𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 ┇「 𝐂𝐇𝐔𝐔𝐕𝐄𝐒 」

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Kim Jiwoo, la gordita de segundo año, la chica solitaria, la misma que era dueña de una sonrisa de ángel, se había desparecido por cuatro días seguidos, dejándo a una Ha Sooyoung totalmente preocupada. No contestaba a sus llamadas, mensajes, pasaba por completo de su existencia. Y la mayor se sentía un poco rechazada, a pesar de que claramente la menor -de cierta forma- correspondía sus sentimientos.

Tal vez Jiwoo se había dado cuenta de que no era tan perfecta como solía decir en un principio. Tal vez ya se había aburrido de ella.

—No... —Se dijo en voz baja, tratando de quitar esos pensamientos de su mente.

Nadie puede dejar de amar de un día para otro, ¿No?

Suspiró pesado, mientras seguía en su debate mental de tocar el timbre de aquella hogareña casa en la que ya había estado antes. Al fin de cuentas la puerta se abrió y ella saltó ante la sorpresa.

—Hola, cariño ¿En qué puedo ayudarte?

La mamá de Jiwoo le sonreía cariñosamente, pero se notaba la tristeza en sus ojos. Se sintió un poco culpable, no debió dejar que las cosas se aclararan de esa manera, sabía que Jiwoo era un poco retraída y asustadiza, pero no quería seguir fingiendo. Mordió su labio inferior con nerviosismo.

—Buenas tardes, señora Kim. —saludó haciendo una rápida reverencia— ¿Puedo p-pasar? —preguntó tímida, enfocando la mirada en sus zapatos.

—Oh, ¡Por supuesto! —exclamó emocionada, haciéndose a un lado para que la adolescente pudiera entrar. Sooyoung dio pasos lentos y torpes, la señora Kim era un poco energética, la ponía algo ansiosa— ¿Vienes a ver a Jiwoo?

Ella asintió con las mejillas pintadas de rojo.

—Eso es bueno. —cerró la puerta despacio— Jiwoo me ha contado muchas cosas sobre ti. —dijo ante el silencio de la menor, quien ahora tenía toda la cara roja— ¿Es cierto que eres la capitana del equipo de fútbol?

Volvió a asentir.

—¿Qué más le ha dicho? —preguntó curiosa e interiormente emocionada.

—Me ha dicho que eres una chica genial. —respondió con una pequeña sonrisa al ver la carita ilusionada de Sooyoung— Y que le gustas mucho.

La adolescente sintió como su corazón tomaba un ritmo frenético.

—¡M-mamá! —exclamó aquella dulce y chillona voz que a Sooyoung le encantaba oír.