2 || Weird it's the Best

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Regulus soltó un pequeño llanto, tratando de callarlo al instante entre sus manos, y Barty lo abrazó un poco más fuerte contra su pecho, apartando ligeramente las manos del chico de su rostro para que se permitiera respirar.

−Que te importe una mierda si te escuchan −Barty susurró−. Ellos no tienen nada qué decir al respecto −dijo, pero Regulus se apretó un poco más contra Barty, tratando de dominar su respiración. Después de todo, llorar sin hacer ruido era casi su especialidad.

−Odio esto −musitó, y algo de aire se atoró en su garganta−. Odio, odio esto −lloró un poco más− ¿Por qué tiene que gustarme ese simio idiota y sin modales? −inquirió.

Barty no dijo nada.

−Porque la vida te odia, tal vez −sopesó−, pero esa perra nos odia a todos, Reggie −dijo a modo de consuelo, y luego añadió− ¿Quieres que vandalicemos su torre? ¿O tal vez podríamos ir y quemar su escoba?

Entre las lágrimas, Regulus se río un poco. Una parte de él sabía que Barty hablaba enserio, mientras que la otra ya estaba pensando en formas de sacarle la idea de la cabeza por más tentadora que sonara en ese momento.

−No creo que eso resuelva algo −dijo y luego, solo porque era un adolescente y los adolescentes tienden a sufrir: −De cualquier forma, si hacemos eso, solo irá corriendo a llorar con su novia estúpida −no obstante, al decirlo, algo se sintió mal dentro de Regulus.

Lily no era estúpida. No lo era ni un poquito; ella era lista, vivaz, amable y hermosa. Hacía sentido que James estuviera tan loco por ella. Y es que, quizás, si Regulus fuera un hombre normal, él también querría estar con una chica como Evans.

Regulus tragó.

−¿Crees que estoy enfermo, Barty? −preguntó después de un momento− ¿Lo crees?

Barty lo pensó. Regulus estaba sentado entre sus piernas, mientras él lo mantenía abrazado por la cintura y lo mecía ligeramente. Cuando era pequeño y mataba a sus mascotas solo para terminar llorando después, Winky solía sostenerlo de esa manera hasta que se calmaba. Claro que luego creció y eso ya no fue posible.

Sin embargo.

−Tal vez sí −Barty respondió a la pregunta que Reggie le había hecho−, pero todos hemos estado enfermos por un corazón roto alguna vez. Un día sanará.

Y, una parte de Regulus quiso abrir la boca para aclararle a Barty que eso no es a lo que se refería con su pregunta. No obstante, decidió guardar silencio. Después de todo, él ya había escuchado a sus padres responder a esa cuestión cuando hablaban sobre otras personas, y la palabra antinatural era gran parte de todo lo que ellos decían sobre aquellos que se atrevían a amar así; diferente.

El corazón de Regulus se hizo un nudo.

−Está bien, Reggie −Barty le aseguró cuando su amigo comenzó a sollozar de nuevo−, en cuanto te duermas, iré a despertar a Dorcas y haremos trizas la escoba y la capa de ese payaso, ya verás. Si quieres, también podemos incendiar un poco su torre.

Regulus cerró los ojos; en cualquier otra momento, él habría preguntado cómo carajos incendias un poco algo, pero por ahora el dolor de cabeza por el llanto no lo dejaba pensar.

−No, por favor no hagas eso... −pidió−. Vas a meterte en problemas... otra vez.

Barty se encogió de hombros.

−Problemas es mi segundo nombre −replicó.

Regulus soltó un bufido pequeño y húmedo ante eso. Barty era bueno para distraerlo.

Recuerdos de un Slytherin || One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora