sentía culpable por haber empezado algo que no debí.

¿Sigues respirando? -habló Dinah después de unos minutos, reí bajito moviendo nuevamente mis dedos por sus nudillos- creo que si te callé.

Si que lo hiciste -musité esperando a que no me escuchará- ¿Qué acaso jamás vendrán por nosotras? -alcé un poco la voz o más bien regresé a mi volumen normal, tratando de cambiar de tema.

Esperemos que sí, esto es algo desesperante ya y... -suspiró quitando sus manos- no puedo hacer nada interesante aquí.

Eso te pasa por escoger como compañera de viaje a una chica tan aburrida como yo -me encogí de hombros, y me acomodé en el elevador un poco lejos, no se podía ver casi nada, este lugar estaba realmente oscuro.

No eres aburrida, no digas eso -sentí que ella me miraba, o trataba de buscarme entre la oscuridad, no es mi culpa que fuera tan negra... Pero lo único que hice fue sonreír de lado al escucharla.

Tal vez, tal vez deberíamos jugar a eso de las preguntas y respuestas -escuche su risa, la cual inundo el pequeño elevador- pero yo debería preguntarte mas a ti, mi vida gira en torno de mi mamá y planti.

¿Planti? -fruncí el ceño al haber escuchado esa palabra fuera Demi vocabulario.

Oh, es mi maceta -su tono era alegre- la tengo desde que cumplí diez años, la he regado, cuidado y todo, hasta me ponía a hablar con ella y le contaba todos mis secretos.

Oh... ¿y no tenias mascotas? -pregunte algo curiosa.

No... Mi mamá jamás nos dio una mascota, Cuando llego Ivy -dio un leve suspiro- casi me quita la planta por que pensaba que le daba alergia a mi hermana, así que me encerré por un mes en mi habitación en protesta contra eso, Ivy ama las plantas gracias a mi.