𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 ┇「 𝐂𝐇𝐔𝐔𝐕𝐄𝐒 」

19

Jiwoo suspiró mientras se veía una y otra vez en el espejo. Asqueada de ella misma. Si, había estado yendo al gimnasio y había bajado unos cuatro kilos, pero el cambió no era tan notorio a como se suponía. Seguía teniendo unas feas lonjas, comenzó a notar las estrías en sus caderas y piernas debido a la pérdida de peso, su cara permanecía igual de rechoncha. Lo único que lograba consolarla era su abdomen -el cuál ya no colgaba- y sus brazos que lucían más delgados.

Eres una asquerosa cerda.

Negó con la cabeza, sacando esos pensamientos de su cabeza. Dejó de contemplarse para empezar a vestirse. Su atuendo constaba de un suéter grande de lana blanco con detalles en gris y un pantalón negro holgado. Nada fuera de lo común, parecía una anciana, pero prefería no usar nada apretado.

Se sentía ansiosa. Jiwoo sólo quería que todo saliera bien.

—¡Jiwoo bebé, te busca la niña bonita! —Su madre le gritó desde el primer piso.

Su rostro se tornó rojo y caliente, su madre no era la persona más callada y discreta del mundo. No volvió a mirarse en el espejo y simplemente salió de la habitación con los nervios a flor de piel. Bajó las escaleras con lentitud y torpeza, sus piernas temblaban y su pulso se encontraba demasiado acelerado.

Una vez que estuvo en la sala, contuvo el aliento. Ha Sooyoung se encontraba sentada en el sofá favorito de su padre, luciendo igual de perfecta que siempre, pero lo que más llamó la atención fue verla vestida con otra cosa que no fuera su uniforme. Vestía una camiseta blanca, un pantalón de cuero negro y una chaqueta y unas botas militares del mismo color. Parecía una bad girl de novela cliché. Jiwoo suspiró anonada, Soo siempre lograba sorprenderle con aquella belleza única. Sus ojos hicieron contacto con los contrarios, los apartó casi enseguida.

—Hola... —La gordita se apresuró a saludar haciendo una rápida y torpe reverencia.

Sooyoung se levantó del sofá imitando la acción de Jiwoo, quien dio gracias a los santos por el hecho de que su madre no se encontraba con ellas, ya se sentía demasiado avergonzada.

—H-hola, te ves muy bonita. —Sooyoung halagó a la gordita con las mejillas levemente rojas.

—Gracias. —La menor agradeció en un murmullo, con la cabeza gacha.

—Creo que deberíamos irnos.

Jiwoo asintió ante la sugerencia de Sooyoung, quien se acercó a su cuerpo con duda. Jiwoo respiró pesado cuando Sooyoung estuvo lo suficientemente acerca como para oír su respiración algo frenética. Una mano de la mayor fue a parar a la mejilla de Jiwoo, acariciándola con un cariño inimaginable, la otra se entrelazó con una de las suyas, dando un leve apretón. Jiwoo tuvo esa sensación de que iba a morir de la emoción.

—Vamos. —Susurró Sooyoung con voz ronca.