|capítulo tres:|
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—Suéltalas, son mías.
Otra vez... Desde hacía cuatro meses que aquellos dos se peleaban todos los días por aquellas gomitas que empezaron a vender en la cafetería de la universidad.
A pesar de que habían más gomitas a la venta, ellos siempre se peleaban por ser los primeros en comprar aquellas dichosas gomitas de ositos con sabor a frutas.
Ya todos estaban acostumbrados a sus infantiles peleas a la hora del desayuno, almuerzo o a cualquier hora.
Todos los días era diferente. Pero el ganador siempre decía algo como: “Te gané” “Mejor suerte para la otra” “Las gomitas son mias” “En tu destino estaba perder” etc.
Para muchos era muy divertido ver aquellos dos pelear como un par de niños por un juguete.
Para otros era muy tierno, incluso los shippeaban, diciendo que terminarían juntos.
Hoy no era sorpresa que ambos jóvenes estuvieran tratando de quitarse entre sí aquel paquete de gomitas, resultando Rosé como la ganadora.
—Já, te gané Park—Rosé sonrió burlonamente—Soy la mejor.
Rápidamente Rosé abrió la bolsa de gomitas, tomó una de fresa -que eran las favoritas de Jimin- entre sus dedos y estaba a punto de llevársela a la boca.
Rosé disfrutaba hacer sufrir al rubio así que puso la gomita entre sus labios y sonrió con sorna.
Jimin no pudo resistirlo y tomó la mano de la pelirroja atrayendola hacia él.
El movimiento fue tan brusco que por accidente ambos unieron sus labios en un suave rose.
Ambos se vieron con sorpresa y se alejaron rápidamente.
Rosé abrió levemente sus labios provocando que la gomita que tenía en ellos cayera al suelo.
Todos en la cafetería quedaron sorprendidos al ver tal acción.
Era común verlos pelear, pero no compartirse las gomitas de boca a boca.
La shippeadoras del “JiRosé” -como solían llamarlo-, chillaron emocionadas al ver aquella escena.
Rosé y Jimin tenían las mejillas ardiendo fuertemente, los latidos de sus corazones se habían acelerado y no podían romper el contacto visual que habían creado.
—Q-quédate con las gomitas...Yo n-no las quiero—Jimin apenas pudo articular aquella oración.
Sin decir nada más, salió de la cafetería con las mejillas tan rojas como manzanas y con un corazón latiendo desenfrenado.
Rosé observó la espalda del rubio y no pudo evitar suspirar.
En sus labios aún tenía la sensación de los labios de Jimin.
Su corazón latía desenfrenado y sentía un cosquilleo en el estómago.
Sin observar a su alrededor salió rápidamente de aquella cafetería hacia su escondite secreto.
Cuando llegó a su árbol favorito no pudo evitar tocarse levemente los labios con sus dedos.
Los latidos de su corazón aún eran fuertes y rápidos.
Otro suspiro escapó de sus labios y solo pudo cubrirse los ojos con ambas manos.
—¿Qué me pasa?—Rosé sintió como sus mejillas empezaban a bajar de temperatura.
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¡Las Gomitas Son Mias! // JiRosé [adapt]
Hayran Kurgu«Rosé ama las gomitas... Jimin ama las gomitas... ¿Se desatará una gran rivalidad entre ellos por el último paquete de gomitas? -¡LAS GOMITAS SON MÍAS!» 🍒;; Cuento con el permiso para adaptar está historia. 🍒;; Obra original: @Kangjikiung99