En la oscuridad*

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Estaba soñando que unos monstruos raros, eran muy parecidas a las tortugas ninja a parte me estaban persiguiendo por las calles de nueva york. De un brinco abrí los ojos espantada al caer a quien sabe donde en mi sueño, y al abrirlos vi que todo estaba totalmente oscuro. Tragué saliva y busqué el control de la televisión con la mano, estaba Dinah literalmente pegada a mi de espaldas y era mucho más difícil búscalo, así que decidí llamarla, tal vez y hasta oír su voz me tranquilizaría un poco.

Dinah... Di... despierta –susurré sacudiéndola un poco, de preferencia con los ojos cerrados por que tenía miedo de encontrarme con algún monstruo cerca o como en las películas de terror, que al momento de sacudirla me encontrara con el asunto de que no era Dinah si no una tortuga ninja o una ardilla salvaje- por favor, tengo miedo –volví a susurrar y sonreí con éxito al escuchar un quejido de parte de ella.

¿Qué ocurre pequeña? –susurró ella con la voz adormilada- ¿Apagaste la televisión? –sentí que se estiró un poco mientras bostezaba, negué con la cabeza pero luego me dí cuenta que era imposible verme en la oscuridad.

Ehm, no, por eso te desperté –me acomode en la cama buscando el control remoto de mi lado con mi tacto- me desperté por que tuve una pesadilla, estaba buscándolo y pues no lo encontré –suspiré frustrada al darme cuenta que no había nada.


Ven aquí –dijo ella jalándome a ella, pero cuando se acercó pude sentir en mi pierna que algo duro había pegado, así que decidí bajar mi mano para tomar el control, pero cuando lo toqué tenía encima como tela creí yo la sábana encima y Dinah se alejo de mi de golpe. Creo que no era el control- No...Normani ese no era e..el con...control –dijo tartamudeando con demasiada pena, no sabía ni donde esconderme, por error le había tocado pues... pues ustedes ya sabrán qué.

Lo siento, creí que era el control y... ay dios mío, que pena –me cubrí con la cobija hasta la cara, el silencio que se corría por toda la habitación era demasiado incomodo.

Yo... yo... ugh –habló Dinah jalándome la cobija y cubriéndose ahora ella con ésta.

¡No Dinah! –gruñí quitándole la cobija de nuevo- ¡Me da miedo estar fuera de la cobija!

Pero Normani, no quiero que lo toques de nuevo –me jaló la cobija nuevamente.

 ¡Pero fue un accidente! –la pelea por la cobija se hacía más dura, con sus fuerzas y las mías era difícil de saber quien tendría la cobija, entre mas la jalaba yo ella también lo hacía, pero ella la soltó tirándome a mi al suelo, gracias a dios caí en una alfombra, pero aún así dolió.

¡Normani! –gritó Dinah tratando de levantarme del suelo sin bajar de la cama, con el ruido de su mano llegue hasta ella parándome un poco, yo de rápido y para que el cuco no tomará mi pierna y me jalará a su cueva del mal, me impulse con un pie quedando finalmente en la cama de un resbalón. Pero para nuestra muy mala suerte, había quedado encima de Dinah, sintiendo su miembro muy, pero muy cerca de mi entrepierna, por lo que no me moví y mucho menos ella. Sus manos no las sacaba de mi cintura, y mis manos estaban a los costados de su cabeza por lo que su respiración topaba con la mía- Normani... -susurró ella en un tono entrecortado pero ronco, tratando de enderezarse de su posición, pero lo único que hizo fue que el miembro de Dinah pegara con mi intimidad haciendo que soltara un gemido- lo siento... -volvió a susurrarme, así que decidí moverme. Pero pésima decisión tomé, ya que lo único que provoqué fue un pequeña fricción y que ella ahora soltará un gemido apretando mi cintura, ahora entiendo por que los novios juegan twister y terminan teniendo relaciones.

Dinah yo... -cerré los ojos sintiendo sus suaves y delicadas manos pasar por mis piernas, ella se acercaba cada vez más a mi, sentándose en la cama a pesar de que su miembro erecto hacía acto de presencia- yo así no puedo –jadeé sintiendo como sus uñas pasaban arriba de la orilla de mi pantalón bajándolo de manera lenta.

Yo tampoco –bajó el short de mi pijama haciendo que me levantara un poco para poder quitármelo, pero solo lo bajo un poco dejándome en bragas- Normani, detenme por favor –suplicó apretando mis muslos bajándome de nuevo, sintiendo su miembro un poco más cerca. No podía ver absolutamente nada, pero podía sentirla completamente agitada y sabía que estaba cerrando los ojos como yo, pues todos esos suspiros que soltó al pasar su erección por mis húmedas bragas eran los que afirmaban mi teoría.

No podemos hacer esto Dinah, está mal –gemí sintiendo sus manos pasar por mi abdomen, llegando hasta mis pechos, posando sus manos encima de mi sostén como si quisiera apretarlos, pero solo bajo la tela de una manera tortuosa, me arqueé provocando más fricción en su miembro haciendo que gimiera un poco más fuerte sorprendiéndome.

Mani, yo... yo no puedo más, me duele –susurro ella quitando las manos de mi sostén y se levantó un poco, bajando sus bóxers. De manera rápida, cuando ella volvió a acostarse, pude sentir su gran miembro encima de mis bragas y con un quejido de libertad que salió de su boca, supe que estaba así por mi, así que me acomode sentándome bien en su regazo. Lo que estamos haciendo estaba mal, todo estaba mal, desde que decidí el irme con ella de viaje, desde que decidí tomar el dinero de mi mismisima Queen B para literalmente escaparme con su hija, también desde que decidí darme besos con ella y ahora esto estaba ocurriendo, así que como todo lo anterior, mande todo a la mierda ya que mi braga ya estaba totalmente arruinada, por lo que tomé su miembro entre mis manos, haciéndola gemir mucho más, moviendo mis manos inexpertas, ella se dio cuenta y tomó mis manos entre las suyas como si me quisiera enseñar a masturbarla esto hizo que me estremeciera un poco arqueándome nuevamente al sentir un escalofrío particular en toda mi columna vertebral. Estaba hundida en la excitación y lujuria tanto como ellalo estaba también, por que ambas no dejábamos de llenar de gemidos la habitación. Sentí como mi centro palpitaba, no sabía que hacer, pero se me ocurrió algo, arrodillarme y meter mi mano para acariciar mi clítoris- ¿Qué haces? –me preguntó Dinah acercándose a mi, tomando mis glúteos y apretándolos, haciendo que gimiera aún más fuerte.

Yo, yo metía mi mano en... -gemí soltando su pene pues ella estaba bajando mis bragas, dejándolas hasta mis rodillas. Se arrodillo enfrente mío y paso su miembro por mi entrada, haciéndome gemir aún más, pero en una maniobra rápida suya, me acostó en la cama, dejándome totalmente expuesta. puso mis piernas en su cintura, tenía su pene tan cerca a mi entrada que no podía pensar si quiera bien.


Esto es muy pronto, lo sé -susurró ella en mi oído, bajando sus labios a mi cuello, dejando húmedos besos en él, paso su mano por mi clítoris, apretando mi muslo con la otra. Después de que me tenía el doblemente húmeda de lo que ya estaba, se puso a frotar su pene con mi entrada, gemíamos casi al compás ya que las sensaciones que sentíamos eran de placer. yo me corrí y ella también, llenando mi abdomen de su caliente carga, mientras ella se acomodaba a mi lado agitada, yo me estiré un poco, y el colmo de la vida me había pasado, pues me acababa de dar cuenta de que el control estaba debajo de la almohada.


¿Debería prender el televisor ahora?

La hija de BeyoncéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora