Capitulo 5

40 6 0
                                    

Habían decidido salir por la chimenea de Andrómeda directo al Callejón Diagon, ya que era el lugar más concurrido; en esa ocasión solo Draco y él saldrían por si alguien reaccionaba de alguna manera demaciado agresiva así ni Narcissa, Andrómeda y sobretodo Teddy saldrían heridos.

Harry estaba sentado en el sillón de la sala bebiendo café, esperando a Draco que aún estaba eligiendo que ponerse; ya se había cambiado de túnica tres veces, argumentando que era "jodidamente incómodo y hacía demaciado calor para una capa".

Eso le dió tiempo a él de pensar en como enfrentarían la situación de salir al mundo mágico, habían pasado ya 8 años desde la guerra y 6 desde que Draco decidió irse al mundo muggle, pero dudaba que alguien se hubiera olvidado de él completamente; los malfoy eran demasiado reconocibles y aunque a Harry no le hiciera gracia, Draco era bastante parecido físicamente a su padre, sin el rostro tan duro y con el porte menos cruel, pero era obvio que lo reconocerían; aunque ese era él punto de la situación no dejaba de preocuparse por el rubio, sabía que la gente podría atacarle y que el se defendiera podría ser contraproducente, por suerte habían hablado un poco sobre eso, Draco tenía bastante autocontrol gracias a su tiempo de mesero donde tuvo que lidiar con todo tipo de gente y Harry se encargaría de protejerlo sin duda, así que dejo que los nervios poco a poco abandonaran su mente y comenzo a tranquilizarse.

Pronto escucho pasos bajando por las escaleras, Harry volteo para encontrarse con un rubio vestido con una sudadera blanca ligera, unos jeans y botas negras.

— ¿Desde cuando la ropa de mago es tan asfixiante? — pregunto desesperado llendo hacía Harry y reconstando su cabeza en el regazo del moreno.

— Desde que pasaste 6 años vistiendo ropa muggle — respondió divertido — ¿entiendes porque siempre voy vestido así?

Draco hizo un sonido fastidiado no queriendo darle la razón, algunas veces había cuestionado a Harry el porque seguía con ropa muggle en el mundo mágico y que si el tuviera la oportunidad de volver ahí usaría de nuevo sus mejores capas llenas de detalles y hechos a la medida, Harry le había argumentado que la ropa muggle era mucho más comoda y práctica, Draco no lo había tomado muy enserio pero ahora podía saberlo por su propia cuenta.

— Es que es demaciado — dijo — no se necesitan tantas capas de ropa, no puedo dejar de pensar en cuantas cosas se pueden atorar en la capa, y ¿porque se siguen llevando olanes? ¡olanes Harry olanes!

— Solo lleva ropa muggle — dijo Harry poniendo su café en la mesita — te ves genial.

Draco se enderezo sobre el sillon quedando arrodillado al lado de Harry.

— Siempre me veo genial — respondio — es solo que espere tanto para volver a usar esa ropa, para sentirme de nuevo yo y me siento frustrado al no sentirme comodo.

Harry suspiro y volteo a ver al rubio, cruzo sus piernas en flor de loto sobre el sillon y miro a Draco directamente.

— Draco, eres tú, siempre seguiras siendo tú, solo has cambiado; te siguen gustando muchas cosas de siempre, como el café sin azúcar o ser dramatico en ocaciones,  algunas cosas te dejaron de gustar como la ropa del mundo mágico o aparecerte con mucha frecuencia porque te mareas y otras cosas te empezaron a gustar, como la satisfacción al quitarle la plaga a una de tus plantas o comprar esas bolitas de gel que crecen en el agua.

Empezo a explicar Harry despacio mientras Draco escuchaba sin desvíar la mirada.

—  Nada se queda como siempre, pero sigues siendo tú, solo que has madurado, así que no importa como salgas al callejón Diagon hoy, seguiras siendo Draco Malfoy y seguiras teniendo esa cara de culo que intimida a cualquiera.

Flores, bodas y acuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora