El mejor

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"Batman suplicaba por Superman.

—Kal-El. —Los brazos cubiertos por la tela se extendieron hacia él, buscando su figura para retenerla y tocarla en un intento de disminuir todo el calor que seguramente sentía.

Clark no se resistió al llamado del hombre bajo suyo; lo beso con hambre, buscando saciar el instinto animal que gritaba por tomarlo.

Se adueñó de sus labios, lamió los dientes que trataban de morder lo que estuviera en su paso y succiono la lengua en un arranque de lujuria.

Lo escuchó gemir.

—¡Mierda! —Batman atrapó entre sus piernas al hombre de acero, en un intento desesperado por sentir la gran erección debajo de esa ropa—. Superman, hazlo rápido.

Kent se restrego sin vergüenza alguna, escuchando como el lugar donde Batman estaba acostado se rompía por la fuerza adquirida.

Beso una vez más al murciélago antes de decidir que no era suficiente. Se separó no sin antes dejar una delicada mordida en su labio inferior, y controlando su fuerza sobrehumana, hizo el ademán de romper el traje.

Batman no mostró ninguna objeción.

Si iba a hacerle el amor, tenía que conocer al hombre debajo de la máscara.

—Hazlo. —La ronca voz del hombre lo excito.

Se mostraba indiferente y frío, pero Clark sabía por los latidos de su corazón que todo era una fachada.

Sus manos se deslizaron al inicio de la máscara y poco a poco comenzó a quitarla.

Sólo un poco más y Batman sería todo suyo.

Era..."

—¡Kent!

Perry lo regreso a la realidad.

—¿S-si? —Clark, por el movimiento brusco, tiro algunos papeles del escritorio. Rápidamente los junto.

—¿Te pago para que estés en la nubes? ¿Crees que esto es un juego? —Perry se mostró colérico. Tal parecía que hoy no era su día, y como siempre, ¿quién mejor que Clark para desquitarse?

—No, claro que no. —El hombre con gafas lo miro con pena.

Por un momento pensó ingenuamente que todos en la oficina habían visto sus pensamientos para nada santos.

—No sea tan duro. —Lois apareció con su sonrisa relajada y esa aura valiente—. Villa chica solo necesita un descanso de cinco minutos. Estoy segura que después le dará una digna noticia del Daily Planet.

Clark la miró agradecido.

White chasqueó la lengua para después dar media vuelta y retirarse.

—Gracias Lois. —La mujer le restó importancia con un elegante movimiento de mano.

—No es nada, Perry sólo amaneció de mal humor. —Tomando asiento a un lado suyo, Lane lo miro con picardía—. Y bien señor reportero, ¿algo que confesar?

El hombre desvío la mirada recordando alguna que otra imagen de su fantasía. Sentía su cara arder.

—Clark Kent. —Lois se veía impaciente.

—No es nada. —El de lentes le sonrió con cierta tristeza—. Solo ilusiones mías.

La mujer arrugó el entrecejo preocupada. No era la primera vez que veía ese gesto en Clark.

Realmente le preocupaba.

—Villa chica, si necesitas con quién hablar...

—¡Señor Wayne! ¡Bienvenido!

Todos en la oficina pararon su trabajo para ver al invitado de Perry.

Bruce Wayne sonreía como toda una celebridad, feliz de toda la atención que recibía en esos momentos.

Lois rodó los ojos, ese sujeto desprendía aires de grandeza imposibles de ignorar.

—Por favor, pase. —Perry mostraba una sonrisa amable. Muy raro.

—No se preocupe, sólo vengo a hablar con uno de sus trabajadores. —Bruce no dejaba la sonrisa en ningún momento.

—¿Quién?

—Clark Kent.

Lois miró a su compañero. Clark estaba igual o más sorprendido que ella.

Con torpeza, el hombre de lentes se levantó de su lugar y fue detrás del señor Wayne, perdiéndose de la vista de todos.

—¿Qué pretende? —Se preguntó Lane.

...

—¿En qué puedo ayudarlo, señor Wayne?

El multimillonario lo escaneo con la mirada, para después sonreír egocentricamente.

Clark sabía que su mente en ese momento trabaja a mil por hora.

—Señor Kent, quiero que usted maneje la nota sobre las empresas Wayne.

Por supuesto, esa nota era esencial para el mundo de los ricos. Todos querían leer cómo es que Bruce Wayne llevaba la convivencia con Lex Luthor; para nadie era un secreto la tensión que estos dos generaban.

Lex coqueteando descaradamente con el filántropo y Wayne haciéndose el tonto que no entendía de indirectas.

—¿Yo? —Clark juraría que tropezó con sus propios pies aun estando en su lugar—. Pero...

—Es una nota importante señor Kent, así que quiero al mejor. —Aclaro el multimillonario.

Clark iba a decir algo como, "podría ser la señorita Lane" o "no creo que yo sea el más indicado, Perry le recomendará alguien más capaz", pero la mirada del otro no daba paso a excusas.

—Usted es el mejor, señor Kent. —La sonrisa está vez parecía ser sincera.

Clark lo sabía porque jamás en su vida había visto sonrisa más hermosa en el mundo.

—¿D- de verdad?

—Por supuesto. —Bruce se acercó al reportero, dándose cuenta que definitivamente era más alto—. Sus notas sobre Superman siempre han sido mis favoritas. Un gran manejo de la palabra.

Kent aspiro con disimulo la colonia del señor Wayne.

Sus ojos no se despegaban de los ajenos; miró sus labios por un segundo.

Su fantasía retomo fuerza en su cabeza, pero está vez, Bruce Wayne estaba bajo la máscara.

Superbat. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora