¡Las Gomitas Son Mias! // JiRosé [adapt]

Chapter one

|capítulo uno:|

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Rosé caminaba lentamente por las calles de Seúl mientras tarareaba una de sus canciones favoritas.

Estaba tan sumida en sus pensamientos, deseando tener aquellas delicias hechas por humanos (o probablemente por máquinas) en su boca. Disfrutar de aquel sabor tan característico de aquellos manjares, tener aquella característica elasticidad entre sus dientes. Con solo pensarlo se le hacía agua la boca.

Pronto aquel conocido supermercado se abrió paso en su campo de visión y ella solo pudo soltar un suspiro lleno de anhelo.

Pronto cruzó las puertas de aquel paraíso denomidado: supermercado...

Varias personas caminaban lentamente, otras iban apuradas y otras...Otras simplemente no sabían siquiera lo que iban a comprar.

Rosé volvió a suspirar, pero esta vez llena de cansancio.

Pronto se acercó al pasillo el cual sabía de memoria y caminó casi dando saltitos de felicidad, en busca de sus tan preciadas gomitas de ositos sabor a frutas.

¡Oh! Vaya sorpresa la que se llevó...

El lugar de sus preciadas gomitas estaba lleno por cajas de cereales de diversos sabores.

Rosé soltó un gemido entremezclado con sopresa y miedo.

Buscó alrededor de los diversos estantes con la mirada tratando de visualizar a sus preciosas gomitas...pero no había rastro de ellas.

Rápidamente de acercó a la caja con temor a que se hayan acabado o en el peor de los casos...¡Que las hayan descontinuado!

¡Oh no! No podía ser posible...

Con pasos aún más apresurados se acercó a la caja a preguntar por aquellas delicias...¡Pero vaya sorpresa! Su voz fue combinada con la de un chico que casualmente dijo lo mismo que ella:

—Hola, eh disculpe, ¿En dónde se encuentran las gomitas con forma de ositos sabor a frutas de envoltura color lila?

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Jimin caminaba tranquilamente por las enormes calles de Seúl con una gran sonrisa. ¿El motivo de su sonrisa?

Pronto tendría en su poder aquellas gomitas de ositos con sabor a frutas.

Con solo pensarlo sentía una electricidad recorrer todo su cuerpo, llenarlo de ansias y felicidad.

Jimin soltó una suave sonrisa y negó lentamente.

¿Por qué cayó en el vicio por aquellas gomitas de sabores creadas por los dioses?

Fácil...

Un día su mejor amigo Jungkook le había comprado unas gomitas a su novia Lisa ya que estaba nerviosa porque pronto presentaría un importante exámen y se sentía sumamente nerviosa y ansiosa.

Jimin se apareció en un mal momento, o talvez en el mejor momento para él.

Era costumbre entre sus amigos quitarse la comida de otro.

Jimin al ver que Jungkook regresaba de la pequeña cafetería de la preparatoria con algo en sus manos, se acercó rápidamente y sin que su amigo se diera cuenta, le arrebató aquellas gomitas.

Sin esperar protesta de parte de su mejor amigo llevó una gomita a su boca.

Una explosión de sabor inundó sus papilas gustativas y no pudo evitar soltar un gemido de satisfacción al sentir aquel sabor a fresa en su boca.

Desde ese momento empezó su adicción por aquellas gomitas de sabores llamativos, empezó a comprarlas en la cafetería de la preparatoria pero dejaron de venderlas un día.

Ansioso, empezó a buscar un lugar donde también las vendieran. Fue un trabajo difícil, hasta que llegó a aquel supermercado, era el único lugar donde las vendían. Desde entonces se volvió cliente frecuente de aquel supermercado.

Esos fueron buenos momentos...

Pero regresando a la historia, Jimin por fin llegó al pasillo en donde estaban sus preciadas gomitas, chocando con algunos niños que, a diferencia de él, no ocultaban su entusiasmo por las compras.

Sonrió, sintiéndose cada vez más cálido y feliz mientras llegaba a los estantes.

Su sonrisa se desfiguró hasta desaparecer...

Su corazón se detuvo por unos segundos al notar que el lugar en donde antes estaban sus deliciosas gomitas ahora estaba lleno de cajas de cereales de diversos sabores.

¡No podía ser posible!

Con la mirada recorrió varios lugares de aquel inmenso supermercado, incluso los carritos de las personas que pasaban junto a él, pero no pudo encontrarlas.

Con el corazón bombeando fuertemente se acercó a la caja más próxima a él.

Tomó una gran respiración mantuvo su mirada tranquila.

Se acercó a una chica que atendía la caja y preguntó, pero su voz sonó acompañada de un timbre femenino gracias a la chica que casualmente dijo lo mismo que él:

—Hola, eh disculpe, ¿En dónde se encuentran las gomitas con forma de ositos sabor a frutas de envoltura color lila?

—Oh...claro...Pero woah ¡Ambos están sincronizados!—la chica les sonrió amable—Las gomitas están en el pasillo diez.

Ambos asintieron al mismo tiempo con una ligera reverencia. Pero antes de empezar a caminar, ambos aliviados, la cajera volvió a hablar, dejándolos sin aliento.

—Oh, pero...creo que solo queda una...

Les tomó unos segundos reaccionar.

Rosé y Jimin se observaron a los ojos conectándose por primera vez, sus miradas contenían sorpresa pero pronto ambas se llenaron de competitividad.

Ninguno estaba dispuesto a renunciar a sus tan preciadas gomitas de sabores.

En cuestión de tres segundos ellos corrían en dirección al pasillo diez como si su vida dependiera de ello.

Ambos se empujaban y obstruían el paso del contrario con el fin de hacerlo perder tiempo. Los demás clientes los miraban raro, otros se burlaban y una que otra adulta negaba mientras comentaba sobre la falta de educación de los menores.

Sin embargo, nada los detuvo.

Jimin se desvío del camino principal para llegar pronto gracias a un atajo.

Por supuesto Rosé no se quedó atrás...Ella también conocía ciertos atajos.

Pronto ambos llegaron al pasillo indicado.

Se observaron a los ojos con la respiración agitada.

Jimin estaba al final del pasillo y Rosé al inicio de este.

El principal objetivo estaba justo en medio del pasillo.

Ambos se observaron a la distancia con los ojos entrecerrados, con ojos retadores.

Solo uno podía ganar aquel paquete de gomitas sabor a frutas.

Ambos tomaron aliento y empezaron a correr para ser los ganadores de aquel paquete de gomitas...el último paquete de gomitas.

Con ondas de electricidad viajando por todo su cuerpo, corrieron como nunca en su vida hasta llegar y casi chocar sus frentes cuando ambos tomaron el paquete, al mismo tiempo.

—¡¡Las gomitas son mías!!

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©🍒;; Cherry