"Diosa de la suerte"

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En un pequeño planeta flotante entre las nubes ubicado en un lugar desconocido.

Se encontraba un hombre con un dogi color naranja y azul.

Era Son Gokú.

Se encontraba haciendo algunos ejercicios para no perder su poder, pues el estando muerto, tenía energía ilimitada para usar todo su poder a su antojo.

Pero a él no le gustaba eso, pensaba que cuando le digiera a sus amigos que lo revivieran, tendría su poder intacto, aunque sin energía ilimitada.

En una pequeña casa, se encontraba un ser de apariencia un tanto extraña.

Era kaio-sama.

Aquel que le dio dónde vivir a Gokú para que no perdiera su cuerpo a la hora de ir al cielo.

-¡oye Gokú!. ¡la comida ya está lista!. -kaio-sama lo llamaba desde la puerta de la pequeña casa.

-Gokú escuchó que ya estaba la comida, así que dejó sus ejercicios por un lado, y fue adonde estaba kaio-sama. -¡que bien! ¡ya me estaba muriendo de hambre!. -vio como le servían un gran plato de comida y otros más. -gracias kaio-sama. -empezó a devorar toda la comida que tenía ahí sin medir sus modales.

Después de comer tranquilamente, ambos estarían sentados en el césped de aquel mini-planeta.

-oye kaio-sama, ¿tú puedes comunicarte con enmadayo-sama?. -volteo a verlo, esperando una respuesta.

-si, sí puedo hacerlo ¿por qué?. -le nació algo de curiosidad por lo que le pregunto Gokú, y tenía sospechas de que le iba pedir algo a enmadayo-sama.

-¿Me harías el gran favor de comunicarte con él? Es que quiero pedirle algo muy importante, por favor. -se levanto e hizo una reverencia para que le hiciera el favor.

-kaio-sama soltó un suspiro, sabía que si se negaba, el le iba a seguir insistiendo. Se levantó de donde estaba sentado, y empezó a concentrarse para tratar de comunicarse con enmadayo-sama. - ya casi, ya casi, ¡Lo logré!

Con enmadayo-sama.

Estaba haciendo su trabajo sobre mandar las almas si al cielo o al infierno, pero de repente sentiría como que si alguien quisiera comunicarse con él, así que dejó que aquel ser le hablara.

-dígame, ¿Quién es? -enmadayo-sama seguía haciendo su trabajo en lo que contestaba.

-Hola, soy kaio-sama, que tal. -kaio-sama tenía un pañuelo que estaba usando pasa secarse el sudor por esforzarse en hablar con enmadayo-sama.

-Ooh, kaio-sama, cuanto tiempo ¿Cómo estás? enmadayo-sama estaba feliz de volver a hablar con el kaio del norte, hacía mucho tiempo que no hablaban.

-como siempre, sin hacer nada, solo haciendo la comida de ese perezoso. -lo dicho por el kaio haría que Gokú hiciera un puchero. -bueno, Gokú quiere hablar contigo.

-Gokú puso su mano sobre la espalda del kaio y empezó a hablar. -hola, enmadayo-sama. -tenia una sonrisa como de costumbre.

-hola gokú, que tal. -se puso contento al hablar con Gokú, un gran amigo suyo.

-siempre animado enma, quería pedirte un gran favor.

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