Feliz cumple Tartaglia

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Childe se despertó sobresaltado de su sueño, incorporándose mientras sudor frío recorriendo su espalda; los últimos recuerdos de su pesadilla se desvanecían lentamente de su mente. Podía notar su corazón golpear su pecho son demasiada fuerza, el ardor en su garganta indicándole que en algún momento había gritado estando dormido.

Childe respiró de forma acelerada, tratando de calmar su respiración al percatarse de que se encontraba a salvo, arrugando las sábanas entre sus dedos y agachando la cabeza, cerrando los ojos con fuerza. Era de noche, por la ventana se podían ver las estrellas, ni una sola nube interrumpiendo el paisaje. Era algo que le solía ocurrir, así que no le sorprendió para nada en absoluto.

—¿Ajax? —la voz de Zhongli llamó su atención, pero Childe se mantuvo sin contestarle durante varios segundos, respirando hondo para tranquilizarse del todo.

El castaño se incorporó un poco, apoyando una mano en su hombro izquierdo mientras se acercaba para besar el derecho, medio dormido. Childe se giró hacia Zhongli, colocando una mano en sí mejilla y dándole un suave beso en los labios. Aún se sentía intranquilo, pero al menos sabía que la pesadilla había terminado. 

Aunque técnicamente, había terminado hace años.

—Estoy bien amor —le susurró Childe, apoyando sus frentes juntas y deslizando la mano por el cabello de su novio cerrando los ojos—. Vuelve a dormir, ¿si? —Zhongli le dio otro beso, sus ojos dorados brillando levemente en la oscuridad de la noche.

—¿Otra pesadilla? —Childe apretó los labios, asintiendo levemente.

—Pero ya está, se acabó —repitió, más para tranquilizarse a sí mismo que a su novio—. Durmamos otra vez, aún es temprano. 

Childe se volvió a estirar en la cama, respirando hondo, sus pulsaciones ya normales al igual que su respiración. 

Zhongli apoyó la cabeza en su pecho, rodeándolo con los brazos y piernas. Podía sonar algo incómodo, pero muchas veces ocurría que después de despertarse de esa forma, Childe despertaba de nuevo a los pocos minutos de igual manera —o incluso peor. Así que teniendo algo (en este caso, alguien), manteniéndolo inmóvil, lo tranquilizaba al despertar de nuevo.

Childe liberó un brazo, acariciando el pelo corto de Zhongli mientras enredaba los dedos en los mechones de pelo castaño, mirando al techo en la oscuridad de la noche. 

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Childe de repente, sin dejar de mirar el techo.

—El qué —respondió Zhongli, inclinando la cabeza para mirarlo. 

—Si tú me hubieras podido salvar del Abismo... —empezó a decir, sin estar seguro de cómo formular la pregunta—. Quiero decir, si hubieras estado ahí cuando caí. ¿Lo hubieras impedido? —Childe bajó la mirada para observarlo de vuelta, los ojos dorados pareciendo examinar su expresión, o incluso sus pensamientos. Aunque Childe sabía que eso último no era posible.

—Claro —respondió Zhongli al instante, manteniéndole la mirada. Childe se quedó en silencio, apretando los labios—. No me arrepiento de haberte conocido, baobei. Pero creo que tu infancia podría haber sido menos traumática sin esa experiencia —continuó, haciendo una pausa—. Incluso si ahora no nos conociéramos. De todas formas no tenemos nada que nos diga que sin el Abismo siguieras aquí. ¿Por qué lo preguntas, has soñado con algo así?

Childe forzó una sonrisa, dándole un beso en la frente. Zhongli lo observó con una mezcla de curiosidad y preocupación, pero se quedó en silencio.

—No —contestó a su anterior pregunta, volviendo a apoyar la cabeza en la almohada, suspirando—. Era simple curiosidad.

Childe observó como un niño de catorce años se encontraba al borde de caer al vacío, dudando entre si saltar en esa enorme grieta donde el camino terminaba, o ser devorado por una manada de lobos.

Apretó los labios, cerrando las manos en puños mientras entrecerraba los ojos. 

No intervino en lo que sucedía, siendo un mero observador de cómo ese niño se precipitaba al vacío al resbalarse con la nieve.

Podría haber intervenido, salvar a ese niño. Podría haberse salvado de ese fatídico destino. 

Pero Childe ya lo había aceptado, desde ese día donde los tres meses de horror terminaron por fin. Él había nacido para eso, él había nacido para ser un arma.

Él era un soldado, la vanguardia de la Tsaritsa, un arma que incluso Rex Lapis había usado. Era un Heraldo. No podía existir otro camino, si él no se encontraba en el campo de batalla, entonces, ¿de qué servía? Era imposible que otra cosa hubiera ocurrido, que alguien lo hubiera salvado.

Childe clavó la mirada en esa grieta, sintiendo cada músculo de su cuerpo tensarse.

Él debía ser quien pasara por todo eso. Él debía ser quien protegiera a su familia. Teucer, Tonia, Anton... No podía dejar wue ninguno ocupara su lugar. Debía ser él, Ajax. Si no, ¿quién lo haría?

Si pudiera retroceder en el tiempo justo en ese instante, si pudiera salvarse de los horrores que vio ahí abajo... Elegiría observar, y dejar que el orden natural de las cosas sucediera.

 Elegiría observar, y dejar que el orden natural de las cosas sucediera

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[19/7/22]

[819 palabras]

El cumple d Tartaglia es mañana lo sé, pero quería escribir esto he leí por twt, y como no m apetece subir 2 caps en un día pues lo hago así.

Básicamente vi una persona diciendo q si Tartaglia pudiera salvar a su yo pequeño de caer al abismo lo haría, y he tenido q escribirlo. No se m da muy bien hacer introspección d personaje, más d Childe, q no es q sea uno precisamente sencillo akdnsks

Anyway hoy angst, mañana quien sabe👀 (los d discord saben kajzjsk)


𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙡𝙞 𝙭 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙙𝙚 [ 𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora