Las páginas

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Esta historia no es muy diferente a las demás, empieza como siempre con un día nublado, uno que al principio nunca molesta, uno que al principio es agradable. Continúa poco después con viento, viento que te remueve el pelo y revuelve tus planes, viento que llega y desordena todo hasta el punto en que no recuerdas como era antes de que apareciese. Pero cuando hay viento llega el vendaval, llega la tormenta, llegan los rayos, el frio y el granizo, llegan todos aquellos sentimientos negativos que desembocan siempre en dolor.

Podría mentir si dijese que en algún momento no formé parte del viento, podría mentir si no dijese que algunas veces extraño el desastre y desorden, podría mentir si dijese que este no sigue aun cuando el cielo se despejó.

Así que agarré un lápiz, una hoja y comencé a escribir, comencé a narrar pequeñas historias en las que todavía había sol, comencé a crear aquello que desearía haber vivido porque eso es lo que las escritoras hacemos. Y cuando terminé la historia que quise vivir comencé a narrar la que había vivido, mi historia, nuestra historia, mía y tuya, mía y suya, mía y de todo aquel que la entienda.

En ella conté todo aquello que ocurrió hasta que me quedé sin hojas, hasta que quise darle un punto y final aún al saber que solo era parte de un paréntesis.

El prólogo, porque cada historia tiene un comienzo, el momento en el que en los relojes marcan 00:00, cuando es el primer día de cada mes o cada vez que decides empezar completamente desde 0. Porque cuando tienes una portada interesante te acercas y ojeas la historia, te atrae, la lees y hay veces que te engancha, te gusta y continúas. Porque cuando va a llover primero salen las nubes y porque en un principio lo primero que hay y ves es el sol.

Nuestro nudo, porque como el nombre indica, siempre hay algún momento en el que todo se enreda, comienza el viento y los dos extremos del hilo se atan, se juntan se forma un nudo. Es ahí en momento en el que todo parece estar bien, el momento en el que aunque las nubes grises te avisen tu cuerpo se siente menos pesado, se siente como en casa. Es ahí cuando comienzan las historias, no aquella como las que viví sino como las que quise vivir, es ahí donde todos piensan en el final feliz aún al encontrarse solo en el principio.

Su desenlace, porque aunque podrían ser el final todavía hay historia, porque las cosas comienzan a torcerse pero todavía crees que hay suficiente tiempo como para arreglarlo. Entonces las ves, las nubes grises que has visto siempre comienzan a ser negras y te das cuenta de que existen, que te amenazan y poco después comienza la tormenta, una tormenta amarga, una tormenta de granizo que poco a poco te va golpeando más más fuerte, y luego llega la paz por segundos, segundos que parecen eternos hasta que te das cuenta de que el desastre continúa.

Mi epílogo, porque hay personas que se van y dejan caos, porque una vez a parado de llover la tierra sigue húmeda y porque cuando los rayos siguen y siguen comienzas a desear que vuelva el sol. Porque en algún momento te das cuenta de que no solo llueve en un lugar, hay más suelo que se empapa pero a diferencia mía, hay algunos que luego se secan.

Por eso y porque no pude vivir mis deseadas novelasdecidí escribir esta historia, mi historia.

Mi punto de vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora