Sentada en su cama.
Analizaba toda su vida.
Se sentía decepcionada de si misma.
Nunca había sido fuerte.
Era una débil más.
Escribía en esa carta.
Lo que nunca expresó.
Todas aquellas cosas que nunca gritó.
Se sentía eufórica.
Era sincera.
'Lo siento, no puedo más, siempre me odié, yo no me odiaba, nunca lo hice, todos me intimidaron, me hicieron odiarme, no les tengo rencor, el karma existe, adiós'
Una silla.
una soga.
Un impulso.
Ya no hay aire.
Ya no hay más Emma.
ESTÁS LEYENDO
Chicas suicidas
PoesiaEl frió del invierno acompaña mi alma destrozada aquí postrada a tus pies nada me sostiene, nada me impulsa, sola, aquí mirando mis manos ensangrentadas, pensando en como morir, no me ayudas, me destrozas, déjame, esto es algo entre la muerte y yo. ...